Los expertos de Invesco manejan un escenario central para 2024 que incluye dos partes bien diferenciadas, en lo que a situación económica se refiere. De esta forma, estiman que es probable que la política restrictiva provoque una desaceleración en el primer semestre, pero la posterior normalización de la inflación debería ayudar a que el crecimiento de los salarios reales se reanude en el segundo semestre. Esta situación, unida a una esperada bajada de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, desembocará en un renovado impulso del PIB mundial.
En concreto, Fernando Fernández-Bravo, responsable de Sales Active Iberia, considera que las políticas monetarias ya han alcanzado el final de sus ciclos de endurecimiento y que el siguiente paso podría ser la relajación. Ésta comenzará a producirse, según el experto, a finales del primer semestre de 2024.
Tras la ralentización, en la firma esperan que mejore el apetito por el riesgo: el escenario central apunta a que la rentabilidad de los bonos alcance máximos a medida que el ciclo de endurecimiento se acerque a su fin. El experto explica que durante este periodo, el apetito por el riesgo debería empezar a mejorar, pero la incertidumbre que rodeará al timing de la bajada de los tipos de interés podría provocar cierta volatilidad a principios de año. Pero este escenario ofrecerá oportunidades de cara al largo plazo.
Fernández-Bravo ve, por lo tanto, oportunidades en la renta fija y en la renta variable, aunque para la primera parte del año prefiere bonos. Su estrategia en renta fija tiene en cuenta que Europa y China obtengan mejores resultados, dado que el crecimiento ya se ha ralentizado y la relajación de las políticas monetarias ha comenzado o es probable que lo haga pronto. Por el contrario, Japón -con un elevado riesgo de política monetaria- y Estados Unidos -con un crecimiento económico excepcionalmente fuerte- tienen más probabilidades de registrar peores resultados, según la firma.
En crédito, Fernández-Bravo se inclina por el crédito con grado de inversión, ya que las valoraciones parecen interesantes en la actualidad. Unas valoraciones que, en el caso del high yield de alta calidad, también parecen atractivas. Sin embargo, unos tipos más altos durante más tiempo podrían poner en dificultades al segmento de menor calidad. Por lo tanto, “no es necesario asumir tanto riesgo para obtener rentabilidades del 4%-5% que ya ofrece el grado de inversión”, asegura el experto.
En renta variable, se decantan por los mercados emergentes, ya que presentan una valoración atractiva en comparación con sus comparables del mundo desarrollado. Ya se trate de renta fija o variable, en la firma aseguran que la valoración de los activos de mercados emergentes ofrece la posibilidad de obtener elevadas rentabilidades a medio plazo. Sus propuestas apuntan a fondos panasiáticos, mientras que recuerdan que China presenta las valoraciones en renta variable más bajas del mundo. “Hemos vuelto a entrar en este mercado desde mediados del año pasado”, reconoce Fernández-Bravo.
Otros activos
En alternativos, la firma prefiere el crédito privado. En definitiva, la deuda va a registrar un buen año debido al favorable entorno de tipos de interés. Por el contrario, en inmobiliario son algo más cautelosos.
En materias primas, hay distinciones, Fernández-Bravo recuerda que las economías de los mercados desarrollados se van a desacelerar, por lo que no ve con buenos ojos los metales industriales. Por el contrario, existen oportunidades en materias primas agrícolas y energéticas.
En cuanto al oro, el experto reconoce que «les gusta» por el efecto diversificador en caso de que se produzcan episodios de volatilidad a lo largo del año.
El dólar, por su parte, estaría caro, a juicio de la firma, y es probable que los diferenciales de rentabilidad le perjudiquen. La explicación vendría por la política monetaria: a medida que los mercados anticipan la flexibilización de la Fed, la firma espera que ese diferencial de rentabilidad perjudique al dólar. Sus previsiones apunta a un cambio con el euro en el entorno del 1,08 dólares por euro.