Italia ya tiene Gobierno y un compromiso de gasto de 100.000 millones de euros. En opinión de Nicholas Wall, gerente del fondo Old Mutual Strategic Absolute Return Bond Fund, Old Mutual Global Investors, considera que la posibilidad de que Italia salga de la Unión Europea es bastante baja.
“Creemos que hay una posibilidad muy pequeña de que Italia se caiga de la eurozona, pero hay que estar atentos porque los eventos que nos pueden llevar a un Italexit. A pesar de que Italia parece haber logrado formar un gobierno, la situación política actual coincide con Grecia en 2015, donde el partido Syriza ganó las elecciones prometiendo el fin de la austeridad y cuestionando el papel de la Unión Europea”, señala Wall.
Es cierto que desde Bruselas ven con desconfianza el nuevo gobierno que tendrá a Giuseppe Conte, sin experiencia política, como primer ministro. Bruselas teme cuáles puedan ser las decisiones de un ejecutivo populista, más teniendo en cuenta que Italia es uno de los grandes países de la eurozona y con capacidad de desestabilizar a los países periféricos.
Dentro de este contexto, Wall señala cinco aspectos claves para gestionar las inversiones en el contexto actual, eso sí, contando siempre con un escenario central en el que Italia no abandone el euro. “Sería un desastre para los ahorros familiares italianos, para los inversores minoristas que poseen bonos del gobierno italiano (BTP) y deudas bancarias, para los bancos italianos que poseen BTP y para toda la unión monetaria europea”, argumenta Wall.
El gobierno italiano no sobreviviría a una devaluación con una nueva moneda. Según el análisis de Wall, es exactamente lo que intuyó Syirza y por eso retrocedió en sus planteamientos, y eso que ya muchos ahorradores griegos habían retirado el dinero de los bancos. “En Italia, los niveles de depósito son mucho más altos con pocos signos de salidas”, advierte.
En opinión de la gestora, la situación actual en Italia se trata realmente de poner fin a la austeridad y recuperar la autonomía fiscal de Bruselas. “Este es un triunfo fácil para los populistas presionan con el mensaje de que ellos quieren gastar más, pero son los burócratas los que no dejan. Por lo tanto, el enfoque de conflicto vuelve a la economía. Dicho esto, los políticos de Bruselas e Italia saben que Italia tiene como límite el abandonar el euro; por lo tanto, todo dependerá de cuando tiren de la cuerda ambos”, explica Wall.
Vista la historia de Europa, este experto considera que ambas partes serán menos imprudentes que lo que se vio durante la crisis griega. “Desde el lado italiano, la situación parece menos desesperada, al menos entre la generación anterior, que en Grecia: los italianos tienen más que perder y no votaron por abandonar el euro. Por lo tanto, si el gobierno italiano recién formado comienza a aumentar su retórica contra el euro, parte del electorado puede sentirse defraudado”, explica.
Por último, Wall destaca que el caso griego e italiano son diferentes porque Italia tiene una economía más resistente que la de Grecia en aquel momento. De hecho Italia tiene superávit por cuenta corriente. “Si las tasas siguen aumentando, el aumento en el coste de la deuda debería ser gradual, mientras que en Grecia no les quedaba dinero para pagar a los acreedores. El nivel de propiedad extranjera de los bonos del gobierno italiano está en un nivel mucho más bajo que la propiedad de los bonos del gobierno griego. Y, por último, las instituciones italianas se consideran más fuertes que los equivalentes griegos en 2015”, afirma.
Entre los aspectos que evitarían que Italia se saliera de la Unión Europea, Wall destaca el hecho de que es probable que Bruselas sea más flexible en los aspectos fiscales, ya que no ese momento de austeridad absoluta –que tanto ha impulsado los populismos– ha pasado. “En nuestra opinión, existe un argumento claro para que las autoridades de la Unión Europea tengan una política fiscal más flexible. El riesgo de una mayor inestabilidad económica y política aumenta si Europa no flexibiliza la política fiscal”, advierte.