El debate sobre si el final del ciclo de crédito está cerca encuentra en Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, un punto de vista negativo. El experto de esta filial de Legg Mason especializada en renta fija global cree que en esta teoría lo que no encaja es la fase increíblemente bajista en los productos de mayor riesgo que observamos desde junio de 2014 hasta el 11 de febrero de 2016. “Estas fases suelen caracterizarse por un repunte en los mercados de activos de riesgo, unos diferenciales ajustados y la creación de burbujas”, afirma.
Leech sitúa el punto álgido de esta tendencia en el mes de febrero, cuando cristalizaron los temores sobre el aterrizaje forzoso de China, los reducidos precios de las materias primas y las preocupaciones sobre el sector bancario a escala mundial. “Desde entonces el repunte de los bonos de alto rendimiento energéticos ha sido espectacular, arrojaron una rentabilidad del 59% desde el 11 de febrero de 2016 hasta el 30 de septiembre de 2016. Por consiguiente, no creemos que nos encontremos en las últimas fases del ciclo crediticio».
Sus perspectivas a nivel global contemplan un crecimiento mundial aceptable en el entorno del 3% mientras EE.UU. seguirá anémico a un ritmo del 1,5%, algo que, además, no creen que vaya a acelerarse en el corto plazo. Ken Leech considera, además, necesario que los bancos centrales continúen con sus políticas acomodaticias hasta que la recuperación mundial se afiance. “Los elevados niveles de deuda a escala mundial sugieren que será necesario un tiempo para que se materialicen las mejoras, así como unos estímulos monetarios muy superiores por parte de los bancos centrales”, sostiene.
En este sentido, su pronóstico es que la Fed mantendrá su cambio de rumbo hacia una postura más acomodaticia al menos hasta que el crecimiento económico alcance su objetivo, las condiciones financieras mejoren considerablemente y las perspectivas de inflación aumenten. “Debido a los desafíos a los que se enfrentan los bancos centrales, nosotros, como gestora, no creemos que vayamos a asistir a un cambio de tendencia significativo e inminente en el plano monetario”, explica.
De hecho, el experto ve claro que las reducidas perspectivas de inflación obligarán al Banco Central Europeo (BCE) a actuar de nuevo. “Si el BCE da por terminado su programa de relajación cuantitativa y empieza a retirarlo, los rendimientos europeos podrían aumentar drásticamente. No obstante, en cuanto a la pregunta de si nos encontramos en un cambio de tendencia, nosotros creemos que la respuesta es «no» y esperamos que el BCE mantenga su programa de relajación cuantitativa».
En cuanto a Reino Unido, Leech no muestra una especial preocupación por el desenlace del Brexit. “Supondrá una transición muy complicada, pero no tenemos una postura excesivamente pesimista. La política presupuestaria desempeñará un papel determinante, pero la monetaria seguirá siendo muy destacada”, comenta.
China tampoco parece a sus ojos un foco de inestabilidad excesivamente preocupante con una tasa de crecimiento “manejable” y la certeza de que el gigante asiático seguirá revistiendo una importancia crucial para entender las perspectivas de crecimiento mundiales. “Los temores sobre China se han calmado, pero podría ser demasiado pronto para apagar las alarmas. Los inversores deberán seguir estando alerta y ser prudentes».
En este contexto, el experto cree que los bonos del Tesoro estadounidense y demás deuda pública cuentan con el respaldo de la política monetaria. “Las valoraciones parecen razonables, especialmente en el complicado contexto al que se enfrentaron durante los dos años anteriores, y priorizamos una asignación diversificada y centrada en los activos de mayor riesgo”. Sin embargo, reconoce que en aquellos sectores donde aprecian una recuperación total del valor, empezarán a liquidar posiciones.