José Ramón Iturriaga, gestor de Okavango Delta, Kalahari y Spanish Opportunities, destaca en su carta mensual que “enterrar definitivamente la posibilidad de ruptura del euro ha devuelto la atención de los inversores a los fundamentales” y, en el caso de la bolsa española, el cambio de percepción “está ayudando a cerrar las enormes distorsiones en las valoraciones que se habían generado en los últimos años”. Según Iturriaga “en el comportamiento de la bolsa se cumple la regla del 80/20 y hay pocas dudas de que nos encontramos en el 20% del tiempo en el que se concentra el 80% de la rentabilidad”.
Lo más llamativo es, en su opinión, que tanto la subida como la forma en la que se está produciendo, “ha pillado a casi todo el mundo con el pie cambiado, lo que suele ser una buena razón para que continúe por el mismo camino”.
El gestor considera que, pese a que ya hemos visto fuertes subidas desde los mínimos del año pasado, los precios actuales tienen todavía un potencial de revalorización considerable y “en sectores como la banca, el inmobiliario y el consumo cíclico, en general vapuleados durante los últimos años, el mercado va por detrás”. En este sentido, añade que los resultados baten a las estimaciones y los analistas parecen no tener muy claro cuáles pueden ser los beneficios de un año normal medio de ciclo, la cifra que, en su opinión, se debe utilizar para valorar una compañía.
Respecto a los bancos y a pesar de la fuerte subida de los últimos nueve meses, Iturriaga se muestra convencido de que el potencial de revalorización sigue siendo elevado
“Es el sector, junto con alguna situación especial, que mejor perspectiva de subida ofrece. Evidentemente, a una vez su valor en libros no tiene el mismo potencial que cuando cotizaban a 0,7 veces, pero está ahí”, afirma.
En su opinión, las preguntas que hay que hacerse tienen que ver con cuál va a ser la rentabilidad potencial de cada uno de los bancos en un año normal de ciclo y cuánto puede pagar el mercado por ello. “Creo que el camino lo ha marcado, como otras muchas veces, Estados Unidos, y no son desde luego los niveles actuales. Para proyectar la rentabilidad futura de la banca española, tendríamos que sumar a la rentabilidad implícita de la nueva producción, el impacto de la normalización de los tipos de interés en las cuentas de resultados de los bancos y la creación de valor que supone el proceso de concentración de la banca española”, sostiene Iturriaga.
Con respecto al sector inmobiliario, el análisis versa más sobre cuál puede ser el eventual impacto en la valoración de la normalización de las rentas, un proceso que ya está en marcha. Y hay que hacerlo, dice, caso por caso, dado que las compañías del sector tienen perfiles muy distintos.