A finales de 2015, los inversores tuvieron que enfrentarse a un mundo que parecía estar lleno de potenciales peligros. Para preservar y hacer crecer el valor de sus activos, necesitaban carteras fuertes que pudieran superar entornos difíciles de mercado y proporcionasen retornos resistentes frente a imprevistos. Así -con un análisis sobre la necesidad de tener carteras fuertes-, empieza la revisión que hace Investec sobre cinco visiones relacionadas con la inversión.
La firma repasa el entorno inversor en 2016, que no ha sido más fácil: una economía china en desaceleración, el sorprendente movimiento del Banco de Japón para introducir tipos de interés negativos, y la incertidumbre política y económica en Estados Unidos y Europa ante la trascendental decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea han colaborado al aumento de la inestabilidad financiera y volatilidad mundiales.
A partir de ahí, su enfoque para la construcción de carteras resistentes frente a este tipo de fuertes alteraciones “requiere una sólida comprensión de los riesgos, más allá de las estimaciones de volatilidad. La construcción de la cartera debe equilibrar las compensaciones entre potenciales retornos y la aportación de los activos individuales a la exposición global al riesgo. Pero también creemos que las carteras deben estar diversificadas y evitar aquellas áreas del mercado que podrían ser vulnerables a las repentinas restricciones de liquidez. Los inversores también deben tener estrategias capaces de hacer frente a los períodos de estrés en el mercado”, dice la gestora.
Otro tema es la divergencia de las políticas monetarias. Hace seis meses, Investec creía que el dólar alcanzaría nuevos máximos cíclicos, con la lenta normalización de la política monetaria estadounidense. Entonces, Europa no había hecho más que empezar a bajar la deuda del sector privado y parecía estar, al menos, tres años por detrás de Estados Unidos. Asia, y China en particular, estaban muy por detrás de Europa. La deuda de estos mercados en relación al producto interior bruto seguía siendo elevada, sugiriendo que sería necesaria la continuidad de la política de flexibilización monetaria durante varios años, explica Investec.
“Desde entonces, vientos adversos en la economía global y un debilitado macro interno ha provocado un tono más pesimista en la Reserva Federal estadounidense en el primer trimestre de 2016, que ha frenado el ritmo de normalización de la política monetaria. Esto significa que la divergencia en las políticas monetarias es menor que al principio del año”.
El tercer tema del que habla la gestora son los mercados emergentes, que son dispares y ofrecen una amplia gama de oportunidades de inversión. Investec continúa favoreciendo aquellas economías que son extensiones naturales de mercados desarrollados, como Hungría o Rumanía para la Unión Europea. “Sin embargo- alerta-, creemos que tenemos que seguir siendo selectivos en mercados emergentes debido, en parte, a las diferentes sensibilidades a la demanda de commodities chinas y al dólar americano».
Por otro lado, Investec sigue creyendo que el enfoque bottom-up para la selección de inversiones puede ayudar a penetrar el ruido macroeconómico a corto plazo. La renta variable de los mercados emergentes y los stocks de recursos empujaron hacia arriba las bolsas mundiales desde mediados de enero, en un momento en que los datos chinos se mantenían negativos y muchos analistas pronosticaban recesión en Estados Unidos –explica-. Sin embargo, Investec reconoce que el entorno, aunque sea de manera temporal, apoya menos a la selección de valores.
Por último, la gestora revisa la popularización de la inversión responsable. “Como predijimos, en 2016 muchos inversores se centraron en consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza” (ESG, por sus siglas en inglés). La integración de valoraciones de ESG en procesos de inversión es vista, cada vez más, como una manera de impulsar la creación de valor a largo plazo, señala la compañía, que concluye diciendo: “El fabricante alemán de automóviles Volkswagen podría ser visto como un elemento de ruptura de las reglas del juego desencadenando mayor atención sobre el comportamiento y las prácticas corporativas. El Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de diciembre de 2015 también ha captado la atención de los inversores sobre los desafíos medioambientales relacionados con el calentamiento global”.