“La próxima generación de inversores será la que defina la industria de gestión de activos”; aseguraba hace unas semanas Keith Skeoch, consejero delegado de Standard Life Aberdeen, frente a un grupo de periodistas europeos cuando se le preguntaba sobre cuál será el futuro de este sector.
En su opinión, para prepararse a la llegada de esa generación, las gestoras tiene que adaptar su modelo de negocio y hacerlo compatible con las macrotendencias que marcan el entorno: “La democratización del riesgo financiero, un entorno de bajo crecimiento, inflación y retornos, la innovación tecnológica, la recuperación de la confianza en los servicios financieros, la globalización de las necesidades del cliente y aprovechar las economías de escalas”, afirmaba Skeoch.
Estas tendencias se traducen en retos concretos para esta industria como la compresión de los costes, la digitalización, un mayor entorno regulatorio o el éxito de la gestión pasiva. “Para mi, la respuesta a todos estos retos es centrarnos en el cliente y en entender cómo han cambiado sus necesidades. Nuestra propuesta es poner al cliente en el centro del negocio”, apunta.
Según su experiencia, es fundamental para la industria se capaz de ofrecer, de nuevo, retornos atractivos en un entorno que no se presta a ello. “Esto hace que vayamos hacia un modelo más ágil que nos permita capturar las rentabilidades que hay en el mercado. Se trata de alcanzar un retorno premiun, que tenga un precio premiun y corresponda a productos premiun. Ahora bien, se trata de lograrlo manteniendo al cliente en el centro, pero sin dejar a un lado la competitividad ni la calidad en el servicio”, defiende el CEO de la firma.
Para Skeoch, este enfoque pone el alza la gestión activa frente a la pasiva. “Soy un convencido de la gestión activa, sino no estaría en esta negocio ni estaría haciendo bien mi trabajo. La gestión activa te permite capturar las oportunidades del ciclo y buscar retornos superiores al 3%”, argumenta cuando se le pregunta la popularidad que tiene la gestión pasiva entre los inversores. Unos inversores que, en su opinión, “tienen una confianza frágil en el mercado y que cada vez son más susceptibles a los eventos”.
Tras la fusión…
Estos principios –reflexionar sobre las necesidades del cliente, poner en valor la gestión activa o apostar por productos preminun para capturar rentabilidades– son los que piensa mantener en la nueva Standard Life Aberdeen, tras la fusión de ambas gestoras.
“Esta unión permite aprovechar las economías de escalas que se generen y recortar algunos costes, por ejemplo hay unos 800 roles que desaparecerán. Esto no quiere decir que vaya haber despidos, muchos serán cambios de puestos, nuevos roles y jubilaciones”, afirma Skeoch.
Tal y como argumentó la firma tras el anuncio de la fusión, el ejecutivo reitera que ambos negocios se complementan y que abren la puerta a nuevas oportunidades en mercado ya consolidados, como el Europeo o el Americano, y en otros donde tiene menos presencia, como Asia-Pacífico. “Nuestra filosofía tan parecidas nos va a permitir aprovechar las oportunidades que hay ahí fuera y las ventajas de habernos juntado, por ejemplo en generar mejores retornos para los inversores, mantener un crecimiento sostenible del negocio, adaptarnos a cómo se va a invertir en el futuro o mejorar la relación y el trato con los reguladores del mercado”, afirma.