Este año se va a caracterizar por ser de transición, de normalización del crecimiento económico y de los tipos de interés. Para dar paso, con posterioridad, a un 2025 de crecimiento económico. Este sería el resumen de las previsiones económicas de Julius Baer, firma que prevé que en 2024 se produzcan tres bajadas de los tipos de interés, la primera de ellas, del BCE.
Almudena Benedit, responsable de carteras de Julius Baer en España, afirmó que la autoridad monetaria europea recortará los tipos de interés en abril y al Reserva Federal, en mayo. Eso sí, en ambos casos habrá tres bajadas del precio del dinero. «Alemania está floja y Francia, también», asegura la experta, que admite que las subidas de los tipos de interés ha afectado más a las economías europeas que a la estadounidense «porque presentan un menor dinamismo».
Asimismo, explicó que no se observan desequilibrios en la economía americana, en tanto que el crédito no creció en exceso por los ahorros atesorados por los consumidores durante la pandemia, por la fortaleza del mercado laboral -derivado de las jubilaciones de los babyboomers- y por la política fiscal expansiva del Gobierno estadounidense. Eso sí, Benedit admite que la política fiscal expansiva de Estados Unidos ya está «agotada» de cara a dar nuevos bríos a la economía americana.
Las elecciones presidenciales de noviembre no tendrán impacto «sea cual sea el candidato elegido», según Benedit, aunque, eso sí, «habrá ruido» hasta el día de los comicios. En el caso de una victoria del actual presidente Joe Biden, «el dólar podría sufrir algo», ya que se especula que seguirá habiendo un elevado gasto fiscal. Y, en el caso de que Donald Trump salga victorioso, podría haber cambios en la política exterior, aunque no excesivos. Eso sí, Benedit augura más «ruido» con Trump que con Biden al frente de la Casa Blanca los próximos cuatro años.
Respecto a China, la experta admite que hay un «problema estructural» en el mercado inmobiliario que no se solucionará sin estímulos fiscales de calado. El Nuevo Año chino ha sido bueno, a juicio de la experta, aunque con matices, porque si bien los desplazamientos han sido elevados, el gasto por habitante ha decepcionado.
Sin unas políticas fiscales que impulsen el crecimiento y en un escenario deflacionista, Benedit prevé que China sea exportador de desinflación hacia el resto de mercados occidentales.
Distribución
Benedit apunta que en la firma sobreponderan la renta variable estadounidense, tienen un posicionamiento neutral en Europa y son alcistas en emergentes, eso sí, excluida China. Se inclinan por Corea del Sur -debido a su posicionamiento en semiconductores-, Singapur e India -en camino de convertirse en sustituto de China como fábrica del mundo-. «Va a ser un buen año para la renta variable», debido al crecimiento de los beneficios.
Respecto a los Siete Magníficos tecnológicos, la experta recuerda que el crecimiento de estas compañías «es fuerte y mayor que el del resto del mercado», por lo que, «en verdad, a estas compañías no las vemos caras». Benedit justifica esta opinión al explicar que existe una fuerte brecha entre las siete grandes tecnológicas y el resto de compañías «no tan grandes», para concluir que «sigue habiendo valor» en ellas. Eso sí, admite que Tesla les sugiere ciertas dudas.
En renta fija, según la experta, «también hay valor», aunque recuerda que es un activo en el que hay volatilidad. Benedit apunta que los intereses de la renta fija son atractivos y que es una buena alternativa. Además, «no es necesario asumir demasiados riesgos».
Apuesta por la renta fija de calidad: los diferenciales se han estrechado, por lo que el high yield y el investment grade pagan casi lo mismo. Además, opina que «hay carry suficiente» como para servir de protección frente a nuevas subidas de los rendimientos. «Nos gusta el crédito, pero también la deuda de gobiernos», asegura, para después desvelar que está alargando duración: la media en la actualidad ronda los cuatro años.
Otros activos
Benedit también presentó perspectivas para otros activos. Por ejemplo, el oro cree que «está caro» y sitúa su precio objetivo en los 1.800 dólares por onza, frente a los 2.000 dólares a los que cotiza en la actualidad.
También prevé que el petróleo se mueva en el entorno de los 70 dólares por barril, en un entorno de debilidad de la demanda debido a China y la presión en la producción por parte de algunos países de la OPEP.