Desde principios de año suenan campanas de gran rotación, ese movimiento que todos auguraban en las carteras y que haría a los inversores cambiar sus posiciones desde la renta fija a la variable en su búsqueda de mejores retornos. Aunque Juan Luis García Alejo, director general de Inversis Gestión, considera que ese salto no es apto para todos los clientes, reconoce el atractivo del activo, de forma selectiva. Así, y frente a las ajustadas valoraciones de la bolsa estadounidense, que le hacen augurar retornos limitados, mira con atención los precios más bajos de la bolsa europea y las previsiones de crecimiento de beneficios empresariales, y concluye que el margen es mayor. “El recorrido potencial es mayor y estamos jugando esto desde mayo”, explica.
En España habla de una vuelta a la confianza por parte del inversor internacional, aunque matiza que al Ibex no le queda mucho recorrido para alcanzar a otros mercados europeos y señala algunos interrogantes derivados de la exposición del negocio de grandes compañías españolas al mercado brasileño. “El mercado aún no lo ha descontado pero habrá que prestar atención a la influencia de este factor en la consolidación contable del tercer trimestre, teniendo en cuenta la depreciación de las divisas emergentes”, explica, indicando que ese factor, que antes ha jugado a favor, ahora podría ir en contra.
En general, la posición de Inversis es neutral con los mercados emergentes –activo en el que invierte a través de gestoras especializadas como Aberdeen o Vontobel-, debido a que la economía se está debilitando -aunque su posición es mucho más fuerte que en la crisis de finales de los 90- y debido también al peligro de reembolsos. “Para un inversor europeo o estadounidense, los mercados emergentes son una parte satélite de su cartera. Ante la amenaza del tapering juega en contra ese tamaño relativo del activo en los portafolios: los inversores se ven sometidos a una tensión dual, de tener o no emergentes, sin medias tintas. Si el entorno es negativo, venden, lo que genera y ha generado ahora fuertes flujos de salida en un círculo vicioso que se retroalimenta”, explica. “El gran damnificado del potencial tapering ha sido el mundo emergente, pero no tanto por un ajuste de valoraciones como por los flujos salientes”.
Por regiones, García Alejo muestra su preferencia por el crecimiento en Asia ante datos macroeconómicos positivos en mercados como China, con superávit por cuenta corriente o la gran cantidad de reservas del país, si bien mantiene las dudas por la forma en que gestionará su nueva forma de crecer y la vuelta del crédito. Y juega Latinoamérica de una forma más táctica que estructural, vigilando ahora con atención los niveles atractivos en los que se negocian los bonos brasileños y el real, aunque reconoce las tensiones que afronta el país. Otro mercado con relativo atractivo es México, con buenas perspectivas macroeconómicas por delante tras un periodo de reformas, pero al que no acompañan las valoraciones. Las condiciones de naturaleza política le hacen descartar a Argentina como inversión y algunos indicadores, como su gran dependencia de la minería, los desequilibrios por cuenta corriente o las tensiones en el mercado laboral, también a Chile.
Apuesta por la periferia europea
Con una posición neutral en emergentes, en sus apuestas de renta fija también gana el mercado europeo. Con el bono americano y el alemán elevando sus rentabilidades y un recorrido casi agotado en el mundo del crédito (y un high yield poniendo en precio un escenario demasiado positivo, en su opinión), cree que no quedan muchas alternativas. Algunas de ellas están en los mercados europeos periféricos, como España, Portugal e Italia, en deuda corporativa (nombres como Telecom Italia con vencimiento en 2014 y 2018 o Refer, línea ferroviaria en Portugal) y cédulas hipotecarias españolas con rentabilidades de en torno al 4%. En su opinión, la duración no es clave para clientes que mantengan esos bonos a vencimiento, aunque en algunos casos la cubren. “A tres o seis meses vista la duración no es importante. Si suben los tipos será porque la economía sube un punto y en ese caso, la reducción de diferenciales compensará lo que se pierde por la exposición a tipos de interés”, explica.
En general, la decisión de Bernanke de dar marcha atrás en septiembre con el tapering no cambia la visión de Inversis, pues García Alejo está convencido de que solo ha sido un apalazamiento que muestra que la retirada de estímulos será progresiva y que la subida de tipos estará condicionada a la evolución del desempleo, algo que no le hace prever movimientos hasta finales de 2014 o principios de 2015 (debido a la lenta recuperación en Estados Unidos).
Para el experto, los mercados no entendieron bien la comunicación que quiso hacer Bernanke en mayo, y reaccionaron de forma indeseada por la Fed, con subidas de tipos. “La razón de esa marcha atrás no se debe a que la economía estadounidense esté saliendo de la recesión al ritmo más lento de los últimos 50 años sino al empeoramiento de las condiciones financieras: a la Fed le incomoda que el encarecimiento del dinero frene el acceso al crédito para vivienda o consumo”, apostilla.