Eric Bernbaum forma parte del equipo multiactivos de JP Morgan Asset Management, donde está a cargo de unos 50.000 millones de euros en activos bajo gestión a través del JP Morgan Global Income Fund. Se incorporó a la gestora unos meses antes del estallido de la crisis financiera de 2008, por lo que conoce bien la importancia de mantener la calma en un entorno de incertidumbre y recesión económica. En un encuentro virtual con periodistas enmarcado en el “International Media Summit”, Bernbaum recomendó ser pacientes con las estrategias de dividendos y mantenerlas, ya que considera que serán las principales beneficiadas de la eventual recuperación.
Al comparar la del 2008 con la crisis por la pandemia de COVID-19, hizo hincapié en uno de los factores diferenciadores: la velocidad a la que ocurrió la recesión este año y lo rápido que ha comenzado la recuperación, así como lo fuertes que han sido ambas. “El crecimiento global ya se encuentra en lo que consideramos una fase inicial de la recuperación y los datos macro están mejorando: vemos señales de expansión, el mercado inmobiliario estadounidense permanece fuerte e incluso los niveles de ventas del sector minorista son superiores a los de hace un año”, afirmó.
Mientras, por el lado de las empresas, los beneficios están mejorando y las condiciones financieras permanecen muy favorables, factores que, a su juicio, continuarán apoyando tanto a la renta variable como a ciertas partes de los mercados de crédito. “Sin embargo, existen ciertos riesgos de cola provocados por el virus, las elecciones estadounidenses, las tensiones comerciales o el Brexit, por lo que esperamos que la volatilidad permanezca elevada”, advirtió. A esto se une uno de los “mayores desconocidos”: el estímulo fiscal. En su opinión, habrá más, pero la duda es cuándo y cuánto.
Por ello, al comparar la ratio precio/beneficio entre el MSCI World y los índices High Dividend, puede verse que las estrategias orientadas a dividendos han registrado un rendimiento relativo inferior. Para Bernbaum, esto supone una oportunidad, ya que son más baratas y cuentan con un considerable crecimiento potencial por delante. “Por eso seguimos apostando por nuestra visión y creemos que vamos a salir beneficiados de esta coyuntura de ahora en adelante”, aseveró.
En este contexto, destacó que lo que tiene que suceder para que las estrategias orientadas a dividendos vuelvan a registrar rendimientos superiores es, fundamentalmente, encontrar una vacuna contra el virus y un tratamiento efectivo, algo que, a su juicio, va a ocurrir entre los próximos 6 y 12 meses. Esto va a contribuir a que muchos negocios que permanecen cerrados o con su actividad muy limitada vuelvan a abrir y a funcionar con normalidad, y la economía pueda recuperarse, lo que va a suponer “un catalizador significativo para este tipo de acciones, revirtiendo poco a poco la tendencia”.
Por ello, insistió en que lo peor que puede hacer un inversor en “income” ahora mismo es “ser impaciente y cambiar de estrategia de inversión”. Para él, es importante tener en cuenta que muchas de las empresas que no están pagando dividendos actualmente no lo hacen porque las autoridades les han impuesto límites y suspensiones temporales o porque necesitan contar con mayor liquidez, pero no porque afronten un problema de solvencia.
¿Cómo posicionarse?
Para poder aprovechar la potencial recuperación, actualmente el JP Morgan Global Income Fund cuenta con un peso considerable de renta variable de sectores cíclicos y con una exposición al crecimiento de calidad. En ese sentido, como los bonos gubernamentales han dejado de ofrecer beneficios de diversificación, en renta fija, Bernbaum prefiere inclinarse por el crédito con grado de inversión, sobre todo corporaciones estadounidenses en dólares con calificación A o BBB.
“Eso nos ha permitido centrarnos en áreas donde puedes obtener rendimientos atractivos con un riesgo limitado”, afirmó antes de revelar que la parte de crédito estadounidense investment grade de la cartera está proporcionando un rendimiento del 3% en la actualidad.
Asimismo, señaló que se han alejado de sectores con altas tasas de default, como el energético, dirigiéndose a otros más defensivos como las telecomunicaciones o el sector salud.