El pasado 10 de marzo, la autoridad monetaria europea anunció que no solo incrementará su programa de compra de activos en 20.000 millones de euros al mes sino que, a partir del segundo trimestre del año, también incluirá deuda no garantizada de empresas que no pertenezcan al sector financiero.
Las recientes acciones del Banco Central Europeo serán un factor de estímulo para el mercado de crédito con grado de inversión, en opinión de Stephen Jones, director de inversiones de Kames Capital. “Si a la gente le preocupaba que el BCE se hubiese quedado sin munición, el anuncio de un programa mucho más amplio de lo que se esperaba disipó cualquier duda”, afirma Jones.
“El mercado está impresionado pero también asustado porque, con estas acciones, el BCE ha dejado claro que intenta remediar lo que obviamente considera un entorno de debilidad económica en Europa, dado el bajo crecimiento y la escasa inflación que registra la región, y que se está tomando la amenaza de deflación muy en serio”.
Las medidas adoptadas suponen un cambio de enfoque desde los mercados de deuda gubernamental hacia la economía real, al rebajar los costes de financiación de las empresas y dotar a los bancos de unas ventajosas condiciones financieras que les permitan respaldar el crédito hasta 2020.
Para Jones, estas medidas deberían resultar positivas para los activos de riesgo y la confianza del mercado a largo plazo, como empieza a reflejarse en el estrechamiento de los diferenciales de crédito.
“Ha llegado un nuevo comprador a la ciudad, se quedará al menos durante un año y es insensible al precio”, apunta el experto. “Ya hemos visto el fuerte impacto que han tenido los programas de compras del Banco de Inglaterra o del Banco de Japón en los mercados de bonos corporativos, por lo que esperamos que el crédito europeo se comporte mucho mejor que la deuda gubernamental a partir de ahora”.
Las principales beneficiadas del programa de compra de bonos del BCE serán las empresas de países del núcleo europeo como Francia o Alemania, así como las empresas de suministros públicos (utilities). Combinada con las operaciones de refinanciación a largo plazo condicionadas (TLRTRO), que ayudarán a los bancos de la periferia europea, la medida podría resultar muy efectiva.
“Esta situación respalda nuestros argumentos a favor del crédito con grado de inversión en base a las valoraciones pero el high yield también se verá beneficiado, ya que el precio resultará cada vez más atractivo en términos relativos”.
En el futuro, las medidas del BCE podrían acabar impulsando los mercados de renta variable gracias a la mejora del crecimiento. “En este momento, el énfasis está puesto en el crédito más que en la economía. Pero, si las medidas funcionan, y esperamos que lo hagan, los activos reales se verán beneficiados por la normalización del crecimiento”, concluye Jones.