2020 será un año de consolidación, pero no de expansión, y con una inflexión alcista de los mercados, de acuerdo con el informe de estrategia anual presentado por Inversis durante la séptima edición del evento Claves 2020.
La compañía apuesta por la diversificación y la reducción de riesgo, con un sesgo positivo hacia los emergentes, tanto en renta fija como en renta variable. Asimismo, infrapondera el sector industrial, se muestra cautelosa en tecnología y apuesta por el sector consumo.
En contraposición a las perspectivas de 2019, Inversis presenta un escenario global que invita más al optimismo, ya que los temores a una posible recesión se disipan. “Esta consolidación ya se está reflejando en la disminución de las presiones comerciales y en el aumento del empleo y la manufacturación, ya que en el índice PMI ha repuntado tras ocho meses de caída”, apunta Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de Inversis.
En cuanto a las políticas económicas, más de la mitad de los bancos centrales están llevando a cabo políticas expansionistas, el mayor número desde el inicio de la crisis, según los datos del informe. De acuerdo con los datos de la OCDE, apuntan a una expansión fiscal coordinada del 0,5% del PIB europeo junto con reformas estructurales sostenidas durante tres años que daría como resultado un crecimiento del 0,8% al año.
Sin embargo, Muñoz-Alonso destaca que persisten riesgos estructurales como el rezago de la inversión privada, la moderación del crecimiento en China o el endeudamiento de las corporaciones en EE.UU. Destaca, por ejemplo, el ratio deuda/PIB de las empresas norteamericanas que se sigue distanciando del ratio beneficio/PIB desde 2016.
Aunque no son los sucesos más probables, Inversis señala la fragmentación europea y los conflictos entre Rusia y la OTAN como los hechos que más podrían afectar a los mercados globales. “Por otra parte sería más verosímil una nueva guerra comercial entre EE.UU. y China o la proliferación de las tensiones del golfo, pero tendría menor impacto en los mercados”, aseguran.
Estados Unidos: la Fed continúa en su línea acomoditicia
En su análisis del mercado estadounidense, Ignacio Muñoz-Alonso pone el foco en la desaceleración en inversión y exportaciones que el país ha sufrido durante 2019. “El aumento de los costes de transacciones comerciales y la incertidumbre entre los inversores ha dado como resultado una aversión al riesgo”, afirma el informe. El sector manufacturero también se ha visto debilitado con la mayor caída desde el comienzo de la crisis y, aunque la resolución de la guerra comercial debería ayudar a prolongar el actual ciclo de crecimiento, se anticipa una suave ralentización de la economía. Así, la entidad apunta a que el PIB seguirá creciendo, pero a un ritmo más moderado, manteniéndose entre el 1,8 y el 2% en 2020. No obstante, Ignacio Muñoz-Alonso señala que la posibilidad de una recesión en Estados Unidos a corto plazo está moderándose a medida que la curva revierte.
En cuanto a la inflación, las previsiones apuntan a que el índice PCE continuará acercándose durante 2020 al objetivo del 2% debido a los incrementos salariales y la presión bajista sobre el dólar. Inversis apunta a un ligero aumento del desempleo, hasta el 3,7%, a lo largo de 2020.
“La Fed continúa en su línea acomodaticia, anticipando expectativas y apoyando a la economía y los mercados”, remarca el informe que descarta la posibilidad de cambios en los tipos durante este año, lo que refleja la preocupación de la Fed por la baja inflación durante la última década y su enfoque por el crecimiento y el empleo.
A propósito de las políticas económicas, el impulso fiscal derivado de la reforma de 2018 se desvanece ya en 2020, con un endurecimiento de la política fiscal en 2021, advierte la entidad. Además, las condiciones crediticias se deteriorarán, con un crédito hipotecario pendiente de la curva de rendimiento con un retraso de dos años.
Europa: la inflación seguirá por debajo del objetivo
“La economía europea no ha conseguido recuperarse de la desaceleración iniciada en 2018”, afirma el informe de Inversis, que apunta a la incertidumbre política y a la crisis manufacturera como los principales detonantes de esta situación. Sin embargo, destacan ciertos factores que permitirían una expansión adicional de la economía europea, como la aclaración de los términos del periodo transitorio del Brexit, el cierre del acuerdo comercial entre EE.UU. y China, la desaparición de amenaza comercial en el sector automóvil o la restauración del impulso exterior.
Muñoz Alonso prevé un crecimiento estimado del 1% del PIB durante 2020, frente al 1,3% de septiembre de 2019, debido a la ligera moderación del consumo, la creación de empleo y la inversión. Esta se ha visto afectada por la capacidad instalada excedentaria, la debilidad exterior, la menor demanda de crédito y los aumentos salariales con una productividad estancada. En el caso de España en particular, la demanda de crédito es inferior a la del año pasado.
