Ser selectivos; esta es la estrategia que Luke Copley, gestor de carteras del equipo de renta fija global de Allianz Global Investors, defiende a la hora de explicar su posicionamiento y expectativas sobre la deuda de grado de inversión o investment grade. Muestra de ello es que Allianz GI ha reducido, en lo que va de año, su exposición y se han centrado solo en algunos sectores.
No se trata de una visión negativa, pero prevén una mayor expansión de los diferenciales y un aumento de la volatilidad, así como un mayor riesgo para aquellos nombres con BBB y con un apalancamiento elevado. “Este año será difícil lograr retornos tan sólidos como 2017, pero esperamos cierta estabilidad en los diferenciales para ayudar a acumular carry a lo largo del año y volver a obtener rendimientos totales positivos”, matiza Copley.
En su opinión, la vuelta de la volatilidad es el primer motivo por el que la rentabilidad no será tan buena como el año pasado –actualmente lleva un rendimiento en torno al 1,9%–. “El crédito investment grade se ha visto negativamente afectado por la volatilidad de la tasa de interés. Del -1,9% de la rentabilidad total del año hasta la fecha, alrededor del -1,7% de esto proviene del aumento de las tasas del gobierno y el -0,2% del aumento del margen de crédito”, señala.
Esto no resta valor al papel que puede jugar este activo en las carteras de renta fija, sobre todo en aquellas que tienen enfoque flexible. Tal y como explica Copley, el crédito calificado como investment grade ha ofrecido históricamente una prima sobre el spread de las tasas del gobierno, además de acceso a muchos sectores corporativos que han experimentado tendencias positivas en sus fundamentales durante los últimos años, como el financiero. “La mejora de los fundamentales de muchos sectores, los programa de compras de los bancos centrales y la fuerte demanda han impulsado los rendimientos en esta clase de activos”, afirma Copley.
Nuevo entorno
Pero, ¿y ahora qué? Según Copley, las tendencias mencionadas han impulsado un buen rendimiento, pero “por otro lado han encarecido las valoraciones; ahora hay spread menos atractivos que otros años. Pero todavía hay forma para ser dueño de estas primas que ofrecen: una selección cuidadosa de los activos”. A esto se suma otro elemento que considera clara este año para gestionar el riesgo de este tipo de activo: controlar las duraciones.
Pese a que reconoce que últimamente ha reducido sus posiciones en high yield, movido por ese criterio de ser más selectivo y buscar sectores con buenos fundamentales, pero le resulta atractivo el sector financiero y la deuda bancaria de los países periféricos de Europa.
“Es posible que el componente de riesgo de crédito se haya reducido en esta clase de activos, ya que muchos sectores han continuado mejorando su trayectoria de ganancias durante estos dos últimos años; por lo que los fundamentales son sólidos. En ciertos sectores vemos que el apalancamiento se incrementa principalmente a través de transacciones de fusiones y adquisiciones, por lo que hay áreas de riesgo elevado para navegar con cuidado, como por ejemplo el sector farmacéutico, las comunicaciones o la tecnología. De hecho, los sectores con los fundamentales menos atractivos para nosotros son la atención médica, la telecomunicaciones tradicionales y los minoristas estadounidenses”, concluye.