Las caídas con las que han comenzado el año los mercados, dirigidas por las incertidumbres monetarias en EE.UU., la transición económica en China y el desplome de los precios del crudo, se deben puramente a aspectos técnicos y al miedo, no a motivos fundamentales. Así lo cree Manuel Arroyo, director de Estrategia de JP Morgan AM para España y Portugal, que explicó, en el marco de la presentación de sus perspectivas para 2016 ayer en Madrid, que en este contexto debería confiarse en un alza de los mercados. “La bolsa estadounidense ha subido un 250% desde 2009 y es muy sensible a que cualquier factor provoque una toma de beneficios”, explica. Pero los activos de riesgo deberían subir.
Desde la gestora son optimistas porque confían en que, aunque el mundo atraviesa numerosos problemas, ninguno es mortal, “ni tan grande como para generar una recesión global”. Para la gestora, la esperanza es el consumo en las economías desarrolladas, que llevará el peso de la recuperación global; una recuperación materializada en un crecimiento moderado –del 2%-3% a nivel global-, capaz de ofrecer a los inversores rentabilidades positivas en los activos de riesgo, aunque discretas, fuera ya del doble dígito. Así, en un entorno en el que hay riesgos (volatilidad de las divisas, renta fija y deflación en China) pero también oportunidades (en emergentes y energía, aunque aún no se atreven a entrar), en la gestora favorecen activos de riesgo de los mercados desarrollados (renta variable de Europa y EE.UU. y deuda high yield europea, sobre todo) pero muy conscientes de la necesidad de diferenciar entre activos, sectores y valores, esperar menos retornos que en el pasado (un 5%-7% en los activos de riesgo) y buscar nuevas formas de diversificar.
“Ya no basta una cartera de renta fija y renta variable, porque las correlaciones son altas”. Es más, una cartera mixta de este tipo ofreció una rentabilidad negativa del 2% el año pasado, la más baja desde 2008, y en lo que va de año cae un 2,4%. Por eso, Arroyo apunta a estrategias de retorno absoluto para diversificar mejor, con menores correlaciones y poca direccionalidad.
Oportunidades en renta variable
Según Arroyo, sigue habiendo oportunidades en renta variable a pesar del entorno de subidas de tipos en EE.UU. pues, hasta que los tipos alcanzan el nivel del 4%, las correlaciones de las tires y las bolsas son positivas, aunque haya volatilidad. “Aún le queda recorrido a la economía y a las bolsas”, que no ve caras, pero advierte: para ver subidas en las bolsas es necesario ver crecimiento en los beneficios porque ya no se verán impulsadas por una expansión de múltiplos. Y, en este sentido, ve el potencial en Europa mayor que en otras regiones, incluido EE.UU. (por el factor a favor de la debilidad del euro y las medidas del BCE, que podría actuar más en 2016 y favorecer las exportaciones, pero también por el crecimiento de la demanda interna y el impulso de las reformas), si bien es positivo con ambos mercados, neutral en Japón y negativo en emergentes.
Para Jon Ingram, gestor del equipo de renta variable europea, “la bolsa europea es el activo en el que hay que estar”, y espera crecimiento en los beneficios de entre el 7% y el 8%, sobre todo en las empresas vinculadas a Europa y menos en las británicas, con mayor exposición a emergentes. El gestor cree que los sectores cíclicos están mejor valorados actualmente que los defensivos y, además, algunos como los bancos y aseguradoras se benefician de la subida de tipos en EE.UU., algo que suele sentar mal a segmentos defensivos como el healthcare o la alimentación. En su cartera apuesta por aseguradoras o automovilísticas como Renault (sin la exposición a emergentes o a EE.UU. de las empresas alemanas) y recuerda que la caída del petróleo jugará a favor. Su fondo Europe Dynamic Fund ha batido al índice en todas las ocasiones con un horizonte temporal superior a 4,5 años.
Cautela en emergentes
“Aunque a largo plazo podría suponer una oportunidad, el mensaje actual es de cautela porque los emergentes afrontan problemas severos, si bien gran parte ya están descontados por los mercados y el comportamiento de flujos podría indicar un comportamiento positivo en los próximos meses”, dice Arroyo. Pero aún son cautos, en un mundo con enormes divergencias (mientras en LatAm suben tipos a pesar de la recesión, en Asia los bajan para impulsar el crecimiento, con un mercado chino fuente de volatilidad pero cuyas caídas no tienen impacto en la economía ni se deben a nuevos factores. “Todos sabemos que China crecerá menos y que está consiguiendo lo que quiere (mientras lo relacionado con la vieja China, la industrial, va mal, aquello relacionado con la nueva China, la de los servicios y el consumo, va bien), pero lo comunican mal”, explica.
High yield: apuesta contrarian
En renta fija, la gestora es contrarian y apuesta por el high yield, con tasas de impago bajo mínimos y diferenciales por encima de los 540 puntos básicos, por lo que augura una caída de los mismos. Gusta sobre todo el sector en Europa, donde el peso del sector de la energía, el que podría protagonizar más defaults, es menor que en EE.UU. y donde los valores tienen menor riesgo de duración y de crédito. “Es un bueno entorno para el high yield”, comentaba Charlie McCarthy, gestor del Income Opportunity Fund, recordando que el sector energético solo supone un 15% de este segmento de deuda en EE.UU. “Cuando los diferenciales están por encima de los 500 puntos básicos, ocurre que baten en rentabilidad a las acciones en el 86% de las veces”, indica.
Con respecto al euro/dólar, en la gestora creen que no habrá mucho movimiento este año pues el grueso de revalorización de la divisa estadounidense ya ha tenido lugar.