El contexto ha sido muy propicio para invertir en renta variable europea desde que la crisis de 2008 dejara en mínimos las valoraciones, y en todo caso, ha sido el activo de moda en las carteras desde el pasado mes de enero. Pero el momentum está perdiendo fuelle, debido a las altas valoraciones alcanzadas -al menos en algunos nombres-, la decepción de los datos macroecónomicos, las rebajas en las expectativas de beneficios, algunos riesgos geopolíticos como el conflicto en Rusia y el impacto de las futuras subidas de tipos en EE.UU., si bien podrían ser contrarrestadas por la acomodaticia actitud del BCE.
Conscientes de que los riesgos bajistas pueden superar al potencial alcista, Phil Webster, gestor de inversiones senior, y Angus Tester, gestor y analista, del equipo de Renta Variable Europea de Aberdeen AM, optan por la cautela y consideran que éste es un momento propicio para invertir desde una postura defensiva, que materializan en una cartera concentrada en unos 36 nombres –en su fondo insignia de renta variable europea- que llevan la calidad en su ADN.
“Aún existe mucho interés en el activo y somos cautamente optimistas sobre el crecimiento en el continente pero las valoraciones son en algunos casos demasiado altas –incluso se han generado algunas burbujas- y tendría que verse un crecimiento de los beneficios que justifique esos números”, explica Webster en una entrevista a Funds Society, añadiendo que no le ha sorprendido además el deterioro de las expectativas de beneficios en las compañías europeas, algo que podría continuar.
En este entorno, en el que además los inversores también son más cautos tras años de ganancias tanto en el mercado de renta fija como en el bursátil, cree que una buena respuesta podría estar en los activos de calidad. “Nuestro fondo o ha hecho peor que el índice en los últimos meses ante la ausencia de valores más cíclicos que se han visto aupados en los últimos meses”, de subidas generalizadas, explica. Pero ahora la situación podría empezar a cambiar y el mercado podría empezar a premiar a los valores de mayor calidad, a los negocios más estables. Ahora que hay preocupaciones e incertidumbres sobre temas políticos y crisis geopolíticas, entre otros asuntos, «es mejor momento para los activos de calidad; a los mercados no les gusta la incertidumbre”, añade. Y, en ese sentido, cree que habrá volatilidad. Una volatilidad que, en su caso, aprovecharán para invertir de forma selectiva.
Un optimismo cauto
Con respecto a la situación macroeconómica europea, son optimistas con cautela, pues creen que habrá crecimiento pero advierten de que no se han solucionado los problemas y quedan aún importantes retos por delante que llevarán tiempo. Pero explican que eso no es un problema insalvable al invertir en el activo, debido a la diversificación geográfica de las compañías: de hecho, en su cartera las firmas tienen una exposición muy equilibrada a los distintos mercados, repartida entre Norteamérica (23%), Asia (22%) y Europa (36%, contando con Reino Unido), junto con otros mercados de perfil emergente. “La cartera está muy equilibrada en términos de países, sectores y otros factores”, explican. La razón de su concentración, en unas 36 posiciones actualmente –y desde las más de 50 del pasado- es la seguridad y convicción que quieren tener en sus apuestas, que seleccionan tras un exhaustivo análisis que exige reunirse con las compañías. El equipo, compuesto por 17 gestores que son también analistas y que gestionan distintas estrategias de renta variable europea y británica para Aberdeen AM, mantiene unas 700 reuniones de este tipo.
La cartera insignia de bolsa europea actualmente sobrepondera países como Reino Unido o Suiza (también por el efecto divisa), si bien es resultado del análisis fundamental y no del país en sí. En el top 10 figuran nombres como Linde, Roche, Rolls Royce, Nestlé, Unilever, Nordea Bank o Prudential, seleccionados con criterios como el hecho de tener ventajas competitivas y poder para establecer precios, saneados balances, una clara estrategia de negocio que apunta a su crecimiento, un buen equipo gestor y un compromiso para ofrecer valor al accionista. Según Tester, una buena política de dividendos es también una buena señal de cara a la evolución de su negocio.
Positivos con España… pero poco invertidos
Con respecto a España, los gestores se muestran positivos con las últimas reformas, particularmente en contraste con países como Italia o Francia, si bien advierten sobre la posibilidad de que se ralenticen las reformas ante la presencia de las elecciones generales -previsiblemente a finales del año próximo- y de los problemas de deuda aún por resolver. Pero este optimismo con matices no basta para que llenen sus carteras con valores del país: en su estrategia de bolsa europea no tienen posiciones, aunque sí tuvieron en el pasado a BBVA y nombres como Amadeus en algunas carteras. En la de small caps sí que apuestan por nombres como Viscofán o Barón de Ley.