Alemania, por su parte, comienza a presentar una recuperación lenta después de un débil final de año. Inversis prevé un crecimiento del PIB del 1,1% en 2020 en el país germano, frente al 0,5% de 2019. La actividad económica alemana presenta una producción industrial profundamente dañada por el entorno económico global, por lo que se prevé que sus empresas continúen reduciendo su actividad inversora durante los próximos semestres. No obstante, el sector servicios y el de la construcción continuarán expandiéndose, respaldados por el aumento de los ingresos en los hogares.
“La inflación en Europa continuará por debajo del objetivo mientras el crecimiento real se encuentre por debajo del potencial, con una inflación subyacente esperada del 1,1%”, apunta el informe. Ante este escenario, Inversis no prevé grandes cambios en política monetaria ni el alcance de tipos negativos, con un BCE que se mantendrá pasivo debido a los cambios de su cúpula y al agotamiento de la política monetaria.
China y mercados emergentes: impulsos en el PIB para la mayoría
Las últimas previsiones para el gigante asiático indican que la desaceleración es más rápida de lo esperado en medio del enfriamiento de la demanda interna y el aumento de las tensiones comerciales, con un crecimiento esperado del 5,9% del PIB en 2020 y un 5,8% en 2021, frente al 6,1% de 2019. Será la primera vez que China registre crecimientos inferiores al 6% desde 1990.
Los mínimos alcanzados en la producción industrial son, según Inversis, unos de los indicadores claves de este enfriamiento, además de la debilidad de los flujos comerciales, especialmente los orientados a EEUU. Se espera que el Banco Central de China instaure una política monetaria más acomodaticia, aunque continuará la presión para reducir los préstamos no bancarios, y que el gobierno lleve a cabo políticas fiscales activas, con recortes de impuestos y apoyo a gobiernos locales en planes de gasto e inversión pública.
Tras un 2019 mediocre, Inversis espera que 2020 marque un cambio en el impulso de crecimiento del PIB para la mayoría de los mercados emergentes. En especial, destacan el potencial de Turquía como “la economía que pueda alcanzar el mayor repunte de crecimiento después de 18 meses difíciles, seguido de Argentina que, aunque todavía reportará crecimiento negativo del PIB, parece comenzar una fase de estabilización”.
Construcción de carteras: renta variable estadounidense
Inversis apuesta por la renta variable frente a la renta fija, otorgándole mayor peso a EE.UU. que a Europa, Japón y los emergentes, que diversifica por igual. La elevada prima de riesgo, la ausencia de tensiones macro y la renta fija continúan apoyando el sesgo de las carteras hacia la renta variable.
En renta variable, la entidad considera que “las expectativas de crecimiento en los beneficios para 2020 son demasiado exigentes, sobre todo teniendo en cuenta que 2019 no ha cumplido las expectativas de BPAs”. Así, apunta a un retorno en EE.UU. del 5% y en Europa del 0%. Asimismo, observa potencial en los emergentes a medida que se materialice el acuerdo entre China y EE.UU., con preferencia por Brasil, India, China y Asia.
En renta fija, por su parte, Inversis apunta a retornos positivos en deuda soberana en EE.UU. y negativos en Europa, pero muestra preferencia por los emergentes, que, “a pesar de la ralentización global, se espera que otorguen un retorno superior al 4,5%”. Al mismo tiempo, los tipos bajos y la “represión financiera” invitan, según la entidad, a decantarse por el crédito investment grade, con una buena cobertura frente a reajustes en el ciclo. En high yield, el excesivo consumo de presupuesto de riesgo vuelve al sector vulnerable a la expansión de diferenciales.
Por otro lado, Inversis prefiere mostrar cautela temporal en la tecnología sujeta a aranceles hasta tener mayor visibilidad de acuerdos comerciales; apuesta por infraponderar el sector industrial y muestra preferencia por el sector consumo y servicios, que se encuentran relativamente ajenos a tensiones comerciales.
Claves 2020 es la sépita edición del evento sobre estrategia de mercados que Inversis organiza anualmente y en el que se reúne a gestoras de prestigio para debatir alrededor de la renta variable y la renta fija, sus perspectivas y estrategias.
En la mesa de renta fija se han sentado Richard Hoyse, gestor y CIO de renta fija emergente en Allianz Global Investors, Tom Ross, gestor de carteras de crédito empresarial en Janus Henderson Investors y Owen Murfin, oficial de inversiones y gestor de cartera institucional. En la de renta variable, por otro lado, han participado Vicki Bakhshi, director responsable del equipo de inversión en BMO Global Asset Management, Ajay Dayal, CFA director de equity internacional PSG en Legg Mason Global Asset Management y Brandon Ladoff, director de Investigación y gestor de cartera US Focus en Polen Capital.