Los elevados niveles de efectivo de las empresas tecnológicas han captado últimamente la atención de los inversores que desean obtener rentas, pero deben tener cuidado porque el sector sigue muy centrado en el crecimiento, advierte Kames Capital.
La insaciable demanda por las últimas novedades tecnológicas ha llevado a grandes empresas como Apple a acumular ingentes cantidades de efectivo en sus balances que los accionistas reclaman en forma de dividendos. Y, en gran medida, esta reivindicación está siendo atendida: en la última década, el número de valores tecnológicos del S&P 500 que distribuyen dividendo se ha duplicado y Apple se ha convertido en el principal pagador de dividendos del índice, por delante de la petrolera Exxon Mobil.
Otros gigantes tecnológicos como Cisco e Intel también han ganado importancia entre los inversores que buscan obtener rentas, hasta el punto de que el sector ha superado recientemente al financiero como el principal contribuidor de dividendos al S&P 500, al representar un 15% de las distribuciones totales.
Aunque esta tendencia ha abierto nuevas oportunidades de generación de rentas, Kames recomienda a los inversores que escojan con cuidado. «En condiciones de igualdad desde el punto de vista de la rentabilidad por dividendo o de la rentabilidad del capital, siempre es más arriesgado invertir en una empresa tecnológica que en un productor de alimentos básicos, por ejemplo, que ofrece flujos de caja predecibles y un buen historial de distribución de dividendos», explica Craig Bonthron, gestor de renta variable global en Kames. «Siempre nos planteamos si los flujos de caja de las tecnológicas son sostenibles y si su cuota de mercado se vería amenazada por una nueva disrupción», añade.
Aunque el equipo de renta variable global de Kames reconoce el potencial de generación de rentas que ofrecen los valores tecnológicos, Bonthron subraya que no deberían dejarse de lado los riesgos que implica la inversión en tecnología, un sector que suele centrarse más en el crecimiento disruptivo que en la distribución de dividendos. «La mayoría de los que invierten en este sector buscan crecimiento, no rentas, porque eso es lo que ofrece la tecnología: soluciones disruptivas e innovadoras», añade.
«Incluso las empresas tecnológicas más maduras y valiosas están siempre en el punto de mira de los nuevos negocios, por lo que, aunque pueden crear valor, están constantemente amenazadas. Por eso conviene ser muy cuidadosos», apostilla el experto.