La Ruta de la Seda se remonta al año 430 a.C., cuando comenzó la idea del libre comercio entre Asia y Europa. Tras su llegada al poder en 2013, el presidente chino, Xi Jinping, decidió continuar con esa vieja tradición y lanzó la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda o Belt&Road (B&R) Initiative con la idea de ayudar a los países de esa zona a construir infraestructuras que mejoren la conectividad y promuevan el comercio en Asia, Europa, Oriente Medio y África.
Invesco ha aprovechado la coyuntura y ha lanzado el primer fondo de renta fija temático que ofrece exposición directa a esta oportunidad: Invesco Belt and Road Debt Fund. “La iniciativa del Gobierno chino está para quedarse. De hecho, en 2017 fue incluida en la constitución del Partido Comunista, por lo que, incluso si el presidente se retira, continuará. Es una situación beneficiosa para ambas partes: los países de la Ruta de la Seda y China”, contó el co-gestor del fondo de Invesco, Yfei Ding, en un encuentro con la prensa en Madrid en el que también participó Haidan Zhong, Senior Client Portfolio Manager.
En ese sentido, señaló que la medida es positiva para el país asiático -que tradicionalmente ha crecido en base a la importación de materias primas y la exportación de bienes manufacturados- porque puede ayudarle a escalar en la cadena de valor y apostar por productos de alta calidad.
Más del 36 % del PIB mundial viene de la región Belt&Road, en la que se concentra el 67% de la población global. Además, esos países representan el 38% del comercio mundial. Invesco espera que China invierta entre 150.000 y 200.000 millones de dólares en los países del B&R por año. Según Yfei Ding, la iniciativa está ganando popularidad y tiene mucho potencial: “Estados Unidos, Europa y Reino Unido han mostrado interés. Puede parecer que son competencia, pero esto únicamente sirve para beneficiar a los países receptores, que logran condiciones más favorables y préstamos más transparentes”, aseguró.
En cuanto a si la actual situación geopolítica y, en concreto, la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China puede influir de alguna forma en el proyecto, está convencido de que estos conflictos solo van a hacer que el país asiático “se comprometa aún más con la iniciativa B&R”.
Mientras, consultado por el posible impacto del Brexit, hace hincapié en que significa un paso atrás para el Reino Unido en la globalización que, sin embargo, puede generar más oportunidades entre los estados europeos y China, un país que, insiste, “quiere que el mundo sea más globalizado”.
Según los cálculos de Invesco, el universo del mercado de bonos del Belt&Road asciende a 1,4 billones de dólares (emitidos) y 1.069 emisores y va a crecer en los próximos años.
Aprovechando las primas de los nuevos emisores
En esta coyuntura, el pasado 8 de noviembre, Invesco lanzó el fondo, que todavía no está totalmente invertido. Su estrategia es clara: al menos el 90% de la cartera es renta fija en dólares y, como máximo, un 10% se reserva para renta variable. “Invertimos en bonos gubernamentales en dólares porque tienen buena liquidez y no queremos los riesgos de las monedas locales. Si vemos potencial en acciones, asignamos activos”, resumió su co-gestor, quien aclaró que, además de bonos gubernamentales, el área de renta fija invierte en bonos corporativos con grado de inversión y high yield.
Concretamente, en el caso de este último, Invesco cuenta con la estrategia “New Issue Premiums” (primas por nuevas emisiones), que aplica en hasta el 30% de su cartera y que afecta a aquellos bonos de mercados emergentes que cuentan con un riesgo elevado y que pueden ser una buena fuente de alfa. Estos tienen rentabilidades más elevadas que otros similares del mercado secundario. “Los costes de transacción son realmente bajos, vendemos los bonos rápido –siempre en menos de dos meses- y el retorno es muy alto, por lo que tienen un potencial muy atractivo”, declaró Yfei Ding.
El fondo pretende obtener un rendimiento de entorno al 6,5% y limitar la volatilidad al 6% anual durante la mayor parte del tiempo. En principio, cuenta con flexibilidad en la gestión de la duración para que el riesgo de la tasa de interés pueda ser minimizado tácticamente. Si no, se mantiene en línea con la de otros fondos de mercados emergentes, al ubicarse en una media de cinco años.
Regiones, sectores y temáticas
Yfei Ding también reveló que están excluidos de la cartera los países con peores calificaciones ESG. En cuanto al desglose por países, según sus estimaciones, un 42% se concentrará en Asia, un 22% en Oriente Medio, un 18% en Europa, un 16% en África y un 2% es supranacional. Por sectores, un 29% son bonos gubernamentales, un 22% está relacionado con el sector financiero, un 15% con la energía y un 10% está en firmas relacionadas con materiales básicos.
“Contamos con cinco temáticas centrales en las que vemos oportunidades: la primera es mejorar la solidez financiera de países como, por ejemplo, Ghana”, reveló el co-gestor del fondo. La segunda es perfeccionar las redes de infraestructuras, no solo las ferroviarias sino también las digitales. La tercera es optimizar la energía, las materias primas, la agricultura y los bienes básicos producidos localmente, como, por ejemplo, los oleoductos y gasoductos que conectan Asia Central con China.
La cuarta está relacionada con las anteriores, ya que, si hay más infraestructuras, aumentan los ingresos y, consecuentemente, sube el consumo; y la última temática está dirigida a modernizar los corredores económicos dentro de China.