Los comicios de este fin de semana en Italia han demostrado que los movimientos políticos populistas tienen más fuerza de la que los analistas prevén. El Movimiento 5 Estrellas crece con fuerza y la coalición de centroderecha no logra mayoría; un resultado que las gestoras creen que podría provocar volatilidad en el mercado.
“El resultado de las elecciones italianas parece desordenado, pero no creemos que la posibilidad de que Italia salga de la zona euro haya aumentado materialmente. El Movimiento 5 Estrellas y la Liga del Norte han obtenido unos buenos resultados, mientras que la PD de Renzi y, lo que es más sorprendente, la Forza Italia de Berlusconi han sufrido”, apunta Adrian Hilton, director de carteras de renta fija en Columbia Threadneedle.
Desde Legg Mason advertían, antes de las elecciones, de la complaciencia con la que los inversores afrontaban estos comicios considerándolas un evento de bajo riesgo, pero la firma se mostraba mucho más prudente que el sentimiento de mercado. “Los mercados están preparados para un resultado incierto, pero siempre que sea un resultado que no suponga una amenaza para la recuperación económica de la eurozona o para el euro. Pero si se produce un resultado sin mayoría para el parlamento y la continuación del gobierno interino, resultado que vemos como más probable, hay una buena posibilidad de que surja un escenario más perturbador”, advertía a finales de semana Paul Ehrlichman, director de Global Value de ClearBridge Investments, filial de Legg Mason.
La previsión de Ehrclichman se ha cumplido y, según muestra ya el recuento, ningún partido o coalición tiene suficientes votos para formar gobierno. ¿Qué puede ocurrir ahora? En opinión de Matteo Ramenghi, jefe de inversiones de UBS WM Italy, “una amplia coalición sería bien recibida por los mercados, ya que podría garantizar estabilidad política y disciplina fiscal. Repetir las elecciones podría prolongar la incertidumbre y lastrar los activos italianos. La alianza anti-sistema de M5S y la Liga Norte, el escenario más negativo para los mercados, parece improbable debido a las diferencias de los programas de ambas formaciones”.
Reacción de los mercados
En este sentido, desde UBS WM Italy prevén que se abre una etapa de largas negociaciones tras los comicios, lo que podría llevar a un incremento de la volatilidad de los activos italianos. “La Bolsa italiana no ha descontado la incertidumbre electoral, pero las actuales rentabilidades de los bonos indican que ya han incorporado cierto riesgo político”, advierten.
Opinión que también comparte Hilton: “La reacción de los mercados de bonos ha sido bastante restringida hasta el momento; el resultado realmente negativo para los mercados sería una coalición que incluyera tanto la Liga del Norte como el Movimiento 5 Estrellas”.
Para Stephanie Kelly, economista política en Aberdeen Standard Investments, la reacción del mercado ha sido variada, y las pérdidas iniciales en los mercados de renta variable y de bonos se han recuperado mayoritariamente. “Sin embargo, los mercados sufren de manera notable para apreciar el riesgo político y los cálculos en el caso italiano son más complejos de lo habitual”.
Desde Allianz GI cuestionan que la incertidumbre política haga el descarrilar el desempeño de los activos italianos y se muestra más alarmada sobre la generación de volatilidad. Según Neil Dwane, estratega global de AllianzGI, esto no ocurrirá mientras las perspectivas económicas italianas continúen mejorando. “Hay una buena posibilidad de que los mercados continúen centrándose en los factores positivos que han apoyado los activos italianos en los últimos trimestres”, defiende Dwane.
Potenciales riesgos
Dwane destaca que el riesgo es que cualquier coalición que surja no tenga la fuerza reformista que la economía italiana necesita para no perder el compás del crecimiento. Para John J.Hardy, jefe de estrategia en divisas de Saxo Bank, un estancamiento de la situación política y reformista de Italia se convertiría en un riesgo secundario para la Unión Europea. Desde Deutsche Bank destacan que las claves estarán en el posicionamiento que tome respecto a la Unión Europea y el euro la coalición que ser forme.
Según Vincent Reinhart, economista jefe de Standish, (parte de BNY Mellon AMNA), que el resultado de las elecciones sea un gobierno dividido es algo habitual en la historia de Italia pero, además, sigue la tendencia que hemos visto en toda Europa de una mayor fragmentación política y largos periodos de incertidumbre en las más altas esferas de los gobiernos nacionales.
“La principal tarea de los líderes políticos es liderar –en este caso, formar una coalición de gobierno–, ya que la incertidumbre daña la inversión nacional y ahuyenta a los inversores extranjeros. Una vez formado, el nuevo gobierno tendrá que modular las expectativas de los ciudadanos con respecto a las rebajas fiscales y el aumento de las subvenciones, puesto que el cumplimiento de las exageradas promesas realizadas por los grandes partidos durante la campaña electoral comprometería aún más la difícil posición fiscal del país”, explica Reinhart.
Según, Azad Zangana, economista senior de Europa de Schroders, el resultado de las elecciones es muy importante para los inversores internacionales, en particular debido a la envergadura de la economía italiana. “Si bien los partidos euroescépticos han obtenido unos buenos resultados, el riesgo de que se produzca la salida del euro y de la Unión Europea es reducido. El mayor riesgo lo constituye el desvío de presupuestos, y puede que la reversión de las importantes reformas emprendidas en los últimos años. De darse, esta situación llevaría a Italia a un choque con la Unión Europea, y puede que incluso provocase ventas masivas de los bonos”, apunta.
Por último, Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM, advierte que otro de los riesgo es que estos resultados muestran como el populismo no se ha apagado del todo en Europa. “Hay un salto de los partidos populistas y eso es lo que debemos tener en cuenta. Esto puede explicarse por las bajas perspectivas económicas, el envejecimiento de la población y la crisis de los refugiados. Por lo tanto, el riesgo es tratar de cambiar las instituciones y, en particular, las relaciones con Europa”, recuerda Waechter.