A estas alturas, la expansión económica estadounidense ha roto todos los récords históricos. Y sin embargo, la agitación en el plano político amenaza las previsiones del país. Según el último informe semestral de perspectivas para 2019 de JP Morgan AM, si bien es poco probable que los aranceles en sí
mismos resulten devastadores para este periodo de crecimiento, sus consecuencias indirectas sobre la inversión corporativa sí plantean un riesgo de mayor envergadura.
El informe, elaborado por la estratega jefe de JP Morgan AM, Karen Ward y Lucía Gutierrez Mellado, subdirectora de estrategia de la firma, subraya que, ante tal contexto, la Reserva Federal se enfrenta a la enorme presión de rebajar los tipos y garantizar que el «espectáculo estadounidense» siga en las carteleras de aquí a las elecciones presidenciales del próximo año. «Aunque tal medida podría respaldar la actividad en cierta medida, tanto la economía de EE.UU. como los beneficios irán ralentizándose a medida que los efectos de las rebajas fiscales se desvanezcan. Cualquier reticencia que Pekín pudiera haber mostrado a abrir el grifo del estímulo para salvaguardar el crecimiento chino es cosa del pasado», explican las autoras.
Ahora, las preguntas giran en torno a la velocidad con la que las medidas de estímulo monetario surtirán efecto y sus implicaciones en el extranjero.
Europa, la región más vulnerable a la guerra comercial
Europa es la región que parece ser más vulnerable a las repercusiones de la guerra comercial. Mientras que aún no está claro si la industria automovilística del viejo continente se encuentra o no en la lista de objetivos de Trump, Ward y Gutierrez Mellado afirman que la incertidumbre está afectando de forma importante a la región, y el alcance de las medidas de apoyo político al sector es limitado. «Históricamente, los inversores han tendido a beneficiarse de las estrategias de reducción del riesgo en las carteras en los finales de ciclo, pero dado el excepcionalmente confuso panorama actual –y el hecho de que los bancos centrales no hayan normalizado los tipos en esta ocasión– no está tan claro que los bonos nacionales y la liquidez vayan a cumplir la función que desempeñaban habitualmente para los inversores europeos», destacan.
En consecuencia, desde JP Morgan AM creen que de momento parece razonable mantener una asignación defensiva a renta variable mientras se buscan alternativas –como fondos macro y activos reales– que proporcionen a las carteras un posible colchón.