Más de la mitad de los inversores españoles (57%) se muestra confiado con sus inversiones, si bien el 19% afirma sentir preocupación: ocho puntos porcentuales por encima de la media europea (11%). Esto demuestra que los españoles son los inversores europeos que más preocupados están en relación con sus inversiones, según el Global Investment Survey realizado por Legg Mason.
Preguntados por las temáticas que más les preocupan respecto a sus inversiones de cara a los próximos meses, señalaron, por este orden: la inestabilidad económica en el mundo, la inestabilidad política en España y la inestabilidad política mundial. Junto con los italianos, los inversores españoles son los que más preocupados se muestran por la inestabilidad política en su país.
La Global Investment Survey también analiza qué tipo de modificaciones realizarían en sus carteras en respuesta a problemas de índole financiera en general. A este respecto, nueve de cada diez inversores españoles ajustaría sus carteras, mientras que tan solo un 10% no efectuaría modificación alguna.
Entre los inversores que ajustarían sus carteras, la estrategia más frecuente (31%) consistiría en incrementar la exposición a efectivo o equivalentes para reducir el riesgo, seguida de un cambio en la asignación en favor de otros activos, como los inmobiliarios (29%), o recurrir a estrategias de inversión multiactivo (28%).
Del mismo modo, la encuesta proporciona información relevante sobre las reacciones de los inversores ante acontecimientos concretos. Por ejemplo, en caso de que tuviesen que hacer frente a una drástica caída de los mercados bursátiles internacionales, como la que tuvo lugar durante la crisis financiera de septiembre de 2008, la reacción más frecuente sería retirar capital de las inversiones y asignarlo a activos líquidos (26%). En caso de que se produjera un aumento de la volatilidad, tal y como sucedió en febrero de 2018, la reacción más elegida sería incrementar la inversión en activos de menor riesgo, como la renta fija (26%).
Esta estrategia también fue la más elegida por los inversores (23%) ante la hipótesis de que el valor de su cartera se incrementase en un 20%. Por el contrario, el único caso en el que la reacción más frecuente consistiría en aumentar su exposición a activos de riesgo (23%) sería ante un periodo prolongado de tipos de interés bajos en España.
Recurrir a los servicios de un asesor financiero fue la elección preferida por losinversores en dos circunstancias: si se produjese un aumento considerable de la inflación en España (el 23% de los inversores españoles seguiría las indicaciones de un asesor financiero profesional o contratarían a uno y el mismo porcentaje de inversores invertiría más en activos de menor riesgo, como la renta fija) y si el valor de su cartera cayese un 20% (24% de los inversores lo eligió como primera opción).