En una nueva edición de “Virtual Investment Summit”, Funds Society contó con la presencia de Katherine Davidson, Lead Portfolio Manager de la estrategia Global Sustainable Growth en Schroders y Cristian “Toro” Reynal, Sales Director para Argentina y Uruguay para la misma gestora.
En un evento titulado “Building a Truly Diversified Sustainable Portfolio: The Case for Schroder ISF Global Sustainable Growth”, Davidson señaló la importancia de considerar el impacto de las iniciativas empresariales dentro del marco ESG en el corto y el largo plazo. En el corto plazo, las empresas incurrirán en un coste para adaptar su actividad a unos criterios de sostenibilidad, pero en el largo plazo, los accionistas y el resto de los grupos de interés de la empresa, los llamados stakeholders, se verán recompensados. En Schroders les gusta referirse al “karma corporativo” para definir el impacto que el comportamiento de una empresa tiene en el largo plazo en su resultado financiero.
Schroders ha sido una de las gestoras pioneras en la industria en estar involucrada con la inversión sostenible. Desde 2007, es signatario de los Principios para la Inversión Responsable (PRI). Más recientemente ha sido uno de los miembros fundadores de la iniciativa Net Zero Asset Managers, por la que se comprometen a apoyar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 o antes, en consonancia con los esfuerzos mundiales para limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius, a través de inversiones alineadas con dicho objetivo.
¿Qué diferencia al enfoque en inversión sostenible de Schroders?
En la opinión de Davidson, lo que diferencia a Schroders de otras gestoras es que, lejos de enfocarse en las cestas medioambiental, social y de gobierno corporativo, se centran en las relaciones con los grupos de interés. Estos grupos de interés comprenden los accionistas, los empleados, los proveedores, el medioambiente, los reguladores, los clientes y la sociedad en su conjunto. En Schroders mantienen una visión holística de la empresa en la que, además de evitar daños, cuidar las relaciones y gestionar los conflictos con los grupos de interés de una empresa tiene un reflejo positivo en sus beneficios.
Las empresas no operan en el vacío. Por ello requieren una percepción más amplia de la sostenibilidad, en combinación con herramientas desarrolladas internamente por la gestora que les permite encontrar empresas que no se encuentran en las carteras de los fondos competidores. Al utilizar su propio research junto con su experiencia como inversores pueden enfocarse en empresas con dos características fundamentales para la inversión sostenible: empresas que se gestionan con una visión de largo plazo y con respecto a los grupos de interés. Estas empresas podrán mantener un crecimiento y una rentabilidad superiores a la media.
Por ejemplo, la estrategia Global Sustainable Growth de Schroders invierte en Safaricom, la mayor operadora de telefonía móvil de Kenia. Safaricom desarrolló en 2007 un sistema de pagos basado en la telefonía móvil que ha tenido un efecto transformador en la sociedad de la región. Este sistema, llamado M-Pesa, ha permitido a millones de personas realizar transacciones sin efectivo de manera instantánea y segura por SMS, incluso en lugares donde no hay bancos en miles de kilómetros a la redonda e incluso sin tener una cuenta bancaria.
En la región de África, donde es más fácil instalar antenas de repetición que tender cables, los beneficios de las telecomunicaciones van más allá de conectar a las personas con llamadas y mensajes.
África es un mercado muy joven, el 75% de la población keniata tiene menos de 35 años, por lo que en Schroders esperan un rápido crecimiento de las empresas relacionadas y servicios basados en la conectividad. Pero también hay otra parte de la historia: el efecto transformador que M-Pesa ha tenido en la sociedad, permitiendo el envío a transferencias a familiares en las comunidades rurales, a los pequeños empresarios materializar sus negocios, a los agricultores comprar seguros para sus cosechas y a la población en general, poder pagar el acceso a servicios sanitarios.
El uso de herramientas desarrolladas internamente
En Schroders consideran que la evaluación de la sostenibilidad de las empresas es demasiado importante como para externalizarla utilizando ratings de terceros. En los últimos cinco años, el impulso que ha tenido la inversión sostenible ha hecho que una multitud de fuentes estén disponibles para evaluar la sostenibilidad de una empresa. Entre los más utilizados se encuentran MSCI, Sustainalytics y Thompson Reuters, sin embargo, en Schroders prefieren desarrollar sus propias herramientas de forma interna.
En la actualidad, cuentan con más de 10 herramientas desarrolladas de forma interna. Entre las más relevantes se encuentra SustainEx. Esta herramienta busca medir el impacto no financiero de las empresas en las que la gestora invierte. Trata de poner precio a todas las externalidades de una empresa, ponderando los costes y beneficios no financieros, cuantificándolos en términos de dólares. Dicho de otro modo, si las empresas recibieran una factura por estos costes y beneficios no financieros que generan, ¿sería esta factura un crédito o un débito? ¿Y por qué cuantía?
La inversión sostenible en América Latina
La estrategia Global Sustainable Growth de Schroders no tiene una exposición significativa en América Latina. En concreto tiene dos posiciones: una primera en una empresa brasileña y una segunda en una multinacional con una amplia exposición a la región. Raia Drogasil es una cadena farmacéutica que destaca por su perfil de crecimiento estructural debido a una creciente demanda por por programas de atención sanitaria que sean asequibles y accesibles para la población brasileña. También tiene un impacto positivo por dar acceso a recursos sanitarios a la población más desfavorecida en un país donde no hay un gran sistema de cobertura a nivel estatal. Además, tiene una oferta multicanal que ha ampliado su distribución online a partir de la pandemia, con un servicio de atención al cliente reseñable.
En segundo lugar, el Grupo BBVA, el grupo bancario de origen español, tiene presencia en México a través de BBVA Bancomer y en otros países de América Latina que tienen un potencial de crecimiento superior que los mercados desarrollados. BBVA llegó a una posición de liderazgo en estos mercados por su modelo de negocio centrado en el cliente, así como por su proceso de digitalización e inversión en innovación tecnológica que les permitirá asegurar la durabilidad de su franquicia en el largo plazo.
Como muchos otros mercados emergentes, América Latina tiene un retraso considerable frente a Europa, que es ahora mismo la región que está liderando en inversión sostenible, tanto por los avances en materia de regulación de la inversión sostenible como en el lado de la demanda por parte de los inversores. En los mercados emergentes, incluyendo América Latina, hay una gran cantidad de empresas que están promoviendo iniciativas de inversión sostenible, solo que no las publicitan como actuaciones con criterios ESG o carecen de informes periódicos sobre su progreso. Por eso, el equipo gestor de la estrategia Global Sustainable Growth de Schroders cree que es muy importante establecer una relación con la empresa y mantener un contacto local en estos mercados.
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