Los inversores españoles están volviendo la mirada a la renta fija creciendo el volumen de este tipo de activos en las carteras conservadoras. Así lo pone de manifiesto la nueva edición del Barómetro de carteras mayoristas españoles de Natixis Global Asset Management. Este estudio aporta ideas y perspectivas sobre las carteras españolas y las decisiones de inversión que están tomando mediante el análisis de 88 carteras modelo gestionadas por las 50 gestoras de activos más grandes de España, con datos a 30 de junio de 2017 suministrados por VDOS.
Según el estudio, en el segundo trimestre de 2017, los gestores de carteras conservadoras se han mostrado más cautos sobre la valoración de la renta variable, especialmente la estadounidense, y el dólar. A pesar de ello, no quieren perderse el buen momento de las bolsas, ya que los acontecimientos políticos como el Brexit o las tensiones entre el presidente Trump y Corea del Norte no han tenido un gran impacto sobre ellas. En este sentido, los inversores están empezando a buscar activos con perfiles de riesgo asimétricos (como los bonos convertibles) para gestionar el riesgo de renta variable mientras que los bajos niveles de rentas en Europa les están haciendo adoptar enfoques internacionales en busca de rendimientos.
Juan José González de Paz, consultor sénior de inversiones en el departamento de análisis y consultoría de carteras de Natixis Global AM (PRCG), explica que “a los gestores parecen inquietarles cada vez más las valoraciones de la bolsa estadounidense y la evolución del dólar, que se ha depreciado frente al euro en 2017. Por lo tanto, los inversores han recortado su exposición a renta variable para elevarla en renta fija con rendimientos más altos y bonos convertibles”.
Según este experto, “las posiciones se han mantenido en mercados como los emergentes y sectores como la tecnología. De hecho, en general industrias de crecimiento (growth) como la tecnológica parece que se están beneficiando de macro tendencias como el desarrollo de la economía digital”. “Algunos inversores parecen estar poniendo en tela de juicio es si esta tendencia puede ser duradera, ya que se sostiene principalmente en los pesos pesados del sector, pero por ahora se mantiene intacta”, concluye González de Paz.
En cuanto a las rentabilidades, las carteras arriesgadas (+0,57%) lo hicieron mejor que las moderadas (+0,04%) y las conservadoras (0,00%), debido a su mayor exposición a la renta variable y la deuda corporativa. Las carteras con predominio de la zona euro batieron, de media, a las carteras mundiales. Algo que en parte podría explicarse por la revalorización del euro frente al resto de grandes
divisas.
Buscando rentabilidad en otros tipos de renta fija
En lo que respecta a la renta fija, en trimestres anteriores, las inversiones alternativas fueron el sustituto natural de este activo, pero ahora los inversores están elevando el peso de los bonos convertibles como sustituto de la renta variable. De esta manera, pueden participar de las subidas de las bolsas, pero controlar mejor el riesgo de caídas.
Geográficamente, ha habido un aumento de la inversión en deuda de mercados emergentes y también en las estrategias de renta fija globales, ya que el diferencial de rendimientos entre EE. UU. y Europa
es amplio en deuda corporativa (incluso después de ajustarlo por el coste de las coberturas). Para ello, muchos inversores españoles están recurriendo a expertos que les ayuden a seleccionar las mejores
ideas de inversión en todo el mundo.
Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore, señala que “los inversores demandan rendimientos, pero también parece que últimamente buscan alternativas menos volátiles a las acciones. El entorno es complicado y crece la aversión al riesgo y por eso es más importante que nunca que los asesores expliquemos a nuestros clientes que no hay que perder el enfoque a largo plazo. Lo importante no es no tomar riesgos, si no saber exactamente en qué medida hacerlo para alcanzar nuestros objetivos financieros. Del Campo apunta en este sentido que “las estrategias flexibles en renta fija y las estrategias de rentabilidad absoluta pueden aportar valor a las carteras y ofrecer diversificación”.