Tras pasar casi treinta años de capa caída, la recuperación del mercado japonés atrae a un número creciente de inversores y genera cada vez más titulares, en opinión de los expertos de Kames Capital.
“El índice Nikkei se sitúa en máximos de los últimos 21 años, el TOPIX en máximos de diez años y el Partido Liberal Democrático (LDP) que preside el primer ministro japonés Shinzo Abe obtuvo una aplastante mayoría en las recientes elecciones parlamentarias”, destaca la gestora. Sin embargo, el mercado nipón ha vivido muchos rallies desde el estallido de la burbuja de finales de 1989 que, normalmente, han durado poco y han venido seguidos de nuevos mínimos. ¿Podría ser diferente esta vez?
En opinión de Robin Black, que cogestiona el Kames Global Equity Income con Mark Peden y Douglas Scott, lleva mucho tiempo siguiendo el mercado japonés, “Japón se enfrenta a demasiados retos estructurales para ser un mercado en el que comprar y mantener a largo plazo. El envejecimiento de la población, el elevado déficit presupuestario, la deuda sobre PIB, la dependencia de energía importada, la falta de diversidad política, unas prácticas laborales poco eficientes y ciertas actitudes de las empresas contrarias a los intereses de los accionistas representan problemas importantes, aunque bien conocidos por la mayoría de los observadores del mercado. No obstante, Japón sigue siendo el tercer mercado de renta variable más grande del mundo y la tercera economía mundial por lo que, cuando se comporta bien, no es bueno estar infraponderado en este mercado”.
Pese a que no mostrarse alcista en términos estructurales a largo plazo, Black apunta que el país puede registrar rentabilidades superiores durante largas temporadas.
“Japón suele comportarse bien cuando mejoran las condiciones económicas y sin duda es la situación en la que nos encontramos ahora, cuando la sincronización del crecimiento mundial resulta cada vez más evidente. Las previsiones del FMI, por ejemplo, sitúan el crecimiento mundial en el 3,5% en 2017 y en el 3,6% en 2018 frente al 3,2% de 2016. Japón se comporta bien en esta situación porque su economía depende mucho de las exportaciones y la debilidad del yen resulta aún más ventajosa. Si sumamos el hecho de que el mercado está relativamente barato con una ratio de precio-valor contable de 1,4 veces y que el coste de capital sigue estando prácticamente al 0% gracias a la política monetaria acomodaticia del Banco de Japón, nos encontramos con que, en conjunto, las condiciones son muy favorables”, explica.
Pese a lo que muestra la historia económica del país, la gestora ha mantenido este fondo sobreponderado en Japón durante el último año y considera que seguirá así gracias a su convicción en los títulos que seleccionamos siguiendo un enfoque bottom-up. “Japón representa casi un 10% del fondo frente a la ponderación del índice de referencia, inferior al 8%, y la de nuestra competencia, que normalmente invierte menos de un 5% en el país. El fondo cuenta con un active share elevado y el mercado ha sido muy positivo para nuestros inversores”, matiza Black.
Según Black, hay cuatro empresas japonesas en las que invierte el fondo Kames Global Equity Income Fund y que ilustran la amplitud y la profundidad del mercado. Se trata de:
- Tokyo Electron, líder mundial en la fabricación de las máquinas que emplean las empresas de semiconductores para producir chips.
- Bridgestone, principal fabricante de neumáticos del mundo.
- Daito Trust, una empresa que construye edificios de apartamentos de alquiler.
- TechnoPro, una empresa de servicios y tercerización de personal (staffing) para el sector tecnológico, por lo que está muy expuesta a las tendencias internas del país como el crecimiento económico, la tasa de desempleo y el aumento de los salarios.
“Las acciones japonesas que tenemos en cartera reflejan muchas de las cualidades que buscamos en las empresas: balances saneados, robustos flujos de caja, posiciones dominantes en el mercado y un equipo directivo sólido que respalde la distribución de beneficios entre los accionistas. Todas estas cualidades forman la base de nuestra filosofía de inversión en renta variable con objetivo de generación de rentas: la acumulación de rendimientos estables a largo plazo”, afirma el gestor.