Si algo nos ha demostrado el mundo en los dos últimos años es que nuestra vida puede dar un vuelco de la noche a la mañana y, como consecuencia, los mercados. La receta estrella para estos vaivenes y sucesos inesperados que aplica Altair Finance es la flexibilidad. “Hay que ser selectivo y, sobre todo, flexible. Si lo que antes pasaba en 365 días ahora pasa en dos, navegar los mercados es más complicado”, ha advertido Antonio Cánovas del Castillo, presidente de Altair Finance Asset Management, en un encuentro con la prensa.
Para el inversor final también es una tarea complicada vivir con la avalancha de sucesos que le ponen los nervios a flor de piel. Por ello, Cánovas insiste en que es importante no dejarse llevar por el pánico. “Entra en acción un impulso brutal y es peligroso”, reflexiona, y pide consistencia en las decisiones que se toman, para evitar vender en las caídas y comprar en las subidas.
Altair Finance también trae noticias positivas para los inversores conservadores, que ante el entorno de tipos se habían visto obligados a asumir más riesgos en sus inversiones a cambio de rentabilidad. Salvador Díaz, director de Inversiones, ha señalado que empiezan a ver un mercado de bonos que empieza a pagar. El experto en renta fija y multiactivos, Javier Fernández, añade que también comienzan a ver oportunidades. “Nos lleva a poder construir carteras que den una alternativa real al inversor conservador, que no tenía dónde refugiarse”, apunta.
En cuanto a la renta variable, el equipo de Altair Finance se muestra optimista, a pesar del mal comienzo que ha tenido en 2022. Como sectores ganadores, se decantan por las materias primas, la automoción y el equipamiento para la fabricación de semiconductores. Aunque advierten de que el mercado es cambiante y el gestor debe aplicar el principio de máxima flexibilidad.
¿Cómo afecta al crecimiento el conflicto de Rusia y Ucrania?
Muchas de las previsiones de crecimiento y recuperación relacionadas con la descongestión de los cuellos de botella, la disminución de la inflación a corto plazo, el crecimiento económico global (estimado en un 4,5%), o las actuaciones de los bancos centrales han caducado, debido al estallido del conflicto en Ucrania.
Occidente ha castigado a Rusia con una batería de sanciones económicas contundentes. A pesar de que Rusia se había aprovisionado, Salvador Díaz señala que la congelación de activos a su banco central es la medida que más les sorprende y que más estrangula a la economía rusa. Sin embargo, los efectos de la sanciones no entienden de fronteras.
Según recuerdan desde Altair Finance, Rusia tiene una posición estratégica en la producción global de materias primas (17% del gas, 12% en petróleo, 44% del paladio…), por lo que se espera que su precio aumente de forma violenta, al igual que la volatilidad en los mercados de commodities y no acaben de suavizarse los cuellos de botella.
“El impacto de la inflación a corto plazo es importante”, advierte Díaz, pero descarta volver al escenario de inflación vivido en los años 80. “Vemos un cambio de régimen, no de paradigma”, tranquiliza.