China está en el lado opuesto del ciclo económico en comparación con EE.UU. y Europa. El equipo de análisis de Kraneshares anticipa que, a medida que se disipen los mayores riesgos, los inversores se darán cuenta del valor que presentan las compañías chinas. Sin embargo, matizan que “esta visión optimista de China dependerá de una reapertura ordenada de su economía”.
La visión de los expertos de Kraneshares es que China está al final de un ciclo de revisiones de beneficios significativamente bajistas, mientras que EE.UU. está al final de un ciclo de revisiones alcistas. “La posición divergente de China en este ciclo de beneficios de la renta variable puede hacer que las acciones chinas parezcan atractivas en comparación con las estadounidenses en 2023”, afirman.
Desde la firma destacan por su importancia algunas de las conclusiones de la Conferencia Central de Trabajo Económico (CEWC por sus siglas en inglés), celebrada en diciembre. Se trata de un evento anual durante el que los políticos chinos evalúan su actuación durante al año previo respecto a la economía y definen las prioridades del año siguiente. Los líderes reconocieron el daño que habían causado los confinamientos a la confianza al consumo y los desafíos que afronta el gobierno para conseguir su objetivo de crecimiento del PIB del 5,5%. El comité del CEWC subrayó la necesidad de “estabilizar el crecimiento, estabilizar los precios y estabilizar el desempleo”, y anunció planes para suavizar más la política monetaria y medidas económicas de alivio, incluyendo un “paquete de rentas” para beneficiar a los ciudadanos tanto de áreas urbanas como rurales, aunque también enfatizó el mantenimiento de un acercamiento “conservador” a los estímulos mientras continúan evaluando los excesos en la industria inmobiliaria y prevenir riesgos para el sistema financiero. Además, confirmaron el cambio en la política covid de “prevención a tratamiento”.
El pronóstico de la gestora es que en este inicio de 2023 los mercados podrían experimentar volatilidad impulsados por la reapertura, el posible alivio geopolítico de la esperada visita de Blinken a Pekín, los estímulos y otras noticias alentadoras. Pero, por otro lado, la sombría realidad de una reapertura que provoque una infección masiva puede plantear obstáculos. “Nuestra evaluación es que China se reabrirá completamente para el final del primer trimestre cuando acabe el invierno, los tratamientos estén disponibles y suban las tasas de vacunación”, resumen.
Las estimaciones del consenso para el PIB de China de 2023 están ligeramente por encima del 4%. Sin embargo, como observan desde Kraneshares, “el rango de previsiones para el PIB es probablemente uno de los más amplios debido a la variedad de expectativas en torno a la reapertura”. Según estimaciones recopiladas por Bloomberg, se espera que las acciones chinas crezcan un 17% en 2023, superior a las previsiones de la mayoría de los otros grandes mercados bursátiles salvo India. “También tienen valoraciones y posicionamiento inversor de los más bajos”, apuntan los analistas de la gestora. Dicho esto, desde la firma puntualizan que “cualquier recuperación en China tendrá que ser guiada por proceso de reapertura completa y un mercado inmobiliario estabilizado, para que el sentimiento del consumidor pueda recuperarse de un mínimo plurianual”.
Retos al crecimiento
“Esperamos que el Gobierno continúe con los estímulos durante el primer semestre del año. Sin embargo, las medidas de estímulo tienen que estar equilibradas por su impacto sobre la divisa china, cuya potencial apreciación puede lastrar a las acciones chinas desde la perspectiva de los inversores en dólares”, continúan los expertos de Kraneshares. Entre tanto, infraestructuras y manufacturas deberían continuar apoyando al crecimiento, especialmente durante la primera parte del año, impulsados por los estímulos fiscales y la demanda anticipada. Sin embargo, la ralentización del crecimiento global en 2023 llevará una caída inevitable de las exportaciones de China.
“Aunque la reapertura es inflacionaria, es probable que la tasa de inflación china siga por debajo de los mercados desarrollados comparables por una serie de factores, incluyendo que el suministro de energía en China es relativamente más seguro que en Europa”, añaden desde la firma. Aunque ven posible que la industria inmobiliaria pueda recuperarse algo en 2023, los expertos recuerdan que “el gobierno sigue reiterando que el real estate es para vivir, no especular, lo que significa que es probable que se mantenga la restricción al endeudamiento”.
De hecho, desde la gestora estiman que “el delicado equilibrio de la política inmobiliaria seguirá presentando retos y oportunidades para los mercados de capitales chinos en 2023”, ya que el inmobiliario chino ha salido de 2022 “en una posición fiscal mejor, aunque profundamente devaluada”. La política de las «tres líneas rojas», instituida en agosto de 2020, ordenaba que los pasivos de los promotores no superaran el 70% de los activos, la deuda no superara el 100% de los fondos propios y las reservas no cayeran por debajo del 100% de los pasivos a corto plazo. Esta política, junto con un mayor control de los préstamos bancarios al sector, ha infundido disciplina fiscal a los promotores. “El giro del Gobierno para ofrecer rescates a determinados promotores debería calmar a los inversores en deuda en 2023, mientras que la demanda de inmuebles podría tardar algún tiempo en recuperarse”, concluyen.
¿Qué esperar en el Año del Conejo?
Es probable que China recupere el crecimiento en el Año del Conejo tras un difícil 2022, pero a ojos de Kraneshares su crecimiento depende enormemente de una sola variable: el consumidor: “Al caer la demanda externa por la llegada de una recesión en Occidente, la economía china debe depender en mayor medida del consumidor. Es más, industrias emergentes como servicios en la nube o semiconductores, aunque prometedoras, pueden necesitar años para contribuir significativamente a la economía china. Afortunadamente, la reapertura y una fresca transfusión de capital a la industria inmobiliaria china tienen el potencial de impulsar enormemente la confianza del consumidor, lo que sería un catalizador para los mercados chinos en 2023”, resumen.
El tercer mandato sin precedentes de Xi Jinping ha inquietado a los inversores. Sin embargo, por ahora, parece que los pragmáticos están ganando a los ideólogos en la administración Xi. El propio Xi ha demostrado un retorno al pragmatismo al suavizar la política cero covid. Por tanto, explican los analistas de la gestora, “la siguiente piedra angular de su política se centrará en la economía”. “En 2023, alentamos a los inversores a tener una visión holística de los mercados de capital chinos, incorporando a sus asignaciones valores onshore y offshore y bonos para gestionar riesgos y asegurar la exposición al mayor conjunto de oportunidades posible”, aconsejan.
Desde Kraneshares también alientan a los inversores a que tengan visión de largo plazo. Se refieren a que el gobierno chino se está encargando del inmobiliario y el cero covid, pero necesitará más tiempo para resolver otras preocupaciones.: “Una mejoría en las relaciones China-EE.UU. requerirá de más pragmatismo por ambas partes”, ejemplifican. “Creemos que en última instancia prevalecerá la economía frente a la política y el alarmismo”, concluyen desde la firma.
Consulte más previsiones económicas de Kraneshares aquí (versión US).
Consulte más previsiones económicas de Kraneshares aquí (versión UCITS).