Las incertidumbres geopolíticas y los temores a una desaceleración económica mundial se han disparado a medida que los inversores invierten, cada vez más, en activos privados, según las conclusiones de la Encuesta a Inversores Institucionales realizada por Schroders este año. Este estudio, basado en encuestas a 650 inversores institucionales que representaban aproximadamente 25,4 billones de dólares en activos bajo gestión, ha identificado un aumento de la desconfianza entre los inversores en un contexto de creciente incertidumbre macroeconómica.
Más de la mitad de los inversores (52%) dijo que la política y los acontecimientos mundiales como el Brexit y las guerras comerciales afectarían a la rentabilidad de sus carteras en los próximos 12 meses. Esto supone un aumento considerable frente al 32% de los inversores en 2017 y al 44% en 2018.
Además, más de un tercio de los inversores (37%) también mencionaron la desaceleración económica mundial como la mayor preocupación, lo que supone un aumento significativo con respecto al 27% del año pasado. Estos resultados reflejan quizás la preocupación por la extensión del conflicto comercial entre China y EE.UU., así como por la creciente incertidumbre sobre el Brexit.
Los inversores encuestados señalaron los tipos de interés más elevados como el mayor condicionante de la rentabilidad de las carteras, aunque en menor medida que hace un año. En cambio, otros factores que antes se consideraban muy influyentes, como el endurecimiento de la política monetaria, la regulación y el riesgo de ciberataques, han ido perdiendo importancia en los últimos 12 meses.
En cuanto a las clases de activos, el apetito por los mercados emergentes ha disminuido entre los inversores institucionales, con una caída de las asignaciones del 15% en 2017, al 10% este año. Las asignaciones previstas para los mercados emergentes en los próximos 12 meses también han descendido al 9%.
Sólo un tercio de los inversores (29%) mantiene sus inversiones durante 3-5 años, y sólo el 10% restante invierte durante un ciclo completo. Esto se debe a que más de la mitad (53%) de los inversores declararon que existe una mayor necesidad de productos personalizados ya que los fondos disponibles no cumplen con los objetivos financieros de sus compañías.
Enfoque en los activos privados
Las expectativas de rentabilidad de los inversores se deben a que siguen centrándose en los activos privados. Más de la mitad (52%) esperan aumentar sus asignaciones a activos privados en los próximos tres años. Los inversores de América del Norte (58%) y Asia (50%) fueron los que más lo intentaron.
Los inversores de todo el mundo mencionaron la necesidad de obtener mayores rentabilidades y la diversificación de la cartera como los factores más importantes que los animan a invertir en activos privados. En todo el espectro de activos privados, los fondos de capital riesgo se consideran la fuente de mayor rentabilidad potencial, ya que el 69% de los inversores prevén rentabilidades superiores al 5%, y es dónde más esperan aumentar sus inversiones. De las principales clases de activos privados, el 37% de los inversores en todo el mundo tienen la intención de aumentar sus asignaciones a capital riego, muy por delante de la deuda privada, acciones de empresas de infraestructuras y activos inmobiliarios.
Sin embargo, los inversores mencionaron el coste y la complejidad de las comisiones como el mayor desafío para invertir en activos privados, y también señalaron las altas valoraciones como la principal preocupación cuando se invierte en esta clase de activos.
Expectativas de rentabilidades
A pesar de las presiones macroeconómicas, las expectativas de rentabilidad de los inversores se han mantenido estables en los últimos 12 meses. La mayoría de los inversores a nivel mundial (57%) contemplan unas rentabilidades anuales del 5%-9% durante los próximos cinco años. Esto se compara con el 60% de los inversores hace un año.
Desde el punto de vista geográfico, la diferencia entre la postura optimista de los inversores norteamericanos y la cautela de los europeos se ha ampliado considerablemente. Más de las tres cuartas partes (77%) de los inversores norteamericanos esperan obtener rentabilidades del 5%-9%, una marcada diferencia con el 42% de los inversores en Europa.
«Es comprensible que los inversores institucionales comiencen a estar preocupados. Hace algún tiempo que se ciernen sobre ellos una serie de incertidumbres geopolíticas y en la actualidad es imposible decir si hay algún indicio de que estas preocupaciones estén disminuyendo. Es alentador ver que, a pesar de estos desafíos, las expectativas de rentabilidad de los inversores -con la excepción de los europeos- siguen siendo relativamente sólidas y sus períodos de mantenimiento de las inversiones siguen estables. Es probable que reducir o cambiar las inversiones, especialmente en tiempos difíciles, perjudique a las carteras de los inversores y podría dar lugar a rentabilidades decepcionantes. Entidades como Schroders deben trabajar en asociación con los inversores institucionales para ayudarles a superar esta incertidumbre y ofrecer soluciones que satisfagan sus objetivos de inversión y su apetito de riesgo», explica Charles Prideaux, responsable de inversión global de Schroders.
Por su parte Georg Wunderlin, responsable de activos privados de Schroders, indica: «Los inversores institucionales son cada vez más conscientes de que pueden permitirse una mayor proporción de activos no líquidos en sus carteras, dados sus pasivos a largo plazo. Por lo tanto, buscan captar la prima de iliquidez al tiempo que añaden diversificación a sus carteras. Los activos privados ofrecen un extenso universo de inversión con una amplia gama de características de rentabilidad y riesgo, correlación, flujo de caja y riesgo de capital. Las carteras de activos privados se pueden adaptar para obtener los resultados necesarios para cada inversor específico. En el actual entorno de mercado, los inversores están particularmente interesados en estrategias basadas en profundas habilidades operativas, en las que la rentabilidad puede ser efectivamente fabricada por los equipos de inversión responsables. Ejemplos de ello son las compras de pequeñas y medianas empresas de capital riesgo o las estrategias diferenciadas de valor añadido en el sector inmobiliario. En estas áreas, la rentabilidad de la inversión está, de manera considerable, menos influido por los ciclos del mercado».