Los dos últimos años han estado marcados por el temor a la posible magnitud de la primera desaceleración económica sostenida desde 2008. No obstante, según la Encuesta a Analistas anual de Fidelity International (Fidelity), están empezando a darse las condiciones para que las empresas dirijan su mirada hacia la expansión y Japón se perfila como el faro económico del mundo en 2024.
Los analistas de Fidelity celebran más de 20.000 reuniones con empresas al año. Dicho de otro modo, cada día laborable uno de sus analistas está hablando con la dirección de una empresa cada 10 minutos. Para recoger toda esa experiencia y conocimiento, cada año, la compañía encuesta a sus analistas en todo el mundo. Según Fidelity, juntas, “estas respuestas pintan un cuadro revelador del comportamiento de las diferentes regiones y sectores a un año vista, y más allá”. Por ejemplo, por primera vez desde la pandemia, son mayoría los analistas de Fidelity que piensan que la inflación de los costes de las empresas descenderá durante el próximo año.
“Según nuestros analistas de Norteamérica, nadie habla ya de inflación. Los salarios eran la última complicación, pero estos parecen estar normalizándose con rapidez también”, ha señalado Gita Bal, responsable global de análisis de Renta Fija de Fidelity International.
En la mayoría de los sectores, los analistas que los cubren esperan que muestren una mejoría este año; en este sentido, el porcentaje que afirma que su sector se encuentra en expansión pasa del 52% actualmente al 61% que espera que esa sea la situación dentro de doce meses.
Sin embargo, hay un puñado de sectores donde las respuestas sugieren que las condiciones podrían empeorar conforme avance el año. Los analistas que cubren empresas petroleras y gasistas de Norteamérica aducen que la caída de los precios de las materias primas es un lastre para el sector energético. El sector financiero también vivirá la otra cara del descenso de los tipos de interés.
“Un año repleto de elecciones en todo el mundo agrava las inquietudes geopolíticas actuales. Sin embargo, las reuniones con los equipos directivos han sido sorprendentemente positivas en lo que respecta a las perspectivas para 2024, a pesar de los riesgos inmediatos que se recortan en el horizonte. No obstante, los sectores de energía y servicios financieros han obtenido una menor puntuación, de acuerdo con nuestros analistas. La caída de los precios de las materias primas y la perspectiva de descensos de los tipos de interés están influyendo claramente en el sentimiento en estas áreas”, ha añadido Gita Bal.
Desde la gestora también destacan que la encuesta refleja una oleada de optimismo ante la reflación de la economía nipona Japón, que va a convertirse en el faro económico del mundo en 2024. “Las expectativas de crecimiento de los ingresos y los beneficios en 2024 en Japón son más altas que en cualquier otra región. Los analistas que cubren Japón también son los más optimistas en relación con la ampliación de los márgenes de beneficios. Japón se sitúa en cabeza en lo que respecta a las expectativas de inversión empresarial, rentabilidad sobre el capital, capacidad para repercutir los costes a los consumidores y si sus empresas van a estar o no en una fase de expansión dentro del ciclo el próximo año por estas fechas”, indica la encuesta.
Este optimismo contrasta con el mayor nivel de cautela de nuestra anterior encuesta anual, realizada a finales de 2022. Por ejemplo, casi un tercio de los analistas de Japón señaló entonces que los consejeros delegados de las empresas que cubrían esperaban un crecimiento nulo de los beneficios en 2023, la región más pesimista exceptuando EMEA/Latinoamérica. En la encuesta actual, todos los analistas de Japón afirman que los consejeros delegados esperan que los beneficios crezcan.
En este sentido, Gita Bal explica: “Existe una explicación sencilla para gran parte de este optimismo. La economía japonesa por fin ha dejado atrás más de dos décadas de recesiones y estancamiento y se observan señales alentadoras de aumentos generalizados de los precios. Aunque la inflación ha supuesto un gran dolor de cabeza para gran parte del mundo durante los últimos años, ahora es un problema bienvenido en Japón”.
¿Cisnes grises?
Según destaca la encuesta, ante la gran cantidad de elecciones que se van a celebrar este año 2024, aumenta el riesgo de perturbaciones. No obstante, una de las conclusiones más sorprendentes de la encuesta es que el 65% de los analistas indica que las empresas que cubren no mencionan en absoluto las elecciones. Las que sí lo hacen están divididas a la hora de hablar del riesgo relacionado con las elecciones. Todo se reduce en gran parte a escenarios particulares en sectores concretos.
Únicamente el 28% de todos los analistas de Fidelity afirma que el contexto geopolítico actual está coartando los planes de inversión, y este es el porcentaje más bajo de analistas que lo afirman desde que comenzamos a plantear esta pregunta en 2017.
“El fin de la era de los tipos de interés al cero siempre iba a provocar tensiones. Estamos ya en un periodo en el que las empresas se aprietan el cinturón, la demanda sufre más presiones y el poder de fijación de precios desciende, pero la encuesta de este año ofrece señales claras de que, con independencia de cómo se materialice la desaceleración, para la mayoría de las empresas el sistema se reiniciará y la próxima fase las aupará, en lugar de lastrarlas”, concluye Gita Bal.