Después de cuatro décadas al frente de los mercados, James Swanson, veterano gestor y estratega jefe de MFS Investment Management, se retira a finales de este año. En la revisión de las perspectivas para el cuarto trimestre de la gestora, Swanson hizo un resumen de las lecciones que ha aprendido durante cinco ciclos completos de mercado y 33 años en MFS IM.
La primera cuestión que menciona Swanson es la irrupción de la tecnología en todos los campos y en especial en la industria de inversión. “Nunca hubiera podido imaginarme el alcance y la escala que la tecnología ha tenido en esta industria, en el proceso de descubrir precios, de ejecutar las transacciones, de determinar en qué compañía, A o B, merece la pena invertir. Pienso en los años 80, cuando se empezó a diseminar el uso de las computadoras, en cómo cambió nuestro trabajo, el análisis fundamental y el agregado de datos. Pero también quiero hacer una reflexión sobre el uso de la fuerza laboral entonces y ahora. En los años 80, cuando mi padre se retiró, trabajaba una de las mayores empresas de computadores. En aquel momento, la segunda empresa de mayor capitalización del mundo empleaba a cerca de 375.000 empleados. En la actualidad, la segunda empresa de mayor capitalización en el mundo también fabrica computadores, pero tan sólo emplea 78.000 personas. Un fuerte contraste sobre cómo utilizamos la tecnología y el capital humano”, mencionó Swanson.
En los 90, el surgimiento del trading diario en la Bolsa de Nueva York, la llegada del trading en línea y la llegada del ordenador personal, grandes cambios que permitieron llegar al trading de algoritmos y de alta frecuencia de este siglo. “Ahora, también el big data y la tecnología Blockchain supondrán un cambio masivo. Blockchain hará los mercados mucho más eficientes, mucho más transparentes, menos susceptibles de corrupción, hará que básicamente un registro universal y privado sea una realidad. La inteligencia artificial según algunos gurús reemplazará el análisis individual y los gestores de carteras, puede que sea cierto hasta cierto punto, pero yo soy un poco escéptico, porque mi mayor pesar es no haber aplicado más psicología como inversor. Consistentemente, a lo largo de mi carrera, ha sido el comportamiento humano, los sesgos colectivos, la manera de pensar de los humanos la que ha interferido en los resultados. Por ejemplo, ¿por qué tanta gente compra lotería o apuesta en los casinos, cuando obviamente desde un punto racional no tiene sentido. Al principio de mi carrera, se tenía la idea de que los mercados eran eficientes, que los mercados de capitales eran dirigidos por personas que racionalmente tomaban la mejor solución posible. Este pensamiento se mantuvo hasta la llegada de Daniel Kahneman, con su noción de que las personas construían sesgos que afectaban a los mercados y mostrando que no somos seres racionales a la hora de realizar inversiones. Existe un enfrentamiento entre el surgimiento de la inteligencia artificial y lo que sabemos sobre el cerebro humano, que es que acepta sesgos y distorsiones, así como pensamiento no racional. La tecnología no es un quorum ni un lugar donde encontrar todas las soluciones. La condición humana y la mente humana sigue siendo importante en cualquier tipo de análisis de inversiones. Existen muchos sesgos construidos en el comportamiento de los humanos y no creo que puedan solucionarse con algoritmos”.
Según Swanson, la segunda cuestión a tener en cuenta a la hora de invertir son los ciclos de mercado. Mientras en los años 40 un ciclo de mercado podía durar entre 2 y 3 años, en la actualidad los ciclos económicos han incrementado considerablemente su duración, muy probablemente gracias a la actuación de los bancos centrales. “Los ciclos son cada vez más largos, de hecho, estamos en segundo ciclo más largo desde la Segunda Guerra Mundial. Los ciclos del mercado seguirán dándose y el comportamiento de la Fed y los bancos centrales seguirá siendo determinante. Veremos nuevas políticas no ortodoxas, pero no creo que se pueda eliminar del ciclo el miedo y la complacencia que han guiado los mercados durante estas últimas décadas.
Cada vez que hemos alargado el ciclo, se ha construido más y más deuda. Hemos creado un sistema en el que cada vez que disminuimos las tasas de interés y se crean unas condiciones más acomodaticias, el mercado se aprovecha de ello. Y, ahí es cuando tenemos en cuenta las lecciones de Rogoff and Reinhart entran en acción. Cuanta más deuda se crea, algo que aparentemente pasa en cada ciclo debido a la intervención de los bancos centrales, la tasa de crecimiento potencial disminuye, llegando a punto en el que se penaliza a la siguiente generación, por el hecho de postergar el problema.
Sabemos que un incremento de tasas por parte de los bancos centrales tiende a preceder a una recesión, no son el único factor que contribuye al final del ciclo, pero parece aparecer justo antes de que termine el ciclo. Se puede argumentar que los bajos tipos de interés han contribuido a aumentar el rendimiento de las acciones, pero también no había otra alternativa. Los tipos de interés eran tan bajos que los inversores tuvieron que entrar en el mercado de renta variable. La cuestión radica en que, si la deuda del gobierno ha aumentado al final de cada ciclo como porcentaje del PIB, si disminuye el crecimiento económico cómo se para el incremento de la espiral de deuda. Los incrementos de los tipos de interés de la Reserva Federal han sido minúsculos en comparación con ciclos pasados que han llevado a una recesión, pero esta vez la deuda es mucho mayor, y no se sabe cuándo la subida en los tipos comenzará a desacelerar la actividad económica”, explicó.
En renta variable, Swanson recomienda centrarse en los flujos de caja, en los dividendos y en la reinversión de estos. Pero el factor más importante son los flujos de caja, porque con ellos las empresas tienen capacidad para pagar su deuda y los dividendos.
“Ahora, parece haber señales de debilitamiento en las valoraciones y en los fundamentales, incluso aunque la temporada de beneficios del tercer trimestre de 2018 haya sido fuerte. Puedo garantizar que en 2019 no se verá un crecimiento de los flujos de caja, medidos año sobre año, tan espectacular como en ejercicios pasados. Mi sugerencia es que se cambie la búsqueda de márgenes de beneficio por la seguridad del beneficio. Ahora es cuando creo que los inversores deberían poco a poco comenzar a migrar sus activos hacia bonos de calidad, porque creo que el ciclo del mercado puede peligrar en el próximo año y medio”, concluyó Swanson.