De cara al segundo semestre de 2014, los expertos en inversiones de Julius Baer, entidad suiza de banca privada, prevén que continúen varias tendencias que son favorables para los mercados financieros.
Algunas de estas tendencias son: 1) la expansión moderada, aunque sostenida, de la economía mundial, especialmente en las naciones desarrolladas; 2) la contención que sigue mostrando la inflación; 3) la política monetaria comparativamente expansiva que probablemente mantengan los bancos centrales; y 4) las pruebas cada vez más numerosas de recuperación en la oferta de crédito bancario en todo el mundo (y de normalización de los niveles de concesión de préstamos en Europa). A consecuencia de ello, los activos de mayor riesgo deberían seguir recibiendo apoyo de unas condiciones económicas estables y un suministro abundante de liquidez, mientras que los obstáculos en forma de incremento de la inflación y subidas de los tipos de interés probablemente sean muy leves o prácticamente inexistentes durante la segunda parte de 2014.
Los bajos niveles de inflación favorecen por el momento un entorno de amplia liquidez, ya que cabe esperar que los principales bancos centrales del mundo desarrollado prosigan con sus políticas monetarias expansivas mientras la neutralización del riesgo subyacente de desinflación continúe siendo una prioridad. Un buen ejemplo es Nueva Zelanda, que actualmente tiene una tasa de inflación del 3% y es, por ahora, el único país del G10 que ha comenzado a normalizar sus políticas de tipos de interés. Es poco probable que el Reino Unido siga su ejemplo hasta por lo menos el primer trimestre de 2015, mientras que en EE.UU., los expertos en inversiones de Julius Baer no esperan la primera subida de tipos desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008 antes de mediados de 2015. “Dado que la Reserva Federal no ha sido capaz de cumplir con el mandato de pleno empleo otorgado por el Capitolio, tendrá que mantener una política monetaria mucho más expansiva de lo que sería necesario en otras circunstancias. Con ello, se conseguirá que la tasa oficial de desempleo siga bajando, a pesar de que el nivel de participación en el mercado laboral sigue estando en mínimos históricos”, explica Janwillem Acket, economista jefe de Julius Baer.
La fragilidad del crecimiento observado en la zona euro hasta ahora ha acentuado el riesgo de desinflación. Para contrarrestarlo, el Consejo de Gobierno el BCE se vio obligado a poner en marcha un importante conjunto de nuevas medidas en el que se incluye no sólo un recorte del tipo de descuento, sino también la introducción de tipos de interés negativos en los depósitos que realizan los bancos en la institución y el suministro específico de crédito al sector empresarial, medida ésta última diseñada para abordar el problema de la falta de crédito a las empresas en la zona euro. El BCE también ha indicado que pretende mantener su política de tipos de interés bajos durante bastante tiempo y ha fijado la duración de sus operaciones específicas de refinanciación a largo plazo (TLTRO) en cuatro años. Si bien la normalización del crédito sigue siendo una tarea ardua en Europa, la concesión de préstamos ha cobrado impulso recientemente en todo el mundo, algo que contrasta ligeramente con el ritmo de actividad que se observa en el conjunto de la economía. Por lo tanto, la abundancia de liquidez disponible debería aumentar aún más en el futuro, lo que actuará como un apoyo para los mercados financieros.
La evolución de la mayoría de las economías emergentes está lejos de ser deslumbrante
Entretanto, la evolución económica de muchas de las grandes economías emergentes está dando muestras de debilidad, debido en parte a la progresiva erosión de su ventaja competitiva, pero también porque todavía deben poner en marcha varias reformas en su mercado interno. Las elevadas tasas de inflación, la depreciación de sus divisas y los desequilibrios en el sector exterior están obligando a los bancos centrales de estos países a subir los tipos de interés, lo que limita el crecimiento económico. Sin embargo, ahora que la recuperación de la demanda en los mercados desarrollados está encontrándose con unos tipos de cambio más favorables en muchos de estos países, es sólo cuestión de tiempo que esta situación mejore también, probablemente hacia finales de este año y en 2015.
Aunque las tasas de crecimiento de China para los próximos años probablemente se frenen hasta el 6% o el 7% conforme el país vaya dando pasos hacia un modelo más de mercado, el enorme tamaño de su economía hará que siga siendo un importante motor para el crecimiento de las exportaciones de muchas empresas, tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes. Por el momento, esta expansión no será lo suficientemente rápida para estimular los precios de las materias primas, sobre todo porque las innovaciones recientes hacen que los proveedores tradicionales estén compitiendo actualmente con los nuevos operadores en un momento en el que el crecimiento de la demanda general se está desacelerando. Este fenómeno se observa especialmente bien en el mercado energético.
El ciclo de los mercados financieros está acercándose a su fin
Aunque las perspectivas económicas siguen siendo positivas y la liquidez es muy abundante, después de cinco años de alzas se están acumulando pruebas de que el ciclo de mercado de los activos de riesgo está bastante avanzado. Los expertos en inversiones de Julius Baer consideran que existen dos tendencias de inversión concretas que han perdido atractivo durante los últimos trimestres. La primera es regional, y tiene que ver con la convergencia de los países de la periferia y el núcleo de la zona euro. En lo que respecta a los rendimientos de los bonos, especialmente las primas sobre la deuda española e italiana, parece que la convergencia está prácticamente conseguida. Así lo ve Christian Gattiker, estratega jefe y responsable de análisis de Julius Baer: “Ahora que las primas de riesgo han disminuido hasta apenas 100 puntos básicos en los bonos a cinco años, actualmente el mercado ofrece a los inversores una recompensa escasa por el riesgo de impago que están asumiendo en cada país”. Así pues, parecería oportuno que los inversores consideraran otras oportunidades de inversión en Europa. La renta variable, en especial los valores de pequeña capitalización y las empresas inmobiliarias, todavía tiene recorrido al alza, ya que las cotizaciones actuales todavía no descuentan plenamente la normalización de las valoraciones de la deuda pública.
La segunda tendencia de inversión es la calidad de los balances de las empresas fuera del sector financiero. Los balances en este sector se han expandido considerablemente durante los últimos años. Expresada como porcentaje del PIB nacional, la deuda neta total soportada por las empresas no financieras estadounidenses ha aumentado hasta el 16%, mientras que los totales de los balances han subido hasta el 90%. En ambos casos, se trata de nuevos máximos históricos. Para Christian Gattiker, el mensaje es claro: “Ahora, las empresas están actuando mucho menos en favor de sus bonistas y mucho más en favor de sus accionistas de lo que lo han hecho en los últimos 30 años”. Este es un argumento contundente a favor de canalizar los capitales desde la deuda corporativa hacia las inversiones directas en renta variable.