Si echamos la vista atrás hasta 2022, hemos pasado de tener la esperanza de la vuelta a la normalidad, a un cambio radical de escenario: inflación elevada, tipos de interés al alza, tensiones geopolíticas, crisis energética, volatilidad… En opinión de Julie Dickson, Investment Director de Capital Group, en consecuencia, ahora los inversores se encuentran en un punto en el que se preguntan si estamos llegando al final de este ciclo de inflación elevado o al final de un ciclo de subidas de unos tipos de interés rápidos y de alta frecuencia. Según su experiencia, que ha compartido con nosotros en esta entrevista, ahí es donde se centran los inversores porque lo que estamos viendo, especialmente en Europa y el Reino Unido, es que la inflación sigue siendo persistente.
¿Estamos en recesión o vamos a entrar en ella?
No hay duda de que es innevitable. Tenemos que pensar en lo que eso significa para los precios de los activos, para el crecimiento de los beneficios y las perspectivas económicas generales, y dónde están, desde una perspectiva global, las diferencias, por ejemplo, entre Europa y Estados Unidos.
¿Y qué significa esto para las divisas?
El dólar ha mantenido su fortaleza en este entorno. Ya era bastante fuerte antes de que empezara la pandemia, se hizo aún más durante la misma, y sigue creciendo rápidamente y conservando su valor después. Hay una corriente de pensamiento que sostiene que el dólar es fuerte y está sobrevalorado frente a otras divisas, pero aún hay margen para que eso continúe. El gran riesgo está en las expectativas: ¿podría la Reserva Federal de EE.UU. seguir subiendo los tipos? y no es descabellado de esperar. Es completamente posible.
¿Qué está descontando el mercado?
El mercado está intentando valorar estas expectativas. A partir de ahí, los inversores intentan saber qué camino tomar. Están muy centrados en cómo serán las perspectivas de inflación en EE.UU. frente a Europa. También se preguntan cómo serán las expectativas sobre los fundamentales de las empresas en EE.UU. y en Europa, y lo que esto significa para los precios de los activos. Esa es la conversación principal. Como resultado de esta incertidumbre, esperamos que la volatilidad persista durante algún tiempo.
Como usted ha dicho, muchos de estos riesgos ya se reflejan en los precios. En su opinión, ¿cuál es el riesgo al que pueden enfrentarse los mercados y que aún no está descontado?
Nuestra opinión es que, en algunos aspectos, el mercado ha valorado el posible fin de las subidas de tipos en EE.UU., pero creemos que aún existe el riesgo de que continúen. Las perspectivas de beneficios siguen siendo dispares, lo que está generando volatilidad en el mercado. No creo que la volatilidad del mercado vaya a desaparecer. Creo que seguirá existiendo durante un tiempo, por lo que debemos ser muy conscientes de ello. Así que, aunque los precios de la renta variable bajaron significativamente en 2022 y generaron una amplia base de oportunidades para invertir, sigue habiendo mucho riesgo. Así que tenemos que tener mucho cuidado con lo que estamos invirtiendo. A pesar de que algunas valoraciones parecen muy atractivas, sigue habiendo volatilidad y los inversores deben tenerlo muy en cuenta. Una de las cosas interesantes es que, por ejemplo en los mercados de renta fija, hay una clara distinción entre los riesgos del alto rendimiento en EE.UU. y los riesgos del alto rendimiento en Europa. Esto se debe a que las expectativas de recesión son muy diferentes, lo que crea oportunidades extraordinarias.
Usted se ha referido a las oportunidades que pueden encontrarse entre algunos sectores. ¿Cuáles tienen probabilidades de seguir cayendo?
Es más interesante hablar de lo que realmente podría resistir en este mercado. Hay riesgo, por ejemplo, con las empresas que no pagan dividendos o no aumentan sus dividendos. Esas son las compañías que probablemente son más sensibles a los cambios en los tipos de interés, porque en un entorno de crecimiento de los tipos de interés y de volatilidad, las empresas que pagan dividendos pueden hacerlo realmente bien. Nos centramos en empresas así, por ejemplo, en relación con las que pagan menos dividendos o las que son capaces de gestionar los costes de sus productos vendidos. En nuestra opinión, las sociedades que son capaces de generar flujos de caja a lo largo de esos beneficios son las más importantes, porque tienen más probabilidades de ser resistentes en este entorno, ya que el efectivo es absolutamente clave aquí.
¿Dónde se encuentran esas empresas?
Las encontramos en los sectores productores de bienes de consumo básicos, alimentación, bebidas, sanidad y también, hasta cierto punto, en semiconductores, de nuevo porque tienen poder de fijación de precios. Incluso en el sector bancario empezamos a ver cada vez más oportunidades atractivas, porque a medida que suben los tipos de interés, empieza a aumentar la rentabilidad de los préstamos. Pero hay un gran riesgo en torno a eso, que es cómo van a financiar esos préstamos con la rápida subida de los tipos Por tanto, el análisis fundamental es muy importante cuando nos fijamos en cómo se están estructurando los bancos y lo bien capitalizados que están en este entorno. Hay muchas oportunidades nuevas que nos permiten seguir siendo positivos y constructivos en este entorno.
¿Cree que ha llegado el momento para la renta variable europea?
Creo que es un buen momento para la renta variable europea. Una de las cosas que realmente me entusiasma es que los ingresos por dividendos de la bolsa europea siempre han sido muy atractivos, incluso en comparación con los EE.UU.. En nuestra opinión, el crecimiento que estamos viendo en Europa está caracterizado por su resistencia y creo que aquí hay una oportunidad, porque con los mercados corrigiendo de la forma en que lo han hecho, y en el amplio universo de empresas que pagan ingresos en muchos sectores, Europa ofrece oportunidades para seguir invirtiendo. Se trata de una opción a largo plazo, pero las valoraciones son muy atractivas en Europa.
En cuanto a la renta fija, parece que las perspectivas han cambiado. ¿Dónde cree que se encuentran las oportunidades?
Merece la pena destacar un par de cosas. La primera es el reto que plantea un mercado significativamente bajista que se está produciendo al mismo tiempo que la renta variable cae. Si hay algo que hemos observado es que el grado de inversión se ha abaratado mucho porque el mercado ha estado absolutamente centrado en los tipos. Eso ha hecho que toda la renta fija bajara, lo que plantea una serie de oportunidades realmente interesantes. Mi opinión es que en este entorno será clave tener un enfoque flexible a la hora de mirar a la renta fija. Tener la capacidad de ser flexible en este entorno de renta fija va a ser realmente importante. En estos momentos, el mercado resulta idóneo para invertir en una cartera de renta fija flexible, y estamos viendo oportunidades que encajan a la perfección.
¿Son las carteras mixtas una buena herramienta en este tipo de entorno?
Por supuesto. Tener un enfoque flexible que incorpore la renta fija de una forma multisectorial tiene sentido. La renta variable puede seguir proporcionando crecimiento a largo plazo y protección contra la inflación a largo plazo durante este ciclo, mientras que la renta fija actúa cada vez más como estabilizadora a medida que los mercados de renta fija se estabilizan. También hay oportunidades para que la renta variable mundial desempeñe un papel en una cartera diversificada. El punto especialmente interesante de la renta variable en estos momentos son las rentas, sobre todo los dividendos. Además, la inversión en renta variable está comenzando a cobrar protagonismo. Es una forma realmente defensiva de invertir en renta variable, para seguir obteniendo crecimiento al mismo tiempo que se consigue un patrón de rentabilidad más resistente. Una combinación de renta fija y variable tiene sin duda su lugar a la hora de proporcionar equilibrio a los inversores.