La reducción de las tensiones comerciales y de la probabilidad de un Brexit sin acuerdo, así como la reciente aprobación en el Senado estadounidense del texto final del USMCA, son factores que impulsarán el crecimiento mundial en 2020, pero la incertidumbre persistirá. En este contexto, JP Morgan Asset Management recomienda invertir en crédito high yield y defiende que existen buenas oportunidades en renta variable europea.
En una conferencia ante los clientes en Madrid, el gestor de renta fija de la entidad, Andrew Norelli, reveló que la relajación monetaria, unida a la firma del acuerdo de Fase 1 entre China y Estados Unidos, han hecho que la gestora reduzca la probabilidad de que este año se produzca una recesión del 40% que preveían en 2019 al 25%.
En esta línea, destacó la reacción “abrumadora” de los bancos centrales en 2019, que generó relajación en todos los mercados, incluidos los emergentes. Esto, a su vez, provocó un desequilibrio entre la oferta y la demanda: “Existe más efectivo y menos activos, lo que ha causado inflación en los precios”. A su juicio, la provisión de liquidez de los bancos centrales va a continuar, por lo que “el precio de todos los activos seguirá subiendo”.
Según el gestor, este entorno de “carry” a corto plazo favorece al high yield y los emergentes, pero perjudica a la duración de calidad. Eso sí, no parece que pueda mantenerse ininterrumpidamente todo el año debido a las valoraciones elevadas y al impacto de las elecciones estadounidenses. La clave residirá en “enhebrar el hilo en la aguja”, es decir, en realizar una cuidadosa selección de bonos.
En ese sentido, Norelli defendió las posibilidades que brinda el JPM Income Fund. “Tiene dos objetivos sencillos: proporcionar una TIR atractiva con menor volatilidad y obtener ingresos a través de una distribución predecible y constante”, señaló. Asimismo, destacó que el proceso de inversión del fondo es completamente activo y se basa en tres claves.
La primera es un análisis de los factores fundamentales, cuantitativos y técnicos de distintos países, sectores y emisores a nivel global. La segunda es la diversificación, que se combina con la tercera: un filtro de ingresos. El resultado es una cartera que optimiza riesgos y minimiza las fluctuaciones en los pagos periódicos de dividendos. Actualmente, la deuda corporativa de alto rendimiento es la que más peso tiene (24%), seguida de las titulizaciones hipotecarias (MBS) y de activos (ABS).
El rendimiento total a vencimiento del fondo es del 5,27% (a 31 de diciembre de 2019) y cuenta con un objetivo de volatilidad del 4% al 6%. “No podemos tener éxito si no logramos reducir riesgos a través de la diversificación”, apuntó. Según Norelli, los retornos del fondo son atractivos y su volatilidad, menor que la del high yield tradicional. Por lo que, “en esta etapa final del ciclo económico, es una buena propuesta para reducir riesgos y preservar los ingresos”.
Renta variable europea
Por su parte, Michael Barakos, gestor de renta variable europea, abordó este mercado y destacó que, en la última década, las acciones de la región han obtenido un rendimiento total “extraordinario” del 10%. La cifra es idéntica a la registrada por los emergentes, pero con una volatilidad mucho menor.
Eso sí, admitió que en los dos últimos años las valoraciones de la renta variable europea no han sido demasiado justas, lo que ha provocado numerosos reembolsos, que ya suman 2.000 millones de dólares. Sin embargo, “es el cambio de expectativas lo que mueve los precios, y ya hace seis meses que las expectativas para los PMIs alemanes y, por tanto, para la situación económica europea en general, han mejorado”.
Barakos abordó el estilo “growth” y el “value” y, aunque admitió que en la última década los inversores se han centrado en el primero, señaló que también ha habido momentos de volatilidad en los que el segundo ha registrado buenos rendimientos. “Los inversores en ‘value’ se sienten muy solos, pero las valoraciones relativas muestran que hay oportunidades para ellos en Europa, sobre todo a medio plazo”. Mientras, el ‘growth’ parece demasiado caro, por lo que Barakos recomendó prestar atención a ese crecimiento que todavía no se ha anticipado.
En ambos casos, JP Morgan ofrece estrategias “genuinamente ‘value’ y genuinamente ‘growth’, que generan alfa” y que han solido obtener mejores rendimientos que sus índices de referencia en sus dos décadas de historia.
Aunque reconoció que el estilo ‘value’ sigue siendo poco atractivo para la mayoría de los inversores, el gestor hizo hincapié en que el JPM Europe Strategic Value Fund ha registrado buenos retornos (un 18,02% en 2019) e, incluso en los últimos años, ha conseguido generar algo de alfa. Su objetivo es proporcionar un crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo en empresas europeas infravaloradas con unos fundamentales sólidos. Por sectores, predominan en la cartera la banca (15,3%), los seguros (13,9%) y la energía (11,8%).
Por su parte, el JPM Europe Strategic Growth Fund es “el fondo ‘growth’ más rentable del mercado”, destacó Barakos. Su objetivo es generar crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo en firmas europeas con potencial de crecimiento, es decir, compañías de alta calidad con un momentum superior que todavía no ha sido identificado. Actualmente, el 15% de la cartera lo conforma el sector farmacéutico, seguido de los bienes de equipo (13,9%) y alimentos, bebidas y tabaco (11,6%). En 2019, el fondo obtuvo un rendimiento del 31,39%.
“Creo que es importante apreciar que el panorama de la renta variable está mejorando y hay que aprovechar estos dos fondos que pueden generar retornos fantásticos frente a los activos individuales”, sentenció.