China lleva años desarrollando una transición de su modelo económico basado en las exportaciones hacia uno en el que el consumo interno juega un papel más importante, por lo que desde JP Morgan AM creen que existen oportunidades de inversión muy atractivas para los próximos cinco años y en concreto en el mercado de las acciones de clase A.
Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia para España y Portugal, analizó en una reciente conferencia online el peso cada vez mayor de China, un país que desde la gestora consideran que relevará a EE.UU. como primera potencia económica mundial en 2027.
China fue la primera en salir de la crisis por la pandemia del COVID-19 y la única de las grandes economías que acabó 2020 con un crecimiento positivo. El año pasado el motor fue la inversión en infraestructuras, en tanto que el consumidor se mantuvo cauto, pero eso está empezando a cambiar y el sector privado ha vuelto a tirar del crecimiento en los últimos meses, señaló Gutiérrez-Mellado.
También se están viendo beneficiados del hecho de que por las medidas de confinamiento en otras partes del mundo muchos están acudiendo a China como proveedor para no interrumpir sus cadenas de suministro.
“Al mismo tiempo que atraviesan esta transición, se enfrentan a la guerra comercial con EE.UU. China tiene por tanto dos prioridades: ser capaz de estimular internamente su demanda y por otro lado ser autosuficiente, independiente en el tema tecnológico, para no volverse a ver afectada por las sanciones”, destacó la experta.
Aunque en los últimos años ha disminuido crecimiento, el PIB per cápita ha continuado aumentando. El gobierno ha asumido la desaceleración como parte de un cambio para que el crecimiento sea más sostenible. Como consecuencia, la clase media cada vez pesa más y hace “rebotar el consumo”.
Un enorme mercado potencial
Sin embargo, el nivel de inversión extranjera no está creciendo al mismo ritmo, por varias razones: por una parte el mercado ha estado cerrado mucho tiempo, pero también por un concepto anticuado que ve a las empresas chinas muy ligadas al gobierno o únicamente al sector manufacturero. “Hoy el país ha evolucionado y muchas de las grandes multinacionales a nivel global son chinas. Hay que considerar a China como un mercado independiente, ya no dentro de los mercados emergentes, con su propio peso, como EE.UU., Japón o Europa”, explica Gutiérrez-Mellado.
En JP Morgan AM destacan las diferencias entre las acciones chinas de clase H (listadas en Hong Kong y en dólar hongkonés) y las de clase A (que cotizan en Shanghai y Shenzhen y en reminbi). Estas últimas representan por tamaño el segundo mercado bursátil más grande del mundo que durante mucho tiempo estuvo cerrado a la inversión externa porque había que cumplir requisitos muy estrictos. JP Morgan fue uno de los pioneros e invierte desde 2006.
El peso de estas acciones sigue siendo muy bajo en los índices de referencia. A partir de 2018 el MCSI va incluyendo a la región en sus índices y en la actualidad tiene un peso de un 20%, pero la mayoría son acciones H, las A apenas alcanzan un 5%. “¿Por qué esperar a que se complete el proceso, que suele tardar años, si nosotros creemos que es un mercado con oportunidades?”, se preguntó Gutiérrez-Mellado.
En la actualidad, el porcentaje de inversores extranjeros en las acciones del mercado doméstico no llega al 3%. Es un sector completamente dominado por un inversor local y muy rico. Por lo que desde JP Morgan AM ven oportunidades para gestores con su experiencia por tratarse de un mercado muy diversificado y con baja correlación con el resto de índices de renta variable, lo que aporta diferenciación a la cartera.
Sectores y fondos
Los sectores en los que ven mayor potencial de crecimiento son el tecnológico, el de consumo y el sanitario. El primero por las aspiraciones del gobierno chino de que el país sea autónomo, lo que impulsa industrias como la de los semiconductores, el desarrollo de software, la ciberseguridad o los coches eléctricos.
En cuanto al consumo, el crecimiento de la clase media está produciendo una modernización en el gasto: se demandan productos de mayor calidad en el día a día. A ello se suma la explosión del comercio online y el turismo interno, que también está en auge. Y en lo que respecta a la salud, ya antes del COVID-19 había falta de instalaciones de diagnóstico y atención sanitaria adecuadamente extendidas. A medida que las expectativas de los consumidores siguen aumentando, la atención a la mejora del gasto sanitario en China sigue siendo una clara tendencia estructural para los inversores.
Elena Domecq, especialista de producto y estratega para España y Portugal, presentó las tres estrategias que ofrece JP Morgan AM en este contexto. Y destacó en particular el importante equipo de 95 gestores y analistas dedicados a mercados emergentes y Asia-Pacífico, con más 30 personas que hablan mandarín. Según explicó, el año pasado formaron además un joint venture con una gestora local, lo que les permite combinar su experiencia global con la doméstica.
En el pico de la pirámide de opciones se encuentra el JPMorgan Funds – China A-Share Opportunities Fund, dedicado exclusivamente a acciones A y que representa por tanto una exposición más directa a negocios domésticos y al sector privado chino.
El JPMorgan Funds – China Fund amplía el escenario a toda China, con acciones de clase A (con un máximo de un 40%) y H, lo que ofrece exposición a grandes compañías, sobre todo de e-commerce. Finalmente, en la base, el JPMorgan Funds – Greater China Fund incluye además de a China a Taiwán y Hong Kong. Los tres siguen el mismo proceso de inversión, son fondos de mejores ideas y carteras concentradas, y están gestionados por Howard Wang y Rebecca Jiang.