El escenario principal que maneja Invesco es claro: estamos ante una desaceleración global en la que los bancos centrales están tomando medidas de política monetaria más restrictivas ante la inflación. Esta afirmación, en su opinión, marcará en gran medida el rumbo de 2023. “Las economías van a pivotar por la acción de los bancos centrales. Pensamos que han aprendido la lección de que los tipos negativos traen problemas”, matiza Fernando Fernández, Head Active de España y Portugal.
Durante la presentación de sus perspectivas para este año, reiteró que “hemos pasado lo peor”, aunque destacó que “no podemos olvidar que el dato subyacente ha aumentado”. Pese a esta premisa, Fernández advirtió de que, durante este primer trimestre, los bancos centrales rebajarán su tono, pasando de anunciar subidas del 75 puntos básicos (pb) a 25 pb. Pero habrá que esperar a las reuniones de la próxima semana de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed)y del Banco Central Europeo (BCE) para comprobarlo. “Las economías van a pivotar por la acción de los bancos centrales. Pensamos que han aprendido la lección de que los tipos negativos traen problemas”, matiza.
Mientras la recesión se sitúa en Europa y Estados Unidos, desde Invesco consideran que la excepción son los mercados emergentes, cuyas políticas monetarias son más expansivas y sobre los que se espera un mejor crecimiento. En este sentido, Fernández destaca que la inflación está en un momento diferente si comparamos los mercados emergentes y los desarrollados: “La inflación está alta, quitando la parte de Asia. En Estados Unidos ya vemos cómo está cayendo y en Europa su comportamiento estará más relacionado con la situación de la guerra en Ucrania y la energía, cuyo coste ya vemos cómo está retrayendo el ahorro y el gasto”.
En especial, Fernández repasó las perspectivas sobre China y al igual que el resto de gestoras, coincide en afirmar que el país recuperará su crecimiento tras el fin de su política cero COVID. Según destacó, el crecimiento será fuerte, pero diferente: “No hemos dado cuenta que antes del COVID las empresas buscaban ahorrar en coste y no les preocupaba la disponibilidad de la cadena de suministro. En cambio, ahora estamos viendo una nacionalización de los recursos y los suministros. Como consecuencia para China, su crecimiento no vendrá tanto por el lado de las exportaciones, sino que tendrá que venir por la parte del consumo de bienes y servicios”.
Respecto al resto de mercados emergentes, indicó que su “punto de sufrimiento” seguirá siendo el fortalecimiento del dólar. Sin embargo, Fernández sostuvo que no esperan que vaya a subir mucho más y apostó porque se mantenga en el entorno de los 1,10 frente al euro.
Aunque este es su escenario principal, desde Invesco reconoce que el segundo escenario que manejan, aunque menos probable, sería menos optimista y estaría marcado por que los factores que están impulsando la inflación pasaran de ser coyunturales a estructurales. “En consecuencia, los bancos centrales seguirían subiendo los tipos, y eso es algo que los mercados no están descontando”, apuntó Fernández.
Implicaciones para la inversión
El escenario principal que maneja la gestora supone que, siento tácticos, prefiere la renta fija a la renta variable. “En renta fija, después de años siendo poco atractiva, vuelve a verse un cupón que merece la pena. Las rentabilidades en investment grade son parecidas a lo que nos puede estar dando la renta variable, en torno al 4%-6%, por lo que consideramos que no merece la pena tomar más riesgo mientras haya crédito de calidad que ofrezca este cupón. Respecto al high yield nos gusta porque no vemos que vaya a producirse una recesión larga y dramática, así que las empresas no tienen por qué sufrir en exceso”, explicó Fernández.
En el caso de la renta variable se muestran más cautos, ya que esperan una revisión a la baja de los beneficios de las empresas a corto plazo. “En la segunda mitad del año, viendo que el escenario macro puede ser algo mejor, la renta variable podría resultar más atractiva. Por ahora, hemos empezado bien el año porque todo lo malo ya se ha descontado y cualquier noticia positiva, animará al mercado. En particular, creemos que puede ser el momento de la renta variable asiática y de la renta variable europea, por una cuestión de valoraciones”, añade.
Por último, Fernandéz abordó los activos alternativos, que han ganado claramente atractivo ante el aumento de la inflación. Según su experiencia, cada vez juegan un papel más importante en las carteras de los inversores y ve muy probable que el porcentaje que ocupan vaya, poco a poco creciendo. “Creemos que los activos alternativos van a experimentar un reprise de cara al primer trimestre del año, ya que el impacto de la inflación, la caída de la demanda y la desaceleración no han sido descontados en su precio”, explica. La gestora reconoce que, en este contexto, le gusta más el real estate y menos la parte de deuda privada y private equity.