Según apunta John Stopford, responsable de la división Multiasset Income de Investec Asset Management, 2019 será probablemente un año desafiante para los mercados emergentes. Atravesando el décimo año de un mercado alcista en la mayoría de las clases de activos procíclicas. Un mercado bajista es probablemente una cuestión de tiempo. Las valoraciones no son mucho más persuasivas y el ciclo comienza a construir potenciales catalizadores para que se dé un mercado a la baja. Esto incluye una variedad de indicadores adelantados que, si la historia sirve de guía, podría sugerir que una recesión a finales de 2020 está comenzando a ser cada vez más probable.
Además, la política monetaria, que ha servido de apoyo a los precios de los activos durante gran parte de la década, está comenzado a ser menos acomodaticia. En particular, el programa de relajamiento cuantitativo está siendo gradualmente retirado a nivel global y la Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado a disminuir su balance y a incrementar los tipos de interés. El estrés que esto ha causado está siendo principalmente transmitido al resto del mundo, especialmente a aquellas naciones en el mundo en desarrollo que mantienen una posición de deudor neto con el resto de los países, en lugar de tener un efecto material en las condiciones financieras de Estados Unidos. Desafortunadamente para los mercados emergentes, esta ausencia de relajamiento cuantitativo junto con la implementación de una política fiscal proporciona a la Fed un motivo más para continuar con el ajuste de su política monetaria.
Otros factores potenciales de un entorno de mercado a la baja incluyen:
- La escalada de los aranceles comerciales con el objetivo de contener el crecimiento de China como potencia económica
- El potencial daño colateral de las enmarañadas políticas, por ejemplo, en Italia y Reino Unido
El tiempo juega en contra
El caso para adoptar una postura cada vez más defensiva en las carteras es, por lo tanto, bastante claro. El problema es que el inicio del próximo mercado bajista sigue siendo bastante incierto. Si a la expansión económica todavía puede continuar durante un año o más, entonces, el mercado de renta variable podría tocar nuevos máximos antes de alcanzar su techo. En general, los mercados de renta variable tienden a mostrar un rally justo antes de una recesión. Muchos inversores han sido cautelosos a lo largo de este mercado alcista y por lo tanto se han perdido una parte significativa de las ganancias como resultado. Existe un coste para el inversor, tanto como por reaccionar demasiado pronto como por hacerlo demasiado tarde, pero es probablemente más difícil de intentar reaccionar con anticipación.
En Investec Asset Management se sentirían más cómodos a la hora de decir que los mercados han tocado techo si los inversores se estuvieran considerando la posibilidad de alcanzar un nuevo rally, pero este no es el caso. Por lo que quizás, el mercado pueda continuar escalando el muro de las preocupaciones, tal y como lo ha hecho en la mayor parte de los últimos años. Afortunadamente, las opciones de compra call sobre renta variable, que proporcionan una manera de participar en el mercado si el rally de acciones continúa y a la vez protegen a la baja, siguen estando relativamente baratas en un contexto histórico.
En Investec creen que una estrategia sensata es vender futuros sobre la renta variable para cubrir parte de su exposición física en acciones y para después recomprar opciones call en el caso de que el mercado alcista continúe.
El caso de la deuda
Además, Investec opina que es demasiado tarde en el ciclo para tomar una fuerte exposición en deuda corporativa, dado el aumento de la incertidumbre. También son cautelosos sobre si los bonos del gobierno proporcionarán una cobertura si caen los mercados de renta variable. A priori, a Investec le preocupa que los bonos y las acciones sufran una oleada de ventas conjuntas si la política monetaria se vuelve más estricta y se convierte en el principal impulsor del movimiento del mercado, al menos hasta que los bancos centrales se vean obligados a cambiar de rumbo.
Divergencia en las divisas
Las políticas del presidente Trump y la resultante divergencia en el crecimiento con respecto al resto del mundo siguen sirviendo de apoyo al dólar, lo que puede mantener la presión sobre los países con una posición más débil en su balanza de pagos, aunque algunas de las divisas de estos países pueden estar sobrevendidas. El yen japonés sobresale por encontrarse en estos momentos significativamente barato y por ofrecer un comportamiento defensivo natural en el caso de la renta variable sufra una caída, gracias al estatus que Japón mantiene como acreedor internacional.
En conclusión, la selección es más importante que nunca. Existen oportunidades de valor seleccionadas en muchas áreas y un enfoque bottom-up de selección parece ser cada vez más relevante en este momento del ciclo de mercado. Un enfoque en mantener posiciones con valoraciones atractivas y rentabilidades soportadas por unos flujos de caja sostenibles debería ayudar a apuntalar los rendimientos en un entorno de mercado difícil.