JP Morgan AM presentó en Madrid esta semana sus perspectivas para el cuarto trimestre del año, en las que mantiene su previsión de que Estados Unidos esquivará la recesión, aunque no así Europa ni Reino Unido, y que en materia de posicionamiento continúa con una cartera defensiva, si bien ha comenzado a comprar bonos estadounidenses y observa oportunidades en alta rentabilidad por dividendo y también en el sector del crédito de alta calidad.
«Todos sabemos que este año o has tenido energía, materias primas y dólar, o con el resto de los activos ha estado complicado», resumió Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de estrategia de JP Morgan AM para España y Portugal, al inicio de la presentación sobre las dificultades que ha presentado 2022 para la inversión y la decisión de los bancos centrales de priorizar la lucha contra la inflación y por tanto continuar con la subida de tipos.
Respecto al tema que centra todos los debates este año, la inflación, Gutiérrez-Mellado indicó que todo parece indicar que en Estados Unidos ha tocado techo, pero se espera que su retroceso a partir de ahora sea gradual. De aquí a un año, prevén que la inflación subyacente baje del 6% actual a en torno a un 3%. En los aspectos positivos existe una mayor estabilidad en el precio de las materias primas y de la energía en comparación con los trimestres anteriores, así como en el precio de los bienes de consumo. Sin embargo, siguen preocupando los alquileres, cuyo mercado sigue fuerte, así como los servicios, cuya demanda y precios siguen persistentemente altos.
En el caso de Europa, lo que destaca es la gran diferencia entre la inflación general y la subyacente por el componente de materias primas y energía provocado por la guerra en Ucrania. «En un entorno en el que la guerra se está alargando más de lo que se esperaba, va a tener un claro impacto negativo en el consumidor de la zona euro», indicó Gutiérrez-Mellado.
Pese al aumento de tipos de los últimos meses por parte de los bancos centrales, la política monetaria no está en terreno restrictivo todavía. “Pensamos que en un entorno en el que la inflación todavía no está controlada, los bancos centrales van a continuar subiendo los tipos”, añadió.
La Fed lleva una subida de 300 puntos básicos en los últimos seis meses, y podría subir entre 125 y 150 puntos básicos más hasta principios del año próximo, para evitar que la inflación se quede anclada en los niveles actuales. «Si se cumple nuestro escenario, que es que EE.UU. consiga evitar la recesión, a las subidas no le seguirán bajadas de tipos, sino que en 2023 habrá unos cuantos meses en que estos niveles se mantendrán», pronosticó.
En Europa al BCE en cambio no le queda más remedio que seguir subiendo los tipos en esta última parte del año, pero el próximo, como las previsiones para la situación económica son más negativas y sí se vislumbra una recesión, no está claro hasta qué punto podrá mantener esta política.
Crecimiento discreto
«Ese equilibrio que han perseguido los bancos centrales entre crecimiento e inflación cada vez está más complicado», explicó Gutiérrez-Mellado. Pese a ello, desde JP Morgan AM siguen considerando que habrá crecimiento a nivel global, aunque muy discreto.
En este aspecto, el cambio principal en la visión de la gestora se centra en China, de la que hasta antes del verano aún confiaba en que podía ser motor de crecimiento. Ahora en cambio ven “baches” en esta recuperación, por las oleadas de coronavirus, que siguen afectando el funcionamiento económico pese a que las autoridades tratan de flexibilizar algo su política de COVID-cero, y por el sector inmobiliario, que continúa muy cuestionado. En este escenario, la recuperación del país no se produciría al menos hasta principios de 2023.
Posicionamiento de cara al cuarto trimestre
En asset allocation, Gutiérrez-Mellado reiteró que mantienen el enfoque conservador con el que llevan tiempo haciendo frente al entorno de incertidumbre, inflación y débil crecimiento. Continúan infraponderados en renta variable, porque consideran que «las expectativas de los analistas sobre resultados empresariales siguen siendo muy elevadas». Lo lógico es esperar una reducción de beneficios, y si bien todas las valoraciones han corregido, aún no las ven lo suficientemente atractivas para incrementar el riesgo.
Los ingresos y las ventas de las compañías han aguantado muy bien este año pese a la desaceleración, pero observan más impacto negativo en la parte de los márgenes, que ya han empezado a caer en EE.UU.
Con respecto a la renta fija, a medida que han ido subiendo las tires han ido entrando poco a poco sobre todo en el mercado americano. «El tener la cartera un poco más sesgada a Estados Unidos que a otras regiones nos ha ayudado en las últimas semanas», agregó.
«A día de hoy tenemos un posicionamiento neutral en duración en carteras sobre todo por la exposición que tenemos a renta fija americana. Todavía no nos parece adecuado ponerse largos en duración porque pensamos que el mercado aún no ha reflejado todas las subidas de tipos, porque sigue muy centrado en la inflación –que puede sorprender al alza- y por la correlación positiva que hemos visto este año entre los mercados de renta variable y renta fija, que hacía años que no pasaba», señaló.
Siendo los perfiles conservadores los que más están sufriendo este año, desde la gestora piensan sin embargo que las tires están empezando a alcanzar los niveles que permitan que vuelva a existir algo de descorrelación entre ambos tipos de activos.
Respecto del high yield, Gutiérrez-Mellado explicó que ha aguantado la crisis mejor que en el pasado. Por una parte porque la calidad del índice es mucho más alta que hace unos años, pero además porque durante la pandemia los bancos centrales aprobaron ayudas a las compañías con las que han podido refinanciarse y no tienen necesidad de hacerlo ahora. «Si la renta variable continúa cayendo también lo hará el high yield, pero los diferenciales van a tocar techo antes que en crisis pasadas y también la tasa de impago será algo menor».
Lo que sí mantienen en las carteras en renta variable es un sesgo a calidad. «Otra temática que nos parece atractiva es alta rentabilidad por dividendo, y el segmento del crédito de calidad en un perfil con algo más de riesgo», añadió.
El fondo de la gestora que mejor comportamiento ha tenido este año es el de materias primas, pero los clientes también vuelven a pedir estrategias de renta fija flexible después de años en los que estaban relegadas. En renta variable el interés se centra en fondos globales y en Europa en el fondo alternativo long-short Europe Equity Absolute Alpha –con rentabilidades positivas este año-, así como en los fondos de rentas, «buques insignia» de JP Morgan AM, concluyó Gutiérrez-Mellado.