El Banco Central Europeo (BCE) no aumentará sus tipos de interés al menos hasta 2018 a causa de las persistentes dificultades a las que se enfrenta la región, afirma Kames Capital. Según John McNeill, cogestor del Kames Absolute Return Bond Global Fund, el mercado está empezando a descontar una primera subida de tipos en la eurozona para 2017 pero esa previsión no es realista, sobre todo teniendo en cuenta la situación de Grecia.
El experto cree que la recuperación económica –y la inflación– tardarán bastante tiempo en alcanzar el punto en el que se haga necesaria la intervención del BCE que, de momento, continúa centrado en su programa de expansión monetaria (QE).
“El mercado empieza a situar una subida de los tipos de interés del BCE a finales de 2017, pero esa fecha nos parece demasiado pronto”, sostiene McNeill. “Teniendo en cuenta que la región sigue en modo expansivo y que no hay rastro de inflación, pasarán aún varios años hasta que el BCE pueda empezar a endurecer su política monetaria”.
Para McNeill, la incertidumbre que genera la crisis griega es otra de las razones por las que el banco central pospondrá las subidas de tipos. “Los riesgos geopolíticos que se estaban gestando bajo la superficie, como la actual crisis griega o la volatilidad en China, se han hecho evidentes últimamente”, apunta.
“Como consecuencia, los mercados europeos de bonos han experimentado correcciones más severas que las de los mercados británico o estadounidense, porque los flujos se ha visto amplificados por el cierre de posiciones asociado al QE del BCE”.
En opinión del gestor, los fuertes movimientos registrados por las tires de los bonos de la eurozona han abierto nuevas oportunidades de inversión en este contexto de expansión monetaria. “Tras las correcciones, hemos iniciado una posición en deuda core europea con el objetivo de beneficiarnos del QE sin ponernos directamente largos en el mercado”, explica.
El fondo ha adoptado una posición larga en bonos alemanes a 30 años y corta en swaps en euros a 30 años porque es muy probable que el programa de compra de activos del BCE provoque una elevada demanda de bunds.
“La oferta de emisiones es muy limitada en verano por lo que, teniendo en cuenta que el BCE debe acelerar sus compras, creemos que los bonos ganarán terreno frente a las swaps”, concluye McNeill.