Banco Inversis analizaba ayer, en un encuentro con periodistas en Madrid, los puntos clave de la situación macroeconómica y su estrategia de cara a la misma de la mano de Henrik Lumholdt, estratega jefe del banco. La entidad se centró en la evolución de las principales economías, así como en la actuación de los bancos centrales y sus recomendaciones para las carteras.
Lumholdt destacó que la frustración de las economías desarrolladas ante su mediocre recuperación post-crisis, las lleva a tomar medidas cada vez menos convencionales que, sin embargo, siguen sin alcanzar los objetivos previstos por los bancos centrales. Debido a esta situación y como alternativa al QE (Quantitative Easing), el estratega jefe de la casa analizó las ventajas y los riesgos de aplicar el llamado Helicopter Money y sus posibles efectos sobre los mercados. Esta medida supondría una financiación monetaria del gasto público por parte de los bancos centrales, que harían depósitos en la cuenta de los estados a cambio de recibir bonos del mismo.
En el caso de la economía estadounidense, la entidad incidió en sus escasos niveles de crecimiento, que se sitúan actualmente entorno al 1,5% frente al 3% al que solía acostumbrar. El estratega jefe del banco destacó que para que la economía estadounidense crezca es necesario que también lo hagan el empleo y la productividad. Sin embargo, la creación de empleo puede empezar a debilitarse, teniendo en cuenta que se acerca al pleno empleo, y en el caso de la productividad, la escasa inversión está tirando a la baja sus cifras por lo que, de continuar así, el PIB dejará de crecer.
Respecto a la Zona Euro, Lumholdt apuntó que los últimos datos muestran que el Brexit ha afectado poco al sentimiento empresarial de la UEM (Unión Económica y Monetaria de la UE), salvo en el caso de Reino Unido que es el país que más ha sufrido el impacto. No obstante, Henrik señaló que “hay que tener en cuenta que aún no se ha llevado a cabo la escisión por lo que sí que podrían verse efectos mayores, tanto en los países de la Zona Euro como especialmente en Reino Unido”.
Sobre España, la entidad señaló que continúa el fuerte crecimiento pese a la incertidumbre política. El PIB mantiene su ritmo de crecimiento de 0,8% inter-trimestral, el consumo privado mantiene su fortaleza y la inversión crece en un punto más que en el primer trimestre del año. Como dato más señalado, el estratega quiso destacar el incremento que han tenido las exportaciones durante el segundo trimestre del año.
Henrik concedió especial importancia al papel que juegan la Fed y el Banco Central Europeo en el contexto actual. Sobre el organismo norteamericano, destacó la posibilidad de una próxima subida de los tipos, previsible para septiembre o diciembre, aunque prefirió mantener la prudencia a la espera de los datos que harían factible este escenario. Lumholdt apuntó al respecto que “es muy difícil encontrarse en un contexto perfecto, por lo que no descartamos que la Fed aproveche esta ventana de oportunidad y decida subir los tipos en septiembre. En el caso de esperar a diciembre, las elecciones presidenciales de noviembre podrían truncar de nuevo esta posibilidad”.
Por otro lado, Lumholdt destacó que el QE no está muerto para la Reserva Federal y que podría considerarse un aumento de las compras de bonos corporativos. Con respecto al BCE, apuntó que la relativa calma, a pesar del Brexit,y la recuperación de la concesión de crédito, no apuntan a una necesidad de medidas urgentes por parte del organismo europeo. Además, el referéndum italiano, previsto para el próximo mes de octubre, podría provocar problemas en los mercados ante los cuales el BCE podría verse obligado a actuar.
Dentro de este contexto, la entidad apuesta por una estrategia de cartera con un asset allocation más focalizado en la renta que en la apreciación del capital, por lo que recomiendan mantener la infraponderación de la renta variable y la sobreponderación de la renta fija frente al benchmark. Henrik Lumholdt, apuntó que, debido a la alta probabilidad de una subida de tipos de la Fed, la entidad ve menos potencial en los bonos de gobierno americanos a largo plazo y, por el contrario, ven más estabilidad en cuanto a los emergentes. Respecto a estos últimos, puntualizó que tampoco sobrepondera, pues aunque la situación se ha normalizado, hay que tener en cuenta que no van a volver a tener el mismo ritmo de crecimiento que antes.