JP Morgan AM cree que este año habrá crecimiento a nivel global y en Europa pese a la situación en Ucrania y los problemas con la inflación, que se mantendrá elevada por lo menos hasta el año próximo, de acuerdo con las perspectivas trimestrales de la gestora presentadas en Madrid por Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de estrategia para España y Portugal.
Además, la gestora anunció que cuenta con una nueva portavoz para temas de sostenibilidad en España, Elena Domecq, especialista de producto y estrategia local para España y Portugal. Con el nombramiento se busca subrayar el papel de la sostenibilidad como prioridad estratégica.
«Después de un 2021 extraordinariamente bueno para la renta variable, este año se presenta complicado tanto para la renta variable como fija», señaló Gutiérrez-Mellado. El año empezó con un cambio muy fuerte de mensaje de los bancos centrales por la mayor inflación y luego llegó la guerra. «En enero teníamos una visión constructiva con una perspectiva de crecimiento sólido, incluso pese a la nueva oleada de coronavirus. La sensación era de que este año se podía crecer, no tanto como en 2021, pero sí por encima de la media», añadió.
Pero ante el shock en la oferta de materias primas y el repunte de la inflación como efecto de la guerra la duda es qué va a pasar con el consumidor, que hasta ahora se consideraba el motor de la recuperación. «Claramente hay un impacto, pero con la información que tenemos a día de hoy pensamos que el consumidor no dejará de consumir de forma drástica gracias a las tasas de ahorro que existen«, consideró. Será, eso sí, un crecimiento mucho más lento, ya no superior a tendencia, y con importantes diferencias regionales, con Europa mucho más afectada por la crisis en Ucrania.
Crecimiento por regiones
Mientras que a principios de 2022 se consideraba que Europa recortaría posiciones con EE.UU., ya no será posible debido a su dependencia energética de Rusia. Por ello, desde JP Morgan AM estiman que habrá un crecimiento plano para la primera mitad del año y algo mejor en el segundo semestre.
En cambio, en EE.UU. el efecto será mucho menor, y como los precios de la energía también estarán mucho más contenidos, el consumo se verá favorecido. En este caso las expectativas para el PIB se han rebajado del 4% al 3%.
En China, la gestora observa elementos positivos pero también algunos riesgos. El gigante asiático se puede permitir una política monetaria más relajada porque su objetivo principal este año es conseguir el 5,5% de crecimiento que se ha propuesto. Como ventaja para alcanzarlo cuentan con una menor inflación, y las autoridades también están intentando ser más transparentes en cuanto a los cambios regulatorios, para no generar incertidumbre como con las medidas tomadas el año pasado sobre ciertos sectores.
Sin embargo, subrayó Gutiérrez-Mellado, «nos parece que conseguir este objetivo con una política de COVID cero es complicado», encerrados como están en la actualidad en ciudades tan importantes como Shanghai. «Otro factor es el sector inmobiliario, que está sufriendo y en el que no se han despejado todas las dudas», indicó.
La inflación, ese gran tema
La subida de los precios es el otro gran factor que marca las previsiones de este año. «Va a estar aquí más tiempo y en un nivel más elevado de lo que se esperaba, y a las presiones existentes se ha sumado el conflicto entre Rusia e Ucrania», dijo la experta.
Más allá de la energía, la inflación subyacente también ha subido: durante la pandemia cambiaron los patrones de comportamiento de consumo, y con la reapertura y el incremento de la demanda se produjeron los desajustes en las cadenas de producción. A ello se suma la inflación en el sector servicios, que ya se preveía para cuando se pudiera volver a consumir tras la pandemia.
La inflación será persistente aunque desde JP Morgan AM aún creen que se moderará en la última parte del año. «Pero tenemos que acostumbrarnos a algo que no veíamos desde hace mucho tiempo, que son varios años con inflaciones en torno al 3 o 3,5%, más alta quer los objetivos de los bancos centrales».
Respecto de estos últimos, en vista de que sigue habiendo crecimiento aunque sea menor del previsto a principios de 2022, han apostado por combatir la inflación y endurecido su política más de lo que se estimaba aún a finales del año pasado. Se descuentan subidas en cada reunión de la Fed, indicó Gutiérrez-Mellado, y, como quedó de manifiesto en la de este mes, no solo de 25 puntos básicos, sino de 50 al menos en algunos casos. Y también el BCE sorprendió anunciando que podría subir los tipos ya a finales de año y no esperar a 2023 como había adelantado.
Una cartera neutral
«Estamos más cautos y hemos ido reduciendo riesgo en carteras. A día de hoy las carteras están neutrales en renta variable y fija. Pero con la perspectiva de que haya un repunte hacia final de año, creemos que el próximo movimiento va a ser volver a incrementar el riesgo en carteras con renta variable», resumió la experta sobre los cambios realizados en las últimas semanas por la gestora.
Asimismo destacó que se encuentran en general cortos de duración en todos sus fondos de renta fija y consideran que hay oportunidades en crédito tanto de baja calidad como de grado de inversión en un escenario de crecimiento económico y tasas de impago en mínimos.
En la renta variable han adoptado un sesgo hacia EE.UU., y están más neutrales en mercados emergentes a la espera de ver qué pasa con China. 2021 fue extraordinariamente bueno para la renta variable, y este año «lógicamente no puede mantenerse igual. Pero el consenso de mercado es un crecimiento en torno a un 8%, que nos parece que si nuestro escenario macro se materializa, es alcanzable», añadió.
En lo que se refiere a sectores value o growth, las carteras se encuentran bastante neutrales y se ha revertido la sobreponderación a crecimiento, si bien es un sector que seguirá haciéndolo bien, solo que con rentabilidades más discretas porque las de los últimos años eran insostenibles.
Por ello, entre los fondos demandados por sus clientes están los de multiactivos, que responden con flexibilidad a estos desafíos. La gestora mantiene de manera global una visión a medio y largo plazo, con exposición a las materias primas por su gran demanda y desajuste en oferta, y los inversores también se decantan por su oferta de alternativos líquidos, que sus analistas consideran imprescindibles ante un entorno complicado para la renta fija y con menores rentabilidades en la renta variable.