Aunque las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China sean un riesgo potencial para el crecimiento de la economía global y del comercio internacional en particular, las firmas de inversión consideran que también puede haber oportunidades de inversión en mitad de este conflicto. Esta es la opinión de Julius Baer, que defiende que China es un mercado estratégico y táctico.
Según reconoce la entidad de banca privada en su último informe, tras el aumento de la tensión entre ambos países, han preferido abstenerse de comprar activos de riesgo dado lo impredecible de la situación y que, el peor de los escenarios, “llevará mucho tiempo en materializarse completamente y, por lo tanto, tendrá un precio”. Sin embargo, eso no quiere decir que se deba de dar la espalda a las oportunidades que ofrece este mercado.
“China tiene ambiciones a largo plazo para posicionar al renminbi como una moneda de reserva y como una alternativa al dólar estadounidense. Este es un fuerte incentivo para que el país se comporte de manera responsable, en particular con respecto a otras economías exportadoras emergentes”, apunta Yves Bonzon, responsable de inversión y CIO de Julius Baer.
Bozon prefiere alejarse del ruido y centrarse en las señales fundamentales que lanza el mercado, en particular en la liquidez que fluye hacia los activos financieros. “Uno de los puntos de vista estructurales de nuestro Comité de Inversión es que las señales de mercado están borrosas por el comercio y la política actual. La prohibición de ventas de tecnología mencionada anteriormente afecta a algunas empresas y sectores, por lo que podría desdibujar información fundamental sobre la actividad comercial o sobre las tendencias de liquidez que se producen en los precios de los activos. Esto hace que el posicionamiento global de la asignación de activos sea difícil de evaluar”, explica.
La entidad está analizando las posibilidades que ofrecen los activos de renta variable china, que pueden jugar un papel estratégico en las carteras. Muestra de ello, es que la entidad ha decidido concentrar el 100% de su asignación a acciones de mercados emergentes a China. Según señala Bonzon en su análisis, “los dos motores del crecimiento económico mundial en los últimos 30 años han sido el aumento de los microprocesadores y el aumento de los países en desarrollo. Estos dos son los mercados convergentes y los únicos emergentes, que se encuentran en China. Además, debido a varios factores, China es el mercado de acciones menos correlacionado con el índice S & P500 entre los principales índices”.
Por último, Bonzon reconoce que la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría causar daños a corto plazo, pero en el largo plazo el país “aumentará los méritos fundamentales de diversificación de las acciones chinas, ya que la interdependencia del ciclo entre China y los Estados Unidos disminuiría drásticamente”.