La amenaza de una guerra comercial entre EE.UU. y China ha inundado las portadas de la prensa y ha devuelto cierto nerviosismo a los mercados, pero quizás sea necesario poner en perspectivas las cifras del comercio entre ambos países para calibrar el impacto de este conflicto. Según Jaime Albella, director de ventas para España de AXA IM, en el caso de que se frenarán todas las exportaciones estadounidenses al país asiático, el impacto sería inferior al 0,5% del PIB estadounidense. Y eso en el caso de que se frenarán porque, como explica Albella, «no se van a frenar, solo van a ser más caras».
En este sentido, desde AXA IM destacan que lo único preocupante está en el terreno de las patentes industriales que sí pueden ocasionar un aumento de los litigios en materia de propiedad intelectual. En resumen, «la posibilidad de una guerra comercial nos preocupa muy poco», afirma Albella. Eso sí, el rifirrafe puede incluso ser positivo para los gestores activos que puedan encontrar buenas oportunidades de inversión en renta variable en compañías que se vean penalizadas.
El despertar de…la volatilidad
En 2018 hay, sin embargo, otras fuerzas que despiertan a los inversores…En concreto, una, la volatilidad. Su regreso a los mercados se parece al título de una de las películas de la saga Star Wars: «El despertar de la fuerza» y añade ese punto de incertidumbre que genera oportunidades en el mercado. El despertar de la volatilidad y el proceso de normalización monetaria son, sin embargo, los eventos que marcarán el devenir de los próximos meses. Se muestran agresivos en cuanto a las subidas de tipos de interés por parte de la Fed y pronostican cuatro subidas en 2018 hasta el 2,5% y tres más en 2019 hasta el nivel del 3,25% en EE.UU. «Lo más sorprendente es que el mercado ha puesto en precio todas las subidas previstas de la Fed», afirma Albella.
Así, la perspectiva de rentabilidad para el bono a 10 años (Treasury) estadounidense la sitúan en el 4% en el año 2020 y en ello tiene mucho que ver el incremento del déficit público de EE.UU que alcanzará el 5% por el efecto de la reforma fiscal. «Cada 1% de aumento del déficit aumenta un 1% el yield del bono a 10 años», explica este experto.
En este escenario, desde AXA IM continúan positivos en activos de riesgo como la renta variable, donde ven más valor en small caps y en estrategias temáticas como la robotización o la longevidad; y en el tramo medio de High Yield estadounidense que es, destacan, «de los pocos activos que nos amortigua el efecto divisa que sigue perjudicando al inversor europeo por la fortaleza del euro». Además, infraponderan la renta fija por sus exigentes valoraciones y apuesta por los bonos ligados a la inflación.