La renta fija sigue dando mucho que hablar en lo que llevamos de 2023. Si el año pasado el fuerte castigo que sufrieron los bonos fue el tema general de conversación, a finales de diciembre lo que se comentaba es que lo peor del ajuste monetario ya había sucedido, y desde entonces el enfoque del mercado se ha centrado en las oportunidades de inversión en este universo tras la fuerte revisión de precios. Janus Henderson Investors ha sentado a sus principales expertos en renta fija para analizar qué ideas de inversión están implementando en las carteras y dar perspectivas sobre qué esperar el resto del año.
El primero en abrir la sesión fue Jim Cielinski, responsable global de renta fija de la gestora. Destacó tres que van a dominar la renta fija en 2023: la ralentización de la escalada inflacionista, la llegada a cámara lenta de una recesión y el regreso de los bonos. En cuanto a la inflación, habla de que esta ya ha tocado techo; explica que, si bien ha seguido al alza, en los últimos seis meses ha subido a un ritmo inferior en comparación a los meses anteriores. En cualquier caso, ha advertido que la trayectoria de la inflación “no va a ser una línea recta”, y ha pedido prestar especial atención a los componentes de la inflación subyacente.
“Los bancos centrales entraron en pánico, no van a parar de subir tipos hasta que rompan algo”, continuó Cielinski. Para é, no es tan importante el hecho de que la tasa terminal de los tipos de interés en EE.UU. sea del 5% o del 5,5%, sino lo rápido que ha llegado la Fed a esta cota partiendo de que hace un año estábamos en mínimos históricos. “Si mantiene el ritmo y la inflación cae por debajo del 2,5%-3%, entraremos en territorio restrictivo”, advierte el experto. Esto le lleva al segundo gran tema, la recesión: Cielinski observa que todos los indicadores adelantados apuntan a su llegada, y también parte de los atrasados. En vísperas de que esta se materialice, pide vigilar de cerca las condiciones de la liquidez…y esto le lleva al último tema de inversión, el regreso de los bonos. “Visto en perspectiva, lo que vivimos en 2022 fue el crash del mercado de la renta fija”, declara el experto. Éste añade que “estadísticamente va a ser muy difícil repetir 2022”, especialmente por la caída a la vez de renta fija y renta variable; para este año, cree que “es probable que ambas clases de activo reconecten con su correlación histórica”.
Yendo concretamente a las oportunidades de renta fija, Cielinski ofrece tres claves: los bonos están ofreciendo rentas mayores, un colchón más elevado a precios actuales para amortiguar las pérdidas si continúan las subidas de tipos, y vuelven a proporcionar diversificación frente a los riesgos bajistas. Son puntos de vista con los que coincidió John Lloyd, gestor de estrategias multiactivos: “En 20 años que llevo operando en la renta fija, nunca había estado tan entusiasmado con el punto de partida para obtener rendimientos como en el actual”.
Oportunidades en titulizaciones
Donde Lloyd ve más oportunidades actualmente es en el mercado de bonos titulizados, particularmente en bonos flotantes, porque considera que los inversores pueden obtener rendimientos similares o superiores a los de la deuda corporativa estadounidense con grado de inversión, pero con duraciones inferiores y mayor calidad crediticia. “Son activos atractivos para los clientes que estén preocupados con el riesgo de duración”, indica. También le gustan los MBS de agencia, porque no suponen asumir un gran riesgo de crédito al contar con el respaldo del gobierno de EE.UU. “Los diferenciales están más anchos que en 2012 y la crisis del Covid y por encima de la media y están baratos en términos históricos frente a la deuda corporativa con grado de inversión. La corrección de este activo ha tenido más que ver con que la Fed ha estado depurando los MBS que tenía en su balance”, aclara.
Ideas en crédito
Los gestores de crédito James Briggs y Tim Winstone y el director global de high yield Thomas Ross ampliaron los comentarios de Lloyd sobre el crédito con algunas observaciones interesantes. Por ejemplo, Briggs indicó que “los rendimientos actuales son históricamente atractivos, en deuda con grado de inversión no veíamos valoraciones así desde 2009”. También ha observado que la deuda ha abandonado el territorio negativo después de años con esta anomalía, y habla de que “ahora el ‘carry’ existe por primera vez en mucho tiempo”. Al igual que Cielinski, subraya que “desde los niveles actuales existen oportunidades para obtener elevados retornos”.
Dicho esto, Briggs aclara que no es que encuentre el crédito extraordinariamente barato – piensa que desde el comienzo de año los diferenciales ya han puesto en precio la posibilidad de una recesión-, pero dada la brutal revisión de precios cree que, aunque ya hayan corrido algo, todavía “ofrecen compensación incluso si la recesión es peor de lo esperado; esta compensación ya no la ofrecen las partes menos líquidas del mercado”. Para Briggs, ahora existe «una probabilidad razonable de que la Reserva Federal consiga ejecutar un soft landing». Por clases de activos, Briggs destacó que le gusta la deuda de bancos, particularmente la deuda sénior de los grandes campeones nacionales, pues observa que les favorece el entorno de subidas de tipos y que presentan balances muy saneados.
Por su parte, Tom Ross ha hablado de la situación de relativa estabilidad del high yield: “La deuda de alto rendimiento ahora presenta un perfil de mayor calidad, hay más BBs y menos CCCs y está más diversificada que en 2015. Además, las empresas no afrontarán un muro de vencimientos hasta 2025-2026, porque han aprovechado los últimos años de tipos bajos para financiarse. Por estos motivos, si llega una recesión esperamos que la tasa de impago sea menor que en el pasado”.
Finalmente, Winstone destacó por su parte que muchas compañías que perdieron el grado de inversión tras el covid han hecho los deberes en este tiempo y son candidatas a una revisión al alza de su rating, por lo que las estrellas emergentes son otro territorio donde están encontrando ideas de inversión en la firma.