En esta breve entrevista, el gestor de inversiones Steve Weeple comenta las razones por las que el equipo de renta variable global de Janus Henderson Investors evita la tentación de predecir los ciclos económicos, los políticos y el sentimiento percibido en el mercado. En su lugar, adopta un enfoque disciplinado y con vistas al largo plazo que tiene como objetivo invertir en una cartera de empresas de calidad que siga creciendo gracias a su resiliencia, la cual permita a dichas empresas hacer frente a cualquier imprevisto.
¿Cuál sería su definición de una empresa con crecimiento cualitativo y por qué resulta relevante invertir en este tipo de compañías durante la actual fase del ciclo económico?
El proceso empleado para identificar inversiones atractivas para nuestros clientes requiere paciencia, disciplina y una visión a largo plazo. Por ello, invertimos su capital en empresas que, a nuestro juicio, tienen potencial para prosperar y crecer a largo plazo, y así ofrecer una rentabilidad atractiva durante muchos años.
Buscamos sociedades que tengan un alto grado de resiliencia, tanto financiera como operativa, independientemente de las condiciones que presenten la economía y los mercados de capital. Mantenemos este enfoque disciplinado sin importar la “fase del ciclo” en la que nos encontremos. Tenemos claro que no siempre vamos a poder identificar los cambios en las condiciones o ciclos del mercado antes de que se produzcan.
Así pues, seguimos al pie de la letra nuestra filosofía de inversión, ya que creemos que podrá dar buenos resultados en el futuro, pase lo que pase.Según vamos planteando el tipo de compañías que es más probable que puedan lograrlo, nos parece esencial comprender a fondo la naturaleza de sus oportunidades de crecimiento, así como su calidad operativa y financiera.
Al analizar cómo podrá ser el crecimiento de una compañía a largo plazo, intentamos invertir en las que puedan tener un crecimiento mucho más predecible y sostenible. Consideramos que las empresas que operan en los mercados finales y que se están beneficiando de tendencias seculares perfectamente afianzadas, a menudo como resultado de cambios demográficos, tecnológicos o en la propia sociedad, se encontrarán mejor posicionadas para crecer de un modo predecible y serán mucho menos dependientes de la fase concreta en la que se encuentren dentro del ciclo económico. Además, tendrán menos necesidad de ayudas en forma de políticas fiscales y monetarias.
Buscamos factores seculares a largo plazo que puedan favorecer el crecimiento de sus mercados potenciales y conseguir así que esta oportunidad se mantenga fuerte durante muchos años. De todos modos, debemos reconocer que no todas las empresas que operan en mercados atractivos y previsiblemente en crecimiento van a seguir teniendo éxito para siempre. Es posible que sus balances generales no sean tan resistentes ante los distintos ciclos del mercado y a sucesos imprevistos o, por ejemplo, que puedan carecer de los estándares de gobierno corporativo que se requieren para lograrlo. Hay muchas razones por las que una empresa puede fracasar.
No obstante, también hay distintas características fundamentales de “calidad” que podemos identificar como indicadores de que la empresa en la que invirtamos puede medrar y darle una rentabilidad atractiva a nuestros inversores.
Únicamente invertiremos en compañías que, a nuestro juicio, presenten unas características sólidas y fiables, que ofrezcan obvias ventajas competitivas y unas estructuras de márgenes que puedan demostrarlo. Estas sociedades deberán contar con equipos directivos y estructuras de gobierno de una calidad contrastada, que protejan y den prioridad de forma evidente a sus accionistas minoritarios, y que mitiguen sistemáticamente los riesgos operativos derivados de la gestión de su huella medioambiental, social y de gestión.
Cuando efectuamos nuestra due diligence analítica, nos fijamos especialmente en estas definiciones de crecimiento y calidad. Precisamente consideramos que las compañías que muestran esta “calidad” fundamental son las que seguramente puedan generar la rentabilidad a largo plazo que queremos para nuestros clientes.
¿Podría darnos un ejemplo de una posición clave de la cartera y su lógica de inversión?
Una de las participaciones más importantes de nuestra cartera de Renta variable global es American Tower, un fondo de inversión inmobiliaria que cotiza en Estados Unidos. Se trata de un proveedor global de infraestructuras para comunicaciones inalámbricas que ofrece soluciones y servicios para desplegar y dar soporte a redes inalámbricas en 17 países de cinco continentes.
American Tower ofrece un atractivo crecimiento de los beneficios a largo plazo gracias al aumento continuo en la demanda de servicios de datos móviles, como podemos ver en el gráfico siguiente.
La compañía cuenta también con algunos rasgos sobresalientes, dado el papel básico que desempeña en la propagación de redes de proveedores de servicios móviles, las características casi monopolistas de cada torre de telefonía móvil con la que opera, su capacidad de fijación de precios, sus atractivos balances y flujos de efectivo, y el excelente historial de su dirección en lo que respecta a la asignación de capital.
American Tower emplea un modelo empresarial que suscribe contratos muy recurrentes y a largo plazo con sus clientes, quienes además son extremadamente fieles. Si a esto le unimos el aumento en la demanda secular de sus servicios (mayor demanda de los consumidores de todo el mundo de comercio electrónico, servicios de pago electrónico, video en streaming, juegos por Internet…), tenemos ante nosotros un modelo de crecimiento a largo plazo.
Sus contratos llevan incorporadas subidas anuales de precios, lo que hace aún más fácil predecir sus ingresos futuros y demuestra claramente las
características especiales y la capacidad de fijación de precios de la compañía.Podemos observar la naturaleza secular y la resiliencia en la demanda de sus servicios con tan solo echar un vistazo al rendimiento económico que obtuvo durante la crisis financiera.
En 2009 logró que sus ingresos inmobiliarios subieran un 8% y los flujos de efectivo más del 10%. La sociedad no tiene excesivas necesidades de gasto para el mantenimiento de sus activos, por lo que puede usar sus importantes flujos de efectivo operativo para crecer a nivel internacional y darles interesantes dividendos a sus accionistas.
Si bien es cierto que tiene un elevado nivel absoluto de deuda, de más de 20 000 millones de dólares, también lo es que su modelo comercial predecible y a largo plazo le garantiza más de 35 000 millones de dólares en ingresos contratados a largo plazo para hacerle frente. Pero eso no es todo: American Tower cuenta con un largo historial de éxitos económicos continuos y estables, con una tasa de crecimiento anual compuesto de flujos de capital operativo superior al 15% durante los 10 últimos años.
En resumen: los atributos que observamos en American Tower son representativos del tipo de “calidad” que buscamos en nuestras participaciones. Aunque no cabe duda de que el panorama macroeconómico y geopolítico dará lugar a episodios de incertidumbre y volatilidad, intentamos evitar predecirlos y, en su lugar, buscamos empresas como esta, que puedan ofrecer beneficios a largo plazo para nuestros inversores.
Durante los cinco últimos ejercicios, sus dividendos por acción han crecido más del 20 %, lo que demuestra su aprecio por el papel que desempeñan los accionistas ordinarios en su estructura de capital. Consideramos que esta compañía manifiesta unos niveles elevados de crecimiento atractivo y predecible, y una evidente resiliencia financiera y operativa. A nuestro juicio, se trata de una inversión que seguirá generando una sólida rentabilidad absoluta para nuestros clientes.
¿Están muy caras las valoraciones de este tipo de títulos, y se pueden encontrar todavía oportunidades atractivas en los mercados?
Identificar qué empresas presentan todas estas características fundamentales de crecimiento y calidad no es una tarea trivial. Al invertir, nunca hacemos concesiones con ninguno de estos aspectos, por lo que siempre realizamos una investigación exhaustiva cuando buscamos estas oportunidades. Viajamos mucho y normalmente nos reunimos con más de 250 empresas al año en busca de ideas, analizando distintas regiones, sectores industriales y capitalizaciones del mercado.
Además si también nos planteamos la posibilidad de invertir en estas empresas con una valoración que, en nuestra opinión, proporcione un margen razonable de error y una probabilidad máxima de generar un atractiva rentabilidad absoluta a largo plazo, el reto es mucho mayor. En cualquier caso, siempre mantenemos una estricta disciplina con las valoraciones.
Al principio, muchas de estas compañías pueden parecer “caras”, con unas valoraciones más a corto plazo (ratio de precio/beneficios) que suelen estar por encima de la media global del mercado global de renta variable. No obstante, creemos que de uno de los errores más habituales de los inversores es que se centran demasiado en el corto plazo y se les olvida que las compañías que presentan características de crecimiento y calidad se encuentran perfectamente posicionadas para que sus flujos de capital sigan creciendo durante muchos años.
Al centrarnos en este tipo de empresas podemos ampliar nuestros horizontes temporales de inversión y valoración. Esta es la razón por la que solamente invertimos en esta clase de empresas. Al invertir en renta variable (que son activos sin fecha de vencimiento), los inversores pacientes pueden pensar en el largo plazo y cosechar las recompensas deseadas. Nos quitamos de encima la preocupación derivada del corto plazo y nuestro horizonte es de al menos cinco años; de este modo, seguimos encontrando compañías con estas características y que cotizan con unas valoraciones que nos parecen atractivas tanto en términos absolutos como relativos.
Aunque existen oportunidades atractivas en el mercado, no hay un número ilimitado de estas, y no se encuentran en todos los países, sectores industriales o capitalizaciones. De todos modos, para inversores como nosotros, que pretenden gestionar para sus clientes una cartera concentrada y que hace caso omiso de los índices con el objetivo de mantener los títulos durante mucho tiempo, hemos de reconocer que nos encanta nuestra cartera y las participaciones de esta.
Información importante
Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas y otros equipos de Janus Henderson Investors.
Los sectores, los índices, los fondos y los valores que se mencionan en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o invitación para comprarlos o venderlos. La rentabilidad pasada no es indicativa de rentabilidades futuras. El valor de las inversiones y las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar y es posible que los inversores no recuperen la cantidad invertida inicialmente.
La información recogida en este artículo no reúne las condiciones para considerarse recomendación de inversión.
Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es la denominación con la que ofrecen productos y servicios de inversión Janus Capital International Limited (número de registro: 3594615), Henderson Global Investors Limited (número de registro: 906355), Henderson Investment Funds Limited (número de registro: 2678531), AlphaGen Capital Limited (número de registro: 962757), Henderson Equity Partners Limited (número de registro: 2606646) (registradas en Inglaterra y Gales, con domicilio social en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y reguladas por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (número de registro: B22848, con domicilio social en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).
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