José Ramón Iturriaga, gestor de bolsa española en Abante, es poco amigo de tirarse a la piscina con una lista de previsiones de lo que se puede esperar en los distintos activos financieros o variables macro en 2014. “Su sola publicación te encasilla: o bien eres un “broteverdista” tapado del Gobierno o bien eres un descreído antipatriota; la posibilidad de que se trate de una simple opinión no se contempla”, dice en su última carta mensual. Pero aun así, se arriesga y ofrece cinco predicciones para el año que acaba de comenzar.
1. La bolsa española va a seguir subiendo. Aunque no olvida que lleva ya subiendo una temporada, confía en que va a seguir haciéndolo, porque los motivos que lo explican –reducción de la prima de riesgo, vuelta al análisis fundamental de las compañías, datos macro en recuperación- también seguirán mejorando. “Aunque los potenciales de revalorización son menores que hace un año, el hecho de sacar el riesgo sistémico de la ecuación tiene como consecuencia un entorno menos volátil”, recuerda.
2. La prima de riesgo de España estará cerca de 100 puntos básicos. En el entorno actual de represión financiera, cree probable que el bono a diez años español se convierta en un activo deseado y su rentabilidad baje a niveles del 3,5%. “Algo que, junto con un bono alemán en niveles más normalizados del 2,5%, podría dejar a prima cerca de los 100 puntos básicos”.
3. Habrá un rebrote de la actividad corporativa, propiciado por las valoraciones de las compañías y el mayor interés que hay por todo lo que huela a periférico. “A priori, hay dos posibles grupos de candidatos a ser objeto de deseo: aquellos en los que hay vendedores forzados que desean deshacerse de participaciones de control, y por otro, el de compañías que tienen buenos activos y mal management”.
4. En lo que respecta a la evolución del dólar hay dos fuerzas contrapuestas. La primera son los fundamentales macro –crecimiento y ciclo de tipos de interés– y la segunda es el flujo de dinero que sale de emergentes o high yield y entra en la Eurozona. “Este equilibrio, probablemente, lo termine rompiendo el Banco Central Europeo, ya que es el único de los bancos centrales al que todavía le queda algo de pólvora seca y al que estos niveles de euro/dólar le obligan a dar demasiadas explicaciones”.
5. A la vez que los discursos apocalípticos se agotan, el oro continuará desplomándose.
Pero también contempla una serie de riesgos para estas predicciones. Dentro de la categoría de cosas que están más o menos encarriladas pero que se pueden torcer señala que “el mayor riesgo es el de la crisis europea. No parece lógico que a estas alturas del partido se puedan cometer errores de bulto que reabran el debate sobre el futuro del euro pero oportunidades van a tener. Las más evidentes son el ejercicio de stress test de la banca europea y la revisión del programa de rescate portugués”. El gestor considera que en esos casos, “se puede volver o no a estigmatizar la deuda soberana de los países llamados periféricos”.
Otro foco tradicional de riesgo es Oriente Medio. “Sin embargo, ni en el mejor de los sueños se podría haber anticipado los avances que se han producido en la situación en los últimos meses como consecuencia de los nuevos planteamientos de Irán. Si a esto sumamos la cada vez menor dependencia externa de Estados Unidos por el petróleo como consecuencia del desarrollo del shale gas, resultan muy poco probables tensiones por este lado”.
Las subidas de tipos de interés afectarán, como han afectado siempre, a las economías emergentes. Sin embargo, Iturriaga diferencia entre aquellas que están llevando a cabo reformas estructurales como México o China de otras en las que los desequilibrios son más evidentes como Brasil o Turquía. En España “el riesgo es que se deje de dar pedales”, dice, “porque el Gobierno se lo crea o porque el calendario electoral vuelva a marcar los tiempos como ya lo hizo en el arranque de la presente legislatura”.
Una cartera sin Sacyr
En cuanto a su cartera, Iturriaga ha vendido Sacyr debido a la disputa recientemente abierta con respecto al pago de los costes sobrevenidos en la obra del canal de Panamá. “Lo lógico es que ambas partes se acaben entendiendo y que el impacto económico para la compañía sea algo dentro de lo ya esperado. En cualquier caso, la politización y excesiva mediatización del problema puede alargarlo e introducir una volatilidad de la que prefiero no participar”.
A parte de esa decisión, el gestor no ha cambiado sustancialmente su cartera, porque cree que este año funcionará lo mismo que el pasado: la selección de valores, columna vertebral de su estilo de inversión que le permite estar en pocas compañías en las que cree que existe diferencia significativa entre el precio y el valor y en las que tiene un alto nivel de conocimiento y cercanía, siempre con independencia de su peso en los índices, y que ha dejado en sus fondos subidas del 75% el año pasado, frente al 22% de la bolsa española.
En su cartera se pueden diferenciar tres grupos distintos de acciones: compañías expuestas a la recuperación del ciclo económico español -bancos, seguros, hoteles y sector de medios-; compañías españolas que están expuestas a distintos ciclos internacionales (acero, tubos, papel, aerogeneradores); o historias de reestructuración exitosas (FCC, Prisa, NH).