El nuevo presidente electo peruano, Pedro Pablo Kuczynski, se enfrenta a la delicada tarea de compensar el estímulo fiscal con un mantenimiento prudente de las finanzas públicas, según el último informe de Fitch Ratings.
Además, tendrá que asegurarse de que la inversión en infraestructura y las propuestas en cambios de regímenes fiscales proporcionan un crecimiento sostenible más allá de su impacto en el corto plazo. En el medio plazo, la calificación de la deuda soberana dependerá en parte de la habilidad del gobierno para ajustar las finanzas públicas a unos menores ingresos en la minería del cobre.
La solvencia de Perú se basa en su trayectoria política de credibilidad macroeconómica, su consistencia y flexibilidad, así como en sus fuertes cuentas fiscales y balance exterior. Estos factores han permitido al país navegar riesgos como su alta dependencia en el precio de las materias primas, una menor base de ingresos del gobierno y una dolarización financiera.
El partido de Kuczynski ha indicado que se apoyará en el estímulo fiscal para contrarrestar el impacto negativo de unos menores precios del cobre a través de un incremento de la inversión pública y ajustes en el régimen fiscal para favorecer la formalización de la pequeña empresa y de la inversión privada. Una mayor producción de cobre y una mayor inversión pública esperan alcanzar un crecimiento del 3,5% en 2016 y un 4,0% en 2017. Mientras que el crecimiento de Perú desde 2011 a 2015 se sitúo de media en el 5,8%, Fitch Ratings prevé que la economía supere a la mediana de los países BBB, con un 2,4% y un 2,9% de crecimiento medio en 2016 y 2017 respectivamente.
Perú mantiene una baja deuda general del gobierno, con un 22,8% del PIB en 2015. El fondo de ahorro, que incluye un fondo de estabilización que representa un 4% del PIB y un amplio colchón en depósitos de los gobiernos locales y regionales, permitirán a Perú implementar una moderada política fiscal contra cíclica a corto plazo. Sin embargo, el ritmo interno de deterioro fiscal y la consolidación a medio plazo de la estrategia de mantenimiento de la credibilidad fiscal y la consistencia política deberían ser las claves principales a la hora de evaluar el perfil de riesgo de Perú.
El presidente electo y el nuevo Congreso serán inaugurados el próximo 28 de julio, y el ejecutivo debe publicar una agenda de política fiscal a cinco años en los 90 días siguientes a la toma de posesión.
El mantenimiento del crecimiento peruano dependerá del éxito de las iniciativas que incluyen mejorar el tráfico del país, la energía y la infraestructura logística; mientras que se eleva la productividad de los sectores alternativos como el turismo y la agricultura. También dependería de crear las condiciones adecuadas que movilizaran la formalización del trabajo y ampliaran la base fiscal. Además, una mejora en la gestión y resolución de los conflictos sociales en la inversión minera podría ser crítica en la recuperación de la competitividad de la industria minera del país.
El congreso tendrá un rol importante en estas reformas mayoritarias. En abril 10, el partido de Kuczynski, Peruanos por el Kambio, obtuvo un 15% de los diputados, una minoría dentro del Congreso unicameral. Mientras el partido de centro derecha Fuerza Popular, dirigido por Keiko Fujimori, ganó una mayoría simple. Sin embargo, el partido de izquierda Frente Amplio, con un fuerte soporte en las provincias mineras del sur, obtuvo una representación similar a la del partido de Kuczynski. Por lo tanto, la aprobación de la agenda del presidente electo dependerá de cómo de bien la administración de Kuczynski construye un consenso en las principales reformas legislativas.