La atención de los inversores se encuentra ahora más centrada en la economía estadounidense, tras las declaraciones de la Reserva Federal en torno a que las señales de afianzamiento de la recuperación tendría como consecuencia la reducción de la “flexibilización cuantitativa” desde el actual nivel de 85.000 millones de dólares al mes. Según Mark Burgess, Director de Inversiones de Threadneedle, la confianza de los consumidores y el gasto privado arrojan datos razonablemente positivos, mientras que el mercado de la vivienda se ha recuperado con fuerza, aunque esto se ha debido más a inversores que a ocupantes. El empleo crece a un ritmo continuado y, a pesar de que la inversión de capital por parte de las empresas ha causado decepción, esperamos una cierta aceleración para la segunda mitad del año. Nuestra confianza con respecto a la recuperación de EE. UU. va en aumento.
A diferencia de EE. UU., la zona del euro muestra pocas señales de mejora, registrando la economía francesa una mayor debilidad de lo esperado. Además, la reciente depreciación del yen supondrá un nuevo obstáculo para las exportaciones, especialmente las procedentes de Alemania.
En el Reino Unido prevemos un crecimiento muy mediocre para este año, de solamente el 1%. El empleo está creciendo de forma razonable, el mercado de la vivienda está mejorando y el consumo es satisfactorio, a pesar de la presión a la que se ve sometida la renta real disponible. El mayor problema para la economía es el mercado de la exportación, que está excesivamente influido por la debilidad de la zona del euro y seguirá lastrando la evolución del Reino Unido.
La economía japonesa está respondiendo ya al enorme plan de “relajación cuantitativa”, las inyecciones fiscales y otras medidas adoptadas con el fin de acabar con la deflación y estimular el crecimiento. El consumo ha mejorado, las exportaciones se beneficiarán de la debilidad del yen y el plan cada vez más probable para reactivar la producción de energía nuclear supondrá un claro impulso a la balanza comercial. Nuestras previsiones sobre el crecimiento del PIB de Japón son superiores a las del consenso tanto para este año como para el próximo.
Estos distintos panoramas económicos en los distintos lugares del mundo nos llevan a adoptar una estrategia de renta variable con un sesgo más regional que en el pasado. En EE. UU., hemos incrementado nuestras posiciones en los valores cíclicos, especialmente en los valores relacionados con la vivienda, y somos precavidos en muchos sectores defensivos, como por ejemplo el de servicios públicos. En el Reino Unido y Europa mostramos por lo general una mayor cautela en torno a los valores cíclicos y estamos tratando de incrementar nuestras posiciones en valores que muestran un crecimiento continuo, como p. ej., bienes de consumo básicos, que se han visto afectados recientemente por la corrección del mercado. En Asia, apostamos por los valores cíclicos expuestos a EE. UU., como las empresas de tecnología, pero desconfiamos de algunos cíclicos con exposición a China, como los valores del acero. En todas las áreas, es probable que la demanda se centre en las empresas con buen crecimiento y las que ofrecen rentabilidades por dividendos elevadas y al alza.
Las recientes declaraciones en torno a la reducción de la “relajación cuantitativa” por parte de la Reserva Federal ha incrementado considerablemente la volatilidad de mercado en todas las categorías de activos. La “relajación cuantitativa” ha sido una enorme fuerza que ha impulsado los mercados y, normalmente, el inicio de un ciclo de ajuste monetario ha sido un momento difícil para los inversores. Sin embargo, se trata solamente de una reducción del nivel de estímulo monetario de la Reserva Federal y no de un ajuste tradicional. Creemos que los tipos de interés se van a mantener en niveles bajísimos durante un periodo de tiempo considerable. La actuación de la Reserva Federal se llevaría a cabo ante una mejora de la dinámica económica y creemos que habrá pocas presiones inflacionistas a corto plazo. La combinación de mayor crecimiento, baja inflación y una continuada política monetaria de estímulo debería ser un entorno razonable para los mercados de renta variable. En renta variable seguimos por encima del índice de referencia y hemos aprovechado la reciente corrección para incrementar nuestra exposición a Japón, pasando estar sobreponderados. Esto es un reflejo del potencial de recuperación de los beneficios que apreciamos en el nuevo mundo y la “Abenomía”.
Por otra parte, los mercados de deuda pública y deuda de categoría de inversión ofrecen un valor muy limitado a largo plazo y, por tanto, parecen vulnerables si las perspectivas de crecimiento mejoran. Desde hace un tiempo hemos mantenido una posición inferior a la del índice de referencia en deuda pública, pero últimamente hemos reducido nuestra exposición a los bonos empresariales de categoría de inversión, cuyos diferenciales probablemente ofrezcan muy poca protección ante el riesgo de subida de las rentabilidades de la deuda pública.
Esperamos que los inversores hambrientos de rendimientos sigan buscando rentabilidad y activos que han quedado rezagados con respecto a otros mercadosen los últimos años. Además, la cuestión de la refinanciación de los activos inmobiliarios del Reino Unido, que se cernía sobre el sector desde hace mucho tiempo, se está produciendo ya. Hemos incrementado nuestra inversión en activos inmobiliarios comerciales del Reino Unido, pasando a estar ligeramente sobreponderados a medio plazo.