Antes de la pandemia, la economía mundial estaba sufriendo por un colapso en la inflación, incluso llegó a atravesar un breve periodo de deflación. Tras su estallido, hubo un choque tanto en el lado de la demanda como en el lado de la oferta. Para combatirlos, los gobiernos y los bancos centrales extendieron generosos cheques de estímulos fiscales y monetarios. En opinión de Ariel Bezalel, principal gestor de la estrategia Dynamic Bond de Jupiter Asset Management, una vez las cadenas de suministro se restablezcan, los cuellos de botella deberían eliminarse y los precios deberían normalizarse. En el lado de la demanda, ésta ha recuperado terreno en la medida que los hogares han podido seguir consumiendo a través del comercio online.
En el largo plazo, Bezalel cree que seguiremos en un entorno de bajos tipos de interés por más tiempo. Esto se explica fundamentalmente por tres factores. Primero, el mundo se enfrenta a un problema de deuda crónico. En 2020, los niveles de deuda aumentaron en 40 billones de dólares, impulsados por los estímulos fiscales de Estados Unidos y Europa. El segundo factor es la demografía: a nivel global se observa una contracción de los segmentos de la población en edad de trabajar y en términos más amplios, un aumento de su envejecimiento de la población.
Y el tercer factor es un menor poder de fijación de precios por parte de las empresas. Con la proliferación del uso de teléfonos inteligentes, los consumidores tienen el poder de comparar precios de una forma rápida y eficiente, algo que ha cambiado de forma estructural al mercado, dificultando el incremento de los precios por parte de las empresas.
El problema crónico de la deuda
A nivel global, los gobiernos han incrementado su deuda para contrarrestar el efecto de la pandemia en la economía. El nivel de porcentaje de deuda frente al PIB es menor en Estados Unidos que en Europa y Japón. La economía estadounidense tiene un problema de exceso de deuda en el sector público y en el sector privado, pero tiene una mejor demografía; por ello, el equipo de la estrategia Dynamic Bond cree que la economía estadounidense tendrá un buen desempeño en los próximos años.
A lo largo de los últimos 20 y 30 años, conforme los niveles de deuda han incrementado, se ha neutralizado el incremento de los tipos de interés, que con el tiempo han mostrado una tendencia a la baja. Se sigue acumulando un problema de deuda crónico que se intenta resolver con nuevas emisiones de deuda. Las sociedades siguen incurriendo en deuda improductiva, para financiar el consumo hoy, en lugar de invertir en deuda productiva, para financiar el desarrollo y la investigación, la construcción de fábricas o infraestructura que en última instancia generen flujos de caja que después sirve para pagar la deuda. El hecho de que la deuda haya ido en aumento constata que gran parte de la deuda emitida ha sido deuda improductiva.
Con este telón de fondo, es complicado que la Reserva Federal pueda subir los tipos de interés próximamente, pero tal vez pueda acometer una retirada parcial de su programa de QE, o “tapering”, un poco más adelante en este año o a lo mejor a principios de 2022. Por ahora, la Reserva Federal está lanzando el mensaje de que no actuará hasta 2024, propiciando una batalla entre los mercados financieros y la Fed que han provocado unas presiones inflacionarias transitorias, según la opinión de Ariel Bezalel.
Desde que la economía de Japón entró en un estado económico de depresión y deflación hace unos 30 años, todos los intentos de reanimar la economía han fallado. El balance del Banco de Japón se encuentra por encima del 100% del PIB de su economía, mientras que el BCE y la Fed replican sus esfuerzos por conseguir una mayor tasa de inflación, existe un alto riesgo de que se dé un proceso de japonización en las economías de Occidente.
Las tendencias demográficas en contra
La demografía es el futuro que ya ha sucedido. A nivel global, cuanto más alta es la edad media de la población de un país, menor es la rentabilidad de sus bonos del gobierno. No es una sorpresa que la rentabilidad de los bonos a 30 años en Japón y Alemania no supere el 1% y 1,5%, respectivamente, y que la rentabilidad de los países con una mayor tasa de fertilidad, como la India, tengan una rentabilidad superior al 7%.
En Estados Unidos, el crecimiento de la población ha colapsado en los últimos años. Cada día unas 10.000 personas cumplen 65 años. La generación Baby Boomer, nacida entre los años 1948 y 1964, ha sido la principal impulsora de la actividad económica durante los últimos 50-60 años, y desde el año 2010 se están retirando del mercado laboral. En 2030, se espera que la población estadounidense por encima de los 65 años supere el 20%, con un consumo considerablemente menor una vez alcanzada la edad de jubilación.
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