En opinión de Andy Gboka, gestor de cartera del Bellevue African Opportunities Fund, África está experimentando un momento de reformas que podrían generar un crecimiento importante de los beneficios de sus empresas a medio plazo. Sin embargo, advierte de que los analistas e inversores han puesto el foco en los riesgos macroeconómicos, dejando de lado el desajuste entre los sólidos fundamentos y las bajas valoraciones que presentan las acciones africanas.
Según su reciente experiencia, tras reunirse con 50 empresas que operan entre 10 y 15 países africanos, las empresas africanas se siguen apoyando en la resistencia de sus beneficios, pese al aumento de las presiones inflacionistas, de los costes de los préstamos y la devaluación de las monedas locales frente al dólar. “Parecían tener más confianza en el futuro de lo que implican sus valoraciones históricamente bajas, lo que contrasta con el sentimiento actual hacia la renta variable africana, que pasa por alto un potencial de crecimiento más prometedor ya visible sobre el terreno”, destaca Gboka.
El gestor explica que muchas empresas africanas están acostumbradas a operar en un entorno empresarial difícil. “Las empresas en las que invertimos han desarrollado, a lo largo de los años, una cierta resistencia frente a las perturbaciones externas e internas, lo que les ha permitido obtener resultados encomiables en condiciones comerciales difíciles. Algunas de ellas salieron fortalecidas después de una crisis al consolidar sus cuotas de mercado a expensas de los actores más pequeños de la economía informal. Estos dos factores están en juego este año”, argumenta. Además, señala que algunos ejemplos de estas empresas son, por ejemplo, Obour Land, el principal productor de queso blanco de Egipto, o Commercial International Bank of Egypt.
Para Gboka, la renta variable africana es atractiva porque conjuga: valoraciones bajas, resistencia de los beneficios y unas perspectivas de crecimiento atractivas. “En última instancia, los mercados siempre se ponen al día con los fundamentos, especialmente si las empresas siguen aumentando sus resultados, y la mejor prueba de ello es que algunos inversores han visto las oportunidades últimamente”, añade.
Un ejemplo del discreto interés que despierta esta región es el hecho de que, desde la devaluación de Egipto el pasado mes de marzo, los fondos soberanos de Arabia Saudí, los EAU y Qatar han invertido miles de millones de dólares en nombres que cotizan en bolsa, pero también en empresas estatales que no cotizan en bolsa. En opinión del gestor de Bellevue Asset Management, la misma oleada de compras está teniendo lugar para los grandes conglomerados con presencia en el continente.
“El pasado mes de octubre, Diageo, el productor de cerveza y licores con sede en el Reino Unido, ofreció una prima del 40% para adquirir una participación del 15% en su filial East African Breweries. En septiembre pasado, el banco francés Crédit Agricole adquirió una participación del 5% en Crédit Agricole Egypt. A finales de 2021, Vitol, el comerciante mundial de materias primas, ofreció una prima del 25% para comprar las minorías de Vivo Energy, un distribuidor de combustible líder en África”, indica como ejemplos.
En el caso del fondo que Gboka gestiona, el Bellevue African Opportunities Fund, Marruecos se ha consolidado como el núcleo de la estrategia de inversión a largo plazo. Según explica, es la nación con la situación macroeconómica más estable y resistente de nuestro universo gracias a las reformas estructurales aplicadas en los últimos 10 a 20 años. “Esta estabilidad macroeconómica permite al Reino centrarse en las reformas sectoriales que aportan oportunidades directas a través de algunas empresas cotizadas”, concluye el gestor.