El arranque de año no ha aportado por el momento más claridad a los inversores. En un entorno poblado por noticias tanto positivas como negativas, Janus Henderson Investors ha celebrado un webinar en el que ha dado sus perspectivas de mercado Jim Cielinski, responsable global de renta fija; Steve Cain, gestor de alternativos; y Jeremiah Buckley, gestor y responsable de la estrategia Balanced de la firma.
¿Qué hacemos con la inflación?
El primer punto de debate giró en torno a la estabilidad de los precios, ya que los participantes en el panel se mostraron de acuerdo al afirmar que la inflación seguirá siendo “trending topic” este año. Cielinski comentó que la inflación se ha convertido en una suerte de obsesión, que cualquier mínima noticia sobre la inflación puede tener un impacto exagerado sobre los mercados, ha mostrado preocupación: “La evolución de la inflación ha estado tan a la vista el último año y nos hemos confundido tanto con ella, que creo que los nervios en torno a la inflación están eclipsando a otros avances importantes en la economía”.
El responsable de renta fija afirmó que “es importante darse cuenta de que los mercados reaccionan a los puntos de inflexión, y ya hemos visto un cambio de tendencia en la inflación, creo que está cayendo”. Su recomendación es muy clara: más que realizar comparaciones interanuales, “si quieres saber qué es lo que está guiando al mercado, analiza qué está pasando ahora”. “Mi pronóstico es que, para final de año, la inflación será mucho más baja de lo que está hoy”, añadió.
Buckley concretó que los indicadores adelantados apuntan a que la inflación ya ha tocado techo en EE.UU. y ahora se está viendo una moderación de las tasas, pero que este cambio de tendencia también está empezando a ser recogido por indicadores atrasados como el precio de las materias primas o el de alquileres e hipotecas. “El dato difícil de interpretar es el del mercado laboral, porque las condiciones todavía están muy ajustadas en EE.UU., pero dado el incremento del número de despidos, creemos que el mercado laboral se va a moderar y que el impacto de los despidos se va a trasladar al precio de los servicios, que se moderarán también”, explica. El pronóstico de Buckley es que el foco se desplazará de la inflación a la evaluación del impacto material del ajuste de la Fed sobre la economía. “Una de las lecciones que aprendimos en 2022 es que es muy importante hacer un análisis muy exhaustivo de las compañías, para ser capaces de identificar a aquellas que tienen poder de fijación de precios en contextos inflacionarios”.
Steve Cain afirmó que en 2023 “nos estamos acercando a la recesión más anticipada de la historia”, y reflexiona sobre cuál podría ser el peor escenario posible: que, en realidad, EE.UU. no entrase en recesión, que su mercado laboral llegase a ser todavía más robusto o que la inflación toque suelo a un nivel superior del que espera la Fed. “Estoy seguro de que subestimaremos estas posibilidades a lo largo del año”, declaró el gestor. El experto anticipa que “a medida que el mundo se va dividiendo esencialmente en dos bloques de comercio – China versus EE.UU.-, creo que ese periodo de transición va a crear muchos shocks en el lado de la oferta y esto se va a canalizar en precios más resistentes de lo que está poniendo en precio el mercado ahora”.
¿Hacia dónde se dirigen los tipos de interés?
Jim Cielinski se mostró optimista con la renta fija, aunque destacó que ya habían subido algo los precios. “Creo que los bonos están subiendo porque ya estamos en una desaceleración y porque la inflación ya ha tocado techo y se va a retirar”, resumió. De hecho, su expectativa es que “los bonos van a vivir un rally, pero no anticipo un año de rentabilidades masivas”. Su previsión es que el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense caiga como mucho hasta el 4,5% como respuesta a la política monetaria de la Fed, aunque aclaró que es más probable “que cotice dentro de un rango de aquí en adelante”. “En cualquier caso, creo que los bonos hoy están mejor situados de lo que han estado en los últimos cinco a diez años y esto se debe a que el punto de partida es dramáticamente diferente y mejor para los inversores”, concluyó.
Jeremiah Buckley coincidió en este último punto y en lo que significa para una cartera 60/40: “Si nos dirigimos a un periodo en el que puede verse una desaceleración de la demanda, o un escenario de hard landing, creo que la renta fija volverá a proporcionar correlación negativa con las acciones como ha hecho históricamente”. Buckley también indicó que, de producirse un escenario en que la cadena de suministros o el mercado laboral dejan de estar tan tensos, “esto podría ser bueno para ambas clases de activo al bajar las expectativas de inflación y que los bancos centrales puedan ser menos agresivos, porque ambas podrían correlacionarse positivamente y al alza”.
Por su parte, Steve Cain afirmó que “la cartera 60/40 ahora está en un entorno de equilibrio, ahora esta clase de carteras tienen un aspecto mucho mejor del que habían ofrecido en los últimos años”, aunque matizó que, en su opinión, podría ser más atractiva una cartera 40/ 40/ 20, donde el 20% fuera una asignación a activos alternativos como fuentes de retorno.
¿Cómo de razonables son las valoraciones actuales?
Cielinski se mostró muy conciso en lo que respecta al crédito: para él, ahora mismo la tesis de inversión “se fundamenta en si compras un soft landing o un hard landing”. “El crédito está denominado en términos nominales, que es cómo se financian las empresas. Si la inflación está de vuelta, y estás pagando menos en términos reales, entonces los flujos de caja podrían subir a un ritmo superior al de la inflación, por lo que podrías encontrarte en una posición mejor”, explica por una parte.
Por otra, puntualiza que “la previsión de impagos no es tan mala como lo ha sido en cualquiera de las recesiones que recuerdo”. Según sus cálculos, la tasa de impago se situaría en el 6-7% si la recesión es suave. “Con los diferenciales actuales en el high yield, digamos del 4-4,5%, sí obtienes compensación por las pérdidas causadas por un default”, indica Cielinski.
Pero, si el escenario es de hard landing, el experto advierte: “Históricamente los mercados no han puesto en precio una tasa de impago normal, sino entre 2 y 2,5 veces la tasa que podría alcanzarse”, por lo que llama a “no ser complacientes” y, en definitiva, está cauto con el high yield. “Nos sentimos un poco más cómodos con la deuda con grado de inversión, está en un punto de partida más atractivo”, matiza.
Tras un 2022 marcado por la fuerte contracción de los múltiplos en la renta variable y por el mordisco de la inflación a los beneficios corporativos, Buckley considera que “ahora las valoraciones están en un rango más favorable, de media podríamos obtener un crecimiento en torno al 5,5% para el S&P 500”. “Pensamos que las bolsas están poniendo en precio una recesión suave y se está reflejando en una rebaja de las previsiones de beneficio para 2023 y 2024 hasta un nivel que consideramos que es razonable”, añadió.
Cain llamó la atención sobre los bonos convertibles, como una de las clases de activos cuyos diferenciales más se han ensanchado en el último año: “Los convertibles habían experimentado valoraciones muy altas debido a que entraron a invertir en ellos muchos fondos long only, pero en los últimos 18 meses hemos visto muchas liquidaciones por parte de esos fondos que han llevado a las valoraciones a niveles más atractivos, particularmente para entrar al inicio del ciclo”.
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