Las perspectivas económicas permanecen moderadas y el riesgo de una recesión en Estados Unidos en los próximos 12 meses continúa siendo bastante bajo; sin embargo, el crecimiento global ha vuelto a la tendencia más rápido de lo esperado, la política monetaria estadounidense está endurecida y continúa la tensión comercial, todos ellos factores de riesgo. La ralentización del momentum económico y el endurecimiento de las políticas ha llevado a JP Morgan Asset Management a eliminar el riesgo de su estrategia de multiactivos de forma gradual desde mediados de 2018, sobre todo reduciendo sus asignaciones de renta variable. Su combinación de asignaciones es, bajo su punto de vista, apropiada para un entorno de ralentización del crecimiento de ingresos y aumento de riesgos macroeconómicos.
La volatilidad de los mercados ha hecho que las rentabilidades de algunos tipos de activos vuelvan a aumentar, ofreciendo fuentes de ingresos atractivas para los inversores que quieren ir hacia delante. Los cambios en las asignaciones de activos en 2018 no han tenido un impacto significativo en la rentabilidad, pero, según destaca la gestora en un reciente informe sobre su Global Income Fund, les ha permitido diversificar su fuente de ingresos, “lo que será un factor importante de cara a 2019”.
Renta variable global
Pese a que el crecimiento económico permaneció por encima de la media y el de los beneficios empresariales, fuerte, en 2018, la narrativa del mercado estuvo dominada por la política, las tensiones comerciales, el endurecimiento de la política monetaria y la moderación del crecimiento. A medida que avance 2019, estos asuntos se mantendrán, llevando a los inversores a preguntarse si representan un punto de inflexión para el ciclo actual o una mera corrección.
Para JP Morgan AM, no hay duda de que estamos cerca del final del ciclo económico y que los inversores deberían ser cada vez más selectivos, especialmente dadas las señales de un aumento de deuda en varias partes del sector corporativo estadounidense, y dado el ritmo de cambio tecnológico y la disrupción que afrontan muchas industrias. Sin embargo, señala, la rentabilidad corporativa se mantiene sana y, pese que el momentum económico sin duda se ha ralentizado, se encuentra lo suficientemente amplio para sostener los ingresos globalmente. Mientras, por primera vez en muchos años, las valoraciones están por debajo de la media histórica y, al mismo tiempo, atractivas en relación al efectivo y los bonos.
Un riesgo clave es que la incertidumbre geopolítica, que ya ha comenzado a pesar en las decisiones de inversión y de contratación de las empresas, va a continuar intensificándose. Los inversores monitorizarán las afirmaciones de los equipos de gestión de las empresas en el próximo periodo de beneficios corporativos en busca de señales de un impacto.
High yield
Aunque en 2018 JP Morgan AM rebajó sus perspectivas generales respecto al crédito, mantuvo una visión constructiva hacia el high yield estadounidense en sus carteras de multiactivos, dado que considera que el riesgo de que tenga lugar una recesión en el país norteamericano en los próximos 12 meses continúa bastante bajo. “Si bien el crecimiento global se ha desacelerado, sigue respaldando los fundamentales de crédito y los beneficios corporativos”, señala la gestora. Pese a que se espera que se ralenticen desde sus niveles máximos, los flujos de caja permanecen fuertes; y los balances de las empresas en el ámbito del high yield continúan sólidos, ya que la mejora de los flujos de caja y los planes de gasto moderado mantienen estable el apalancamiento. Las firmas que han emitido bonos high yield han estado experimentado un proceso de desapalancamiento desde principios de 2016, los parámetros de cobertura de intereses se encuentran o están cerca de máximos de expansión y las tasas de incumplimiento permanecen bien por debajo de las medias a largo plazo del 1,81 % (a 31 de diciembre de 2018).
A medida que el ciclo económico continúe madurando, la gestora espera que los defaults se ubiquen entre el 1 % y el 2 %, al menos hasta que la actividad económica comience a debilitarse. “Aunque los spreads y la rentabilidad del mercado más amplio de high yield se encuentran en el extremo más ancho de su rango reciente y la volatilidad ha aumentado, creemos que el tipo de activo representa un valor razonable en relación a los defaults actuales y esperados”, apunta. A su juicio, el estudio de los fundamentales y la selección ascendente de valores que ponen en marcha los gestores de high yield de JP Morgan AM debería permitirles seguir capitalizando las oportunidades del mercado.
En Europa, las tasas de incumplimiento se han mantenido cerca de mínimos históricos en 2018, por lo que sería sensato asumir que en 2019 solo pueden aumentar. Sin embargo, la gestora espera que los impagos cierren el año por debajo del 2 %. Dado el reciente aumento de las rentabilidades, el alza de la volatilidad y las mínimas necesidades de refinanciación corporativa, la oferta neta debería permanecer calmada del mismo modo en 2019. “Con los spreads del high yield europeo en su nivel más amplio en tres años, creemos que este tipo de activo supone actualmente una fuente de ingresos atractiva y una fuente de diversificación junto a nuestras asignaciones de crédito estadounidense”, afirma JP Morgan AM.
Otros tipos de activos
Este año, la gestora continuará buscando ingresos en otros tipos de activos de crédito, como los hipotecarios en Estados Unidos. Entre las hipotecas que no son de agencias, los datos del mercado inmobiliario estadounidense continúan reflejando los primeros signos de enfriamiento, en gran medida debido al impacto de los tipos más altos. Esto no ha aplacado el interés de los inversores y los tipos variables de este mercado hipotecario continúan impulsando la demanda de este activo. Mientras, los valores de las hipotecas de agencias estadounidenses son creados por una de las tres agencias cuasi-gubernamentales: Government National Mortgage Association (Ginnie Mae), Federal National Mortgage (Fannie Mae) y Federal Home Loan Mortgage Corp (Freddie Mac). Los bonos de la primera están respaldados por la plena fe y crédito del Gobierno estadounidense y, por ende, están libres del riesgo de default. Mientras, los valores de Fannie Mae y Freddie Mac no cuentan con el mismo respaldo, por lo que sí cuentan con un poco de riesgo crediticio, pero el de default es insignificante.
“Como tal, este tipo de activo ofrece una alternativa a los bonos gubernamentales tradicionales. En una cartera diversificada, nuestra expectativa es que estas asignaciones continúen ofreciendo un posicionamiento defensivo, una liquidez razonable y un carry positivo”, asegura JP Morgan AM.