Tras la fuerte caída registrada por los precios del petróleo, el sector energético ofrece ahora mismo algunas de las oportunidades más atractivas de los últimos años, afirma Phil Milburn, gestor de renta fija en Kames Capital.
Pese a que los inversores se muestran cada vez más pesimistas con respecto a la deuda de las empresas energéticas por temor a que el elevado volumen de emisiones del último año pueda provocar fuertes ventas en el mercado high yield (tanto estadounidense como mundial), Milburn opina que, en realidad, las fuertes correcciones que han sufrido muchas de las empresas de mayor calidad no están justificadas.
Teniendo en cuenta que solo una décima parte de los bonos emitidos por las empresas energéticas del índice Barclays Global High Yield cuentan con una calificación de crédito CCC o inferior, el experto considera que muchos títulos ofrecen atractivo a largo plazo, sobre todo en el segmento con calificación B. «Los productores independientes con las calificaciones más bajas y las empresas de servicios petroleros son los más vulnerables, pero los rumores sobre el fin del sector son exagerados», señala.
«Vemos oportunidades entre empresas de exploración y producción con calificaciones B y superiores, por lo que hemos empezado a incrementar selectivamente nuestra posición».
Milburn cogestiona con Claire McGuckin el Kames High Yield Bond Fund y el Kames High Yield Global Bond Fund. Milburn, que ha invertido en una cesta de bonos del sector energético para mitigar riesgos, afirma que mantendrán este enfoque a la hora de aumentar la posición en el sector.
«Es difícil saber cuándo tocará suelo el mercado y por eso mantenemos gran parte del presupuesto de riesgo en reserva, pero muchos de los bonos de estas empresas ya están baratos y creemos que comprar ahora resultará beneficioso a largo plazo».
El gestor considera que, incluso si el precio del petróleo se mantuviese por debajo de los 60 dólares durante un largo periodo de tiempo, los impagos serían completamente manejables: «En un escenario de este tipo, resultaría fácil contener el contagio pero, incluso si la situación empeorase dramáticamente, no es probable que las pérdidas llegasen a superar los 100.000 millones de dólares».
Ante la creciente dispersión entre emisores, Milburn ve realista que el sector sea capaz de generar rentabilidades cercanas al 5-8% este año. «Aunque no deberíamos entusiasmarnos demasiado con esta cifra, me alegra que la dispersión entre las rentabilidades del high yield haya aumentado desde septiembre porque eso nos da a los gestores activos, como nosotros, la posibilidad de generar alfa», concluye.