En su última carta mensual José Ramón Iturriaga, gestor de Okavango Delta, Kalahari y Spanish Opportunities, apunta al que, en su opinión, será el próximo cambio de rumbo económico el que introduzca las políticas fiscales en sustitución de las monetarias de los bancos centrales.
La economía mundial, instalada en el denominado “estancamiento secular” (secular stagnation) podría romper este precario equilibrio entre baja inflación y bajos tipos de interés con una flexibilización fiscal de “aquellos que se lo puedan permitir”. “La política monetaria ha dado de sí todo y más de lo que se le podía exigir”, sostiene el experto, que cifra en medio punto porcentual el crecimiento económico que podría aportar la política fiscal.
En su tradicional misiva, Iturriaga advierte de que el mayor descalabro será para la renta fija. Un terremoto que no por esperado tendrá menores consecuencias. “Va a correr la sangre entre los inversores que, en los últimos años, por unas razones u otras, han acumulado posiciones en este activo”.
Por su parte, en renta variable el gestor distingue entre “aquellas compañías que cotizan a múltiplos extraordinariamente altos porque han actuado como proxys a los bonos y las más ligadas al ciclo en sus distintas versiones que, por el contrario, cotizan a unos múltiplos muy atractivos”. En este último grupo sitúa Iturriaga a los bancos y las inmobiliarias que son, dice, el mejor reflejo de “la oportunidad que ahora mismo representa la bolsa española”.
En el caso de la banca, además, con la enésima vuelta de tuerca de la reestructuración financiera en España que protagonizan Bankia y BMN. “El hecho de que empiece el baile es bueno en sí mismo, porque permitirá que el sector recupere el protagonismo que nunca ha terminado de perder”.
Como valores concretos, Iturriaga señala a OHL y a Prisa. La primera por los últimos anuncios de desinversiones que “son la mejor prueba de que el nuevo equipo gestor está a la altura de la confianza que nos había trasmitido”. La segunda, por la inminente venta de Santillana, “lo que debería permitir que aflore el valor de una compañía que para muchos inversores”.
Por último, el experto afirma que nos encontramos en los primeros compases de la normalización de la percepción del riesgo en sus distintas versiones. “La travesía en el desierto ha sido larga y los activos españoles deberían recoger esa progresiva normalización que ya ha empezado, en especial, la bolsa, que es de los activos que mejor debería hacerlo”